Capitulo 15

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El oscuro de sus ojos no dejaban de verlo...Johnny se sentía entre halagado e incómodo pues no había palabras.

― ¿De verdad estás bien?

― Me salvaste de un maniático

― Pude haber sido yo – ella rió al imaginarlo y lo miró de nuevo...esta vez de manera tierna – bueno...am, ¿Vamos por la cerveza?

Asintió entrando en un estado de aislamiento. No sabía por qué en su cabeza se le llenaron de ganas de abrazarlo, agradecerle aún más...e incluso acomodarse en su pecho, que parecía ser demasiado confortable y delicioso por la manera en la que portaba aquel perfume tan varonil.

Subieron al autobús y comenzaron a buscar aquella inmensa hielera, era de un color rojo con tapa blanca...como las casuales que se encuentran en las enormes tiendas de supermercados.

Johnny buscaba en la cocina del autobús y miraba otras cosas también. Había algunos sostenes colgados en las ventanas y eso lo hizo sonreír.

― ¿Te gusta lo que ves?

Se asustó entonces al sonrojarse y sentir que la sangre que fluía al centro de su ser...se esparció como hormigas cuando las pisas, no quería que un accidente se produjera horas antes del concierto, quedando como un niño precoz, pero es que ¿Quién podría estar tranquilo y cuerdo al lado del ser que has amado desde que lo viste? Un ser inalcanzable que hace tus días inmensamente felices, uno que no te pertenecía y que aun así peleabas con todo el mundo para decirles que solo es tuyo.

― Lo siento...e....es que aparecieron de repente

― Nos cambiamos tan rápido que no vemos donde dejamos las cosas – ella tomaba los sostenes y los aventó a la siguiente sala que...se supone eran los dormitorios

― Pues...no veo la hielera

― Ni yo...me molesta que no pongan las cosas donde dijeron

― Bueno igual podemos ir a comprar...

― Será algo arriesgado, hay muchos fans afuera

― Tienes razón – rascó su cabeza mirando a todos lados

Ella lo miró entonces. Se veía ingenuo e incluso inmaduro...pero era algo que llegaba a darle una ternura que no terminaba, sonrió casi sin poder evitarlo para cuando él la miró se dio cuenta de aquel gesto. Se sintió tan extraño, como si algo mágico fuera a pasar y ella quisiera darle al menos una pequeña pizca de esperanza...al menos algo pasajero, un abrazo, una mirada...un sencillo e inmortal beso...en la mejilla, quizá.

Un instante bastó para que quedaran demasiado cerca. Ella no era de las que le gustaba estar con dos hombres a la vez, pero digamos que algo picaba en su interior por saber qué sentía su actual novio cuando salía con alguna de sus fans ¿Por qué ella no se molestaba en cuanto a eso? Sabía que Richard era demasiado apuesto y que mientras ella no supiera con qué chicas se había acostado todo estaba bien...al parecer...según ella.

Las entrañas de Seward estaban al punto del colapso, después de todo ¿Quién no quisiera estar en su lugar? Él sabía, más que nadie, que estaba tan enamorada de su novio que esto que estaba pasando podría ser al menos un sueño, un encantador sueño del que no quería despertar.

― Vendrás a la reunión del final ¿Cierto?

― S...si m...si me invitas si...por supuesto – sus mejillas se rozaron y su risa sonó tan idiota que mejor tragó saliva limpiando su garganta

― Eres muy tierno, Johnny... ¿Te lo habían dicho?

― No como tú me lo estás diciendo – se estaba perdiendo y eso prendía las luces de alarma

LadyBatsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora