1. Bendito Reloj

1K 42 12
                                    

(Por Sebastián)




Desperté... 






Bañado en un frio sudor que recorría toda mi espalda y mi frente... Cada centímetro de mi anatomía estaba bañado de el y con mi corazón latiendo aceleradamente. En un autoreflejo, puse mis dos manos oprimiendo mi pecho con fuerza para, inocentemente evitar que el órgano que bombea mi sangre y que me mantiene de pie saliera disparado de mi pecho y se estampara a gran velocidad contra la pared y arruinara ese color blanco inmaculado.

Gracias a Dios el bendito reloj había sonado justo en el momento que más lo necesitaba. Necesitaba despertar, despertar y al mismo tiempo escapar de ese sueño que solo se había presentado en un par de ocasiones hace varios años y nunca había avanzando hasta ese punto pero de un tiempo hacia acá, el sueño se ha vuelto recurrente y cada vez llega más y más lejos. No sé porque lo tengo, ni tampoco sé como hacer para desaparecerlo pero de una cosa estoy seguro, ya no quiero volver a repetirlo y de ser así, no quiero ser besado por un puto hombre de mirada psicópata que es capaz de golpearme con un bate.

Tomé la laptop y comenzé a teclear lo del sueño ya que, escribir de cierta manera me tranquiliza y es como si una carga enorme sobre mis hombros disminuyera un poco su peso algo así como una confesión, si de esas veces que vas a la iglesia donde hay cientos de personas algunas orando e inútilmente pidiendo perdón por sus pecados. Al entrar te pasas de largo ignorando sus sollozos y su dolor, terminas por llegar a un reclinatorio donde te incas y le cuentas tus  ¿pecados? si es que se pueden llamar así a un hombre casi siempre de edad avanzada que te escucha, te reprende y los perdona obviamente con la condición de hacer una penitencia para que tu alma no vaya al infierno pero me pregunto... ¿Acaso él no tiene una lista de "secretos" también?.

Esas son patrañas... Nadie es tan puro e inocente como aparenta y al menos yo no los llamaría precisamente "pecados", los llamaría errores como los que tu, yo e inclusive el mismo sacerdote cometen.  Prefiero tomar mi laptop y desahogar ahí, en páginas virtuales, bajo tres contraseñas y sin la penosa necesidad de que un completo desconocido se entere de todo lo que, a mis 17 años me ha sucedido.  Los débiles rayos del sol comenzaron a colarse atravez de las cortinas y a invadir la privacidad de mi habitación. Hoy es el inicio de clases lo cual significaba una lista interminable de cosas entre ellas, nueva escuela, una nueva ciudad llamada Boston y un sinfín de chicos de mi edad intentando hacer alguna novatada por ser carne fresca en al instituto, lo único bueno de esto es que es el primer día de mi ultimo año de preparatoria y después de ello pienso tomar un grandioso año sabático.  Pero... ¿donde están mis modales?  Bien, comenzaré por presentarme. Mi nombre es Sebastian Montano, tengo 17 años, los nervios a flor de piel y estoy cursando el último año de preparatoria, esta vez en el instituto Montessori.
Desde que tengo uso de razón, mi vida ha estado marcada por los cambios constantes de ciudad debido a los empleos de mamá y papá como ejecutivos en una agencia de publicidad.
En un año llegué a contar siete casas diferentes e igual número de escuelas diferentes, y debido a esos cambios, (y reconozco que también a mi timidez e inseguridad) siempre me ha costado trabajo hacer amistad con personas de mi edad. Este año la situación ha sido tranquila. Solo nos hemos mudado dos veces, y esta que es la tercera. Según sé,esta situación será diferente. Mamá ha prometido que podría terminar la preparatoria en este lugar y los cambios de casa cesarán. Ahora solo falta la opinión de papá pero si él lo aprueba y nos quedamos todo el año aquí, pondré todo de mi parte para intentar hacer amigos y no perderlos cuando llegue una mudanza. 

Durante todo el fin de semana y en mis ratos libres entre cajas, busqué en internet datos de la nueva escuela a la que voy a asistir. Se llama Instituto Montessori y el solo nombre ya me producía sueño, imaginaba un instituto monótono, aburrido y en plena época de los dinosaurios pero gracias al internet, mis expectativas han cambiado y ahora, por increíble que pareciera me encontraba ansioso por iniciar.  Para empezar, era un plantel más moderno y grande, toda una obra maestra de la arquitectura moderna y es mejor que mi escuela anterior en la que para ir de tu lugar al baño, solo bastaba dar un paso.

Historia De Un AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora