18.

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*Dos años después.*

Como un cigarro para un fumador. Como ese último sorbo de ginebra para un alcohólico. Ese chute para un drogadicto. Era pura adicción. Era como esas mañanas de sol en invierno, como esos soplos de viento en verano. Era el placer de tocar el suelo con los pies descalzos o el lado más frío de la cama en verano. Era todo lo bueno y todo lo malo. Era  todo lo que te hace bien y a la vez mal. Era lo que quería y lo que no quería. Muchas veces se convertía  en algo más que todo eso. Se convertía en pura adicción. Algo más, algo fuerte, ajeno a los sentidos. Era todo eso que te hace desvariar. Era  justo lo que quería.

-Cariño, ¿qué haces?-aparece por mi habitación mi padre y cierro corriendo la pequeña libreta en la que estaba escribiendo.

-Oh, nada, solo estaba repasando para el último examen.-le sonrío.

-¿Lo aprobaras?-le digo y asiento obvia.

-Necesito de una vez por todas acabar bachiller.-admito.-¿Qué tienes pensado hacer este verano?

-Bueno...-da un suspiro.-De eso venía a hablarte.

-¿Nos vamos de vacaciones?-sonrío con la ilusión de una niña pequeña y niega con la cabeza.

-Me voy a Irlanda a hacer un cursillo.-me informa.-He estado hablando con tu madre y...

-¿Vuelvo a Madrid?-digo impresionada y me asiente sonriente.-¿Para siempre?

-Bueno, ya tienes los dieciocho, la decisión la tomas tu.

Lo miro a los ojos mientras asiento y tragó saliva, joder.

-Dejaré que te lo pienses.-susurra y desaparece de mi pequeña habitación.

Me levanto y saco de debajo de la almohada un álbum de fotos que me regaló Ann antes de que me marchara. Son todas las fotos que tenía con ellos, absolutamente todas, por muy bochornosa que sean.
Sonrío sin poder evitarlo, ¿habrán cambiado tanto como lo he echo yo? Estar dos años sin pisar Madrid, sin ver a tus amigos y ni si quiera a tu hermano, me ha echo reflexionar sobre muchas cosas. Se podría decir que he cambiado muchísimo, físicamente y también personalmente, pero aún sigo teniendo esa manía de gastarle bromas a todo el mundo, cosa que hizo que en mi nueva vida en Valencia me costara  mucho hacer amigos. Y tampoco creáis que he echo muchos, para nada, ni si quiera los llamo amigos, quizás conocidos, pero siempre he sabido que los amigos son los que están ahí para todo y esos sin duda son los gemelos, Ann, Chloe y Dylan.
También intente volver el año pasado, pero era imposible sacarme del instituto y convencer a mi padre. Fue misión imposible.

Cierro el álbum delicadamente porque es mi pequeño tesoro y agarro la pequeña libreta donde he escrito pequeños textos, poemas y alguna que otra tontería. Pero siempre expresando mis sentimientos, cosa que jamás lograre hacer con palabras.

Decido sacar las maletas y guardarlo todo ya porque de verdad que necesito volver a verles a todos. He comprendido perfectamente lo mucho que me equivoque pero no soy perfecta y ellos lo saben, también necesitaba un cambio de aires y después de esto se que estoy lista para volver.
Para volver y para enfrentarme a la vida.

[......]

Miro por la ventanilla sonriendo como una boba y mi padre me mira divertido. Que hombre.
Enseguida reconozco cada calle y cada lugar de esta parte de la ciudad y mis ganas de bajar del coche y sentirme de nuevo viva, en mi lugar, aumentan por segundos.

Veo mi casa desde lejos, joder, y no echaba de menos esta casa, si no el tipo de casa que es mi familia y mis amigos.
¿Entendéis?

Abro la puerta aún con el coche en marcha y salto del coche justo cuando estamos en la puerta.
Mi padre me riñe por hacer esto pero al verme tan ilusionada se va a buscar sitio para aparcar.
Me aseguro de llevar la ropa perfectamente y de no parecer una marmota que ha dormido todo el viaje y doy un paso para tocar al timbre.
Mientras espero, me fijo en que hay varias motos aparcadas en la entrada, y se me hace raro porque Dylan solo es uno.

La puerta se abre y un chico alto, rubio, con una chaqueta de cuero y entre los dientes un cigarro me mira de arriba a abajo con una sonrisa divertida.

-Uy, ¿y tú quién eres?-me acaricia la mejilla y pongo cara de asco mientras miro extrañada el fondo de la casa, donde hay música a todo volumen.

-No.-me aparto la mano.-¿Quién eres tú y qué haces en mi casa?-me cruzo de brazos porque ya me cae mal y lo veo sonreír arrogante.
Aj.

-¡Dylan!-grita mirando hacia el interior.-¿Porque hay un pivon en tu puerta diciendo que es su casa?

Oigo como de repente la música se apaga  y un chico alto, guapísimo, con el pelo peinado a la perfección y unos músculos bien marcados se acerca a mi con aires de superioridad.
Si no lo veo no lo creo, lo juro.

Frunce el ceño mirándome  y sonrío porque joder, que guapo esta.

-No puede ser.-dice de repente y su amigo el chulo gilipollas frunce el ceño.-¿Rebeca?

-¿Pero tú eres gilipollas?-lo fulmino con la mirada y da un paso sonriente.-Anda, ven aquí.-abro los brazos y él me estrecha entre ellos espachurrándome porque está más fuerte de lo que recordaba.

-Dios Beca.-susurra.-Creía que jamás volverías.

-Yo siempre cumplo mis promesas, ¿recuerdas?-lo miro a los ojos y asiente volviéndome a abrazar con todas sus fuerzas.-Ah, y te recuerdo que soy minutos mayor que tú, así que...-doy un paso hacia dentro.-¿Qué mierdas es todo esto?

-Solo una pequeña reunión de colegas.-me dice el gilipollas de turno que por lo visto tiene como amigo Dylan.-No seas aguafiestas.

Levanto las cejas frunciendo el ceño y ando decidida hasta la música que hace poco que ha vuelto a sonar por toda la casa.

La apago con una sonrisa divertida ganándome las miradas de toda la gente y me subo a la mesa para que todos me miren.

-Bueno, dado que esta fiesta no es por mi...-le sonrío a Dylan y niega con la cabeza divertido.-Largo todo el mundo.

Se oyen protestas y gritos pero paso de ellos y me acerco a mi hermano divertida.
Sé que no se ha enfadado, le da bastante igual.

-¿Y mamá?-le digo y levanta las cejas obvio.-¿Aún sigue en ese bar?

-Ahora lleva un restaurante.-comenta mientras se despide de la mayoría de la gente.

-Como no.-oigo una voz divertida detrás de mí.-Arruinando fiestas desde el dos mil.

Tenias que ser tu. {2 Temporada}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora