22.

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Beca.

Me vuelvo a despertar de golpe, con una amarga sensación en el pecho izquierdo, como si me faltase algo, una inmensa sensación de vacío recorre mi cuerpo en forma de escalofrío, como si algo malo fuese a pasar, como un mal presentimiento, como si la vida me estuviese gritando en silencio algo que no soy capaz de entender.
Aun sobresaltada por la forma de despertar y con los restos del corazón acelerados miro a mi derecha; no está, y sigue mi pesadilla, le busco en cada rincón de la que fue nuestra habitación durante los días de verano y hoy solo son cuatro paredes; no está.
Ya ni siquiera su sombra se acuesta en mi cama, la sabana ya no conserva tu olor, intento buscar sus huellas sobre el edredón y una vez más: Nada.
Incluso las paredes se han vuelto más tristes desde entonces, ya no entra tanta luz por la ventana, hasta el más pequeño rincón le echa de menos, y tengo frío y tampoco sería justo echarle la culpa de eso a las noches, no es un frío de manta, es el frío que ha dejado dentro de mi.
Miro alrededor y el silencio me grita su nombre, un silencio ensordecedor, un silencio suicida, un silencio que solo su voz puede remediar. Una noche más de cenicero lleno y vida vacía, de abrir una cerveza y otra y otra y otra para ver si le encuentro en alguna de ellas. Una noche más de terminar borracha y con veinte colillas en mi cuerpo, una forma de suicidarme poco a poco, casi sin que se note que estoy muriendo por él y no tengo cojones de cortarme las venas.

-¿Estás loca?-oigo la voz y levanto la vista borrosa para centrarla en Dylan.-¿Qué haces aquí?

Intento enfocar bien y suspiro al ver que estoy en la balcón de mi habitación, sentada en la baranda.

-No lo sé.-intento vocalizar.-¿Qué hago aquí?

-Estas borracha.-sonríe de medio lado y me agarra de los brazos para ayudarme a bajar de ahí.-¿A quién se le ocurre ponerse borracha a las nueve de la mañana?

-¿Ya es de día?-resoplo haciéndolo reír.-Buf.

-Anda, vamos a bajo, que están todos esperándonos para desayunar.

Lo miro entrecerrando los ojos y se ríe, y no se porque, pero me dejo llevar hasta el piso de abajo.

-¡Buenos días chicos!-saludo a todos animada.-¡Hay que disfrutar de la mañana!

Todos me miran frunciendo el ceño y dan una carcajada.

-¿Qué le has dado?-oigo preguntar a Ann y la miro levantando las cejas.

-Veinte botes de cerveza.-se ríe.-Y no se lo he dado, los ha cogido ella.

Veo cómo Dani se levanta y viene hacia mí y doy un paso para atrás.

-¿Qué haces?-susurro tragándome la lengua.

-¿Porque te emborrachas?-me reprocha como si fuera mi padre y me siento en el sofá tranquila.

-Soy libre de hacer lo que quiera que ya tengo dieciocho años.-le contesto mirando como toma asiento a mi lado.

¿Y nunca os ha dado ese sueño repentino cuando llevas más alcohol en las venas que sangre?
Pues eso me acaba de pasar, de repente, cierro los ojos y caigo redonda en las piernas de Dani.

......

Dani.

Le acaricio el pelo como si fuese una necesidad y todos me miran tiernamente.

-¿Qué pasa?-levanto la mirada.

-Nada, nada.-se ríe Ann alzando las manos en forma de reflejo.-¿Porque no nos vamos a desayunar de una vez? Tengo hambre.

Se levantan todos ante la propuesta pero yo tengo la cabeza de Beca en mis piernas, sin ni si quiera poder moverme, y sin querer hacerlo.

-Yo me quedo hasta que despierte.-digo ganándome de nuevo las sonrisas de todos.-Sois unos pesados.

Los oigo reír mientras salen en fila fuera y centro mi vista en Beca, que sonríe ligeramente al sentir mis caricias. No os imagináis lo bonita que puede llegar a ser, joder.

Noto como me vibra el móvil y suspiro cansado.

Paula: Mi amor, ¿estás libre esta mañana? Tengo la casa para mí sola.

Me lo pienso dos veces antes de contestarle. Me acuerdo esa vez que deje a Beca tirada por un polvo con Bea y de que no me he arrepentido tanto en la vida. No puedo cometer el mismo error dos veces. No puedo hacerle esto, no puedo hacérmelo a mi.

Dani: Hola guapa, estoy muy ocupado, ya hablaremos.

Bloqueo el móvil de nuevo recordando la larga e intensa conversación de anoche con mi hermano y aún así, aún sabiendo lo que siento, lo que tengo que hacer, tengo mis dudas porque joder, no sé.
Me propuso hacer una lista de pros y contras, y la hicimos poco a poco,Paula eran todo pros, guapa, simpática, cariñosa, accede a todo a la primera, no se enfada, no se queja, incluso me deja hacer lo que me da la ganas. Y Beca, beca es una mezcla de ambos, como pros, es increíble, guapísima, graciosa, divertida, lista, cariñosa cuando quiere, y millones de cosas más. Y de contras, es una completa cabezota, y eso también me encanta de ella. Nunca dice que si a la primera y eso es porque se lo piensa todo varias veces para hacer lo correcto. Se enfada por muchas cosas, y joder, en la mayoría tiene razón y lo bonito que era la reconciliación no lo cambiaba por nada. Tampoco me dejaba hacer todo lo que quisiera, me ponía mis límites y cuando se fue no sabia parar.
Tengo a una chica perfecta y a un desastre completo. Pero hostia, con Paula es todo demasiado fácil, y lo fácil aburre, con Beca llevo años y años así y juro que se que nos queda muchísimo por vivir, que si seguimos adelante, veo mucho futuro.
Porque todos soñamos con la chica perfecta pero joder, cuando la tienes te das cuenta que necesitas pequeñas imperfecciones para ser realmente feliz.

Y aún así, aún después de toda esta reflexión, sigo teniendo dudas porque la cabeza dice una cosa, la conciencia otra, el cuerpo otra y sobre todo, el corazón, otra totalmente distinta.

Se mueve haciéndome sonreír y se acurruca más a mí y no puedo evitar apartarle cuidadosamente el pelo de la cara. Me acerco hasta su frente y la beso con delicadeza, y aún así puedo ver cómo su pequeña sonrisa se hace más grande lentamente y ese pequeño echo me llena.

-Te quiero.-le susurro sabiendo que no me oye.-A pesar de todo, del tiempo que ha pasado, de que hemos cambiado, te quiero como la primera vez que te vi.

Y puede que al decirlo en voz alta sea más real, y la miro de nuevo y no puedo evitar sentirme el más feliz por el simple echo de tenerla aquí conmigo de nuevo. Porque siempre va a ser así, acabo de comprenderlo; ella es mi felicidad.

-Y yo.-la oigo susurrar sin abrir los ojos y sonrío mordiéndome el labio.Como la quiero, joder.

Tenias que ser tu. {2 Temporada}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora