La parca no ama.

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La parca no ama, o eso es lo que se rumorea en los pasillos. Es más bien, un ser repleto de oscuridad, amargado por las malas decisiones en su vida y sin deseo alguno de formar un lazo caluroso en aquella sociedad de Seres Perfectos; El cegador oscuro se pasea de aquí allá, con el rostro fruncido y una delgada línea apagada formada en sus labios, él no ama, no siente, tampoco lo desea, se juró a sí mismo seguir un código moral y de esa terrible y aburrida forma, lo cumple. 

Aquella mañana despertó y se sintió de alguna manera, completamente diferente. Se quedó estático en la cama, sin mover ni un sólo músculo, por un miedo involuntario a encontrarse con el sujeto que dormitaba a su lado; De alguna forma, se sentía avergonzado con su moral debido a las acciones de la noche anterior, quizá cegado por la culpa y el remordimiento de darle un trato terrible a aquel compañero que sólo deseaba ser feliz a su lado.

Sin embargo, había hecho las paces con su orgullo y había decidido adoptar una nueva forma de vida. Eso no quería decir que estaba decidido a convertirse en un hombre completamente amoroso, atento y sensible a las acciones de su pareja, a decir verdad, todo eso le causaba escalofrío y unas terribles náuseas. Sin embargo, se dio cuenta que podía sentir algo, no tan fuerte, pero podía ser el comienzo de una eternidad repleta de paz.

Se incorporó en la cama y alargó el brazo hacia la mesa de noche para localizar sus lentes, de éste modo, procedió a ponérselos y adornar su vista con un sofocante color rojo. 

La habitación era reducida, pero debía admitir que Grell Sutcliff dormía en un cama bastante amplia, incluso más que la suya, lo pudo notar por el hecho de que ambas parcas se encontraban considerablemente separadas y eso le generaba un alivio interno, aún no estaba dispuesto a enfrentar a su orgullo y admitir todos esos sentimientos masivos que amenazaban con darle color a su vida.

Sus ojos buscaron el reloj de pared y al confirmar la hora, se arrepintió de proceder a vestirse para el trabajo, no, ese día, observaría su vida desde otro ángulo, aunque después le causara un sin fin de horas extra y de ese modo, encontrar la verdadera razón por la que su compañero holgazán prefería quedarse dormitando que pasar todo un día en el trabajo.

Apoyó la cabeza sobre el espaldar de la cama y se entregó a las reflexiones mientras mantenía la vista fija en el techo y de vez en cuando, dejarse deleitar por el tranquilo respiro de Grell Sutcliff. Jamás se había dado tiempo para ello, vivía siempre tan apresurado y preocupado por eventos que nunca sucedían, dejando pasar su eternidad en aburridos lapsos de tiempo, sin siquiera aprovechar y degustar aquella oportunidad que le habían brindado.

Torció la vista hacia Grell Sutcliff y le encontró tan sumergido en el mundo de los sueños, tranquilo, quizá feliz, en un lugar dónde podía ser lo que quisiera, sin sentirse agobiado, ni con sentimientos negativos invadir su ser. De ese modo, pensó en el pelirrojo y se encontró incluso preocupado, ¿Cuál era la razón de ser de su compañero? Él no podía serlo todo en la vida del traumatizado pelirrojo, había algo más, una cosa que ni él, que conocía toda su vida, podía comprender.

Pasó con cuidado sus frías manos por el cabello del pelirrojo, sintió una extraña sensación recorrer su cuerpo, preocupación, aprecio y más en el fondo, una sensación de pertenencia. Esa noche, con aquellos sentimientos demostrados a todo pulmón, firmaron un pacto, que, a pesar de no haberlo hecho tan textual, significaba todo en aquella relación. Grell Sutcliff era suyo y la evidencia estaba en los pensamientos que despertó al simple contacto con los mechones rojizos, sentía unos celos terribles al imaginar que alguien más tuviera aquel acercamiento.

Grell Sutcliff sonrió, pero William sabia que no era debido a su roce, algo estaba soñando el pelirrojo que le hacía ser tan feliz y era allí la respuesta que estaba intentando buscar después de tantas cuestiones, ¿Había alguien más que le provocaba felicidad a el Carmín? Quizá era una lluvia de celos después de los acontecimientos sucedidos, pero, él siempre había sido así, tan vulnerable, desconfiado, paranoico y terriblemente celoso. Todo por culpa de su trágico pasado.

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