La parca no ama.

Castigo.

"La parca como es debido, termina su trabajo antes de las 6, pero atiende preguntas hasta las 5:30, después de eso, desaparece para un pequeño descanso que para él, es como un pestañeo, sin darse cuenta, la parca roja terminaría dándole más problemas después del tiempo asignado"

William terminó de arreglar los papeles, los archivó todos por orden y se aseguró de tenerlos al día, no sabía cuándo algún superior se le diera por revisar su trabajo y él no era de esos que mantenía excusas baratas, no, era perfecto e impecable y siempre tenía todo preparado, podía decirse que hasta tenía calculado, como viviría toda la eternidad, más no contó con un factor importante y era el hecho de tener a Grell Sutcliff adornando su vida, o mejor dicho, arruinándola.

-Tsk....Idiota...-Cerró el cajón y ajustó sus lentes, con algo de disgusto, tuvo el placer de tener a ese carmín abarcando su mente y él parecía que iba a enfermar, siempre tenía que sacarle de aprietos y sentirse mal consigo mismo, pero a pesar de eso, solo lo hacía por lástima y un pequeño pago por todos los años de compañía durante la juventud.

Cuando ya todo parecía estar en orden, esbozó una pequeña sonrisa, casi perceptible y se retiró las arrugas de su perfecto traje, también sacudió sus manos y retiró algo de grafito que descansaba en sus guantes, ya se sentía algo más liberado y solo una puerta le separaba a él de su hogar, ya se imaginaba bebiendo té, mientras se deleitaba con sus libros.

-¡Spears!- Uno de los muchos superiores entró por la puerta, causando gran impacto en el gerente, quien se maldijo en el fondo, porque tenía la corazonada de que podía estar ligado al rebelde carmín.

-Señor- El moreno se paró justo al frente de él, con una postura firme y correcta.

-Estas son las órdenes para esa "Cosa"- El superior leyó una hoja que traía en la mano y después observó a William con algo de ¿Compasión?, si, lo era, se compadecía de él y su pobre alma, por tener que estar ligado al pelirrojo, que era incontrolable y potencialmente irritable para casi todos.

-Le escucho señor....-Quería vomitar, o mejor dicho, salir corriendo, esa mirada que le habían enviado no representaba vacaciones ni un aumento de sueldo, más bien, de problemas.

-A partir de hoy y hasta una fecha indefinida, usted se hará cargo totalmente de Grell Sutcliff, a quien se le retiraron los poderes para cosechar almas y posteriormente su Guadaña, se le darán unos pequeños trabajos, ya que también fue descendido de su cargo y ahora trabaja para todo el departamento, además, de que se quedará en su oficina, para evitar disturbios pasados- Leyó lo más rápido posible, así la bala no perforaba tan fuerte el pecho de William, no podía creer su mala suerte, pero sin duda, ya las cobraría, teniendo a Grell en su oficina, lo que haría sería golpearle todas las veces posibles.

-Recibido, entonces, en pocas palabras, tendré que encargarme de... Grell Sutcliff- Repitió no muy convencido.

-Además, él recibirá terapia en el piso dos, le pido por favor que lo controle y no se le escape de la vista, tenemos bien sabido que no tiene la mejor paciencia del mundo y su deseo por la destrucción es latente- El superior ajustó sus lentes, se acercó a William y le entregó el papel, como si en realidad, le estuviese entregando una bomba que pronto explotaría- Tenga una buena noche, me retiro- Hizo una pequeña reverencia y desapareció de allí lo más rápido posible, sabía que William era un hombre firme, que también se enojaba con facilidad y sinceramente, él no deseaba escuchar los muchos gritos que podría pegarle a su departamento.

-Honestamente...-Intentó contenerse a toda costa, fueron órdenes enviadas desde los superiores y él como buen trabajador, tenía que mantener la compostura, si deseaba llegar a ser uno de ellos en el futuro- Manos a la obra- Tomó la hoja y la revisó, había fecha indefinida, así que su agonía duraría a ciegas, más estaba seguro que no se dejaría pisotear por nadie y sería realmente estricto.