"La parca no ama, ni tiene derecho, su único deber, es el de trabajar sin descanso y no hay perdón para acciones fuera del rango"
Odio, ira, furia, todos esos sentimientos se despertaron en él en aquel momento; El gerente estaba molesto, no, Enfadado, todos los músculos del cuello se tensionaron y palparon sus venas, que parecían al borde de estallarse, ¿Cómo había optado por terminar allí? Estaba parado en uno de los muchos techos que adornaban la formidable ciudad Londinense, mientras sostenía fírmemente su Death Sctythe y clavaba sus orbes verdes hacia el horizonte, en su objetivo militar para ser exactos; El carmín, completamente vestido de rojo, como la sangre, que él tanto estaba acostumbrado a ver.
-Honestamente...-La temperatura de su cuerpo había aumentado y podía imaginarse a si mismo completamente rojo y si que lo estaba, sus puños estaban apretados, con tanta fuerza que podía explotar en ese momento, era normal verle así de vez en cuando, más ese día, llegó a su límite.
Grell Sutcliff, su subordinado, no, su compañero de juventud y más que eso, era él quien perseguía al gerente, colmándolo de frases cursis y aceptables hasta cierto punto, ¿Pero por qué estaba molesto? El carmín desapareció por un buen tiempo, dejándole a él y al despacho en una total colisión, ya que estaban faltos de personal, agregándole, que el irresponsable, bajó al mundo humano a ejercer muertes indiscriminadas a mujeres que no estaban en la lista para recolectar; Esos si eran serios problemas para William, quien luego, tendría interminables horas extra.
Más no estaba molesto por eso, más bien, por que el pelirrojo estaba a unos cuantos metros, teniendo un duelo a muerte con aquella alimaña que él tanto aborrecía, el problema, era que él no sabía por que se sentía así de molesto, un aura oscura se formó alrededor suyo y se preparó para intervenir en aquel encuentro tan enfermo, Grell estaba gritándole a los cuatro vientos al demonio, que le amaba y que deseaba tener un hijo suyo, eso en parte, no tenía por que importarle al gerente, él no debía meterse en asuntos personales de sus subordinados, más con el carmín, había algo más allá... Algo inexplicable y debido a su orgullo y dignidad, no dejaría que se burlaran de él.
De inmediato dio un brinco y dio por terminada la caza de Shinigamis, tuvo que verse obligado a reverenciar al demonio y después, con lo poco que le quedaba, tomó a su incompetente trabajador por los cabellos, luego de brindarle unas buenas patadas, estaba enojado, ya que él era siempre el producto de sus problemas, gracias a él, tendría otras horas extra.
Llegaron a la sede y de inmediato, el gerente lanzó al pelirrojo al suelo de su oficina, su cara tenía la expresión de un asesino, con un leve tic en el ojo; Ajusto sus lentes y se agachó al deshecho Shinigami que yacía en el suelo.
-¿Aprendiste la lección?- Le confrontó con violencia.
-Will...Gracias por salvarme..-Dijo él con lo poco que le quedaba.
-Yo no te salvé...Por mi, ojalá te hubiese matado ese demonio- Se levantó del suelo y le envió una mirada de asco y desapruebo.
-¿Por qué eres tan malo?...A pesar de eso, Will, eres como un cubo de hielo, tan hermoso...-Se revolcó, a pesar de estar tan herido, jamás dejaría de ser tan testarudo.
-¿Malo yo?...-Entrecerró los ojos y se sentó a unos metros de él- Que yo recuerde, usted estaba coqueteando con esa alimaña...¿Tengo razón? Además de decir que me ama, lo único que me proporciona son problemas..-Profundizó la voz y acomodó sus lentes.
-¿Puede ser esto cierto?...-Él se incorporó con dificultad y enterró las yemas de sus dedos en la baldosa fría- William T. Spears está celoso- Una sonrisa se formó y le enseñó esos dientes puntiagudos.
-Silencio, no he dicho eso- Le soltó de una manera fría y distante.
-No seas orgulloso Will....
-¡Silencio Sutcliff! Aún estoy debatiendo si matarte con mis propias manos...-Gruñó él y se levantó en un intento para evadirle.
-Lo siento cariño...-Lo único que podía hacer la despreocupada parca, era salir del problema con unas palabras que no eran honestas ni un poco.
-¿Cuándo vas a aprender?...-Abrió la puerta de su despacho y le envió una mirada fría, estaba enojado, celoso, ¿Celoso? Podía ser, ¿Por qué tenía que ser él tan entregado a todos? Odiaba tener que espantar a sus amantes y más si eran demonios como Sebastián.
-Will...-Llamó él antes de ver a su jefe partir, tal vez, a ver a los superiores
-¿Qué?- Preguntó sin mirarle, ahora dándole la espalda, preparado para salir.
-Lo siento Will....Sabes que solo te amo a ti... -Intentó arreglar las cosas con su querido jefe, más este no dio respuesta alguna y abandonó la habitación de inmediato, el Shinigami no hizo movimiento alguno, sabía que de alguna manera, ese hombre le atraparía en sus brazos.
-La parca no ama....-Replicó él en voz baja mientras caminaba por aquellos pasillos, para darse cuenta, de que había roto el primero de sus principios, las reglas establecidas por sus superiores y él, un hombre tan correcto y tan impecable, había violado el código.
Honestamente Sutcliff....
Continuará.
Ojalá les haya gustado y debo aclarar que es el primer Grelliam que escribo, más me encanta esta pareja, espero poder mejorar la secuencia de los acontecimientos con el paso del tiempo.
Gracias por leer.
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La parca no ama.
FanfictionWilliam T. Spears es un hombre frívolo y muy apegado a las normas, por lo que, será muy difícil para Grell Sutcliff conquistarle, más sin embargo, el gerente, pronto se dará cuenta de que estuvo flotando en el aire por un buen tiempo y que tal vez...