La parca no ama.

ESPECIAL NAVIDEÑO

William yacía sentado en su silla, escribiendo lo más rápido posible en una hoja, una de muchas las que tenía que llenar aquel día, su cabello estaba desordenado y los mechones rebeldes acariciaban su frente sin cuidado, además, una pequeña gota de sudor bajaba por su sien y sus gafas tentaban con caerse; Aquel era el poceso que todo gerente, de cada departamento debía realizar cuando se acercaba la Navidad, todos debían trabajar a tiempo completo, sin aumento del salario y ante todo, un gran ajetreo.

Ésto se debía a que en la víspera Navideña, se presentaba la taza más alta de suicidios y por consiguiente, todos los dioses de la muerte, debían estar preparados, todos, sin excpeción, debían salir a realizar trabajo de campo, incluyendo a los peces gordos, puesto que se estaba corto de personal.

Así que cuando William se dio cuenta de que ya había rellenado la mayoría de su papeleo, se levantó, empujando la silla hacia atrás con su pantorrillas, se ajustó sus lentes, abrochó su abrigo, tomó su Death Scythe y después, rodeó su cuello con una bufanda para abrigarse. Se le había ordenado cosechar unas cuantas almas al rededor de la ciudad Londinense y además, sabía bien que la nieve cubría casi toda la ciudad, al borde de enterrarla.

Redujo su guadaña y la guardó en un estuche al rededor de su cintura, hacía mucho tiempo no cubría trabajo en el exterior y se volvía un pequeño problema, ya que él no estaba del todo informado de las posibles alimañas sueltas, queriendo robar su trabajo; Dejó de vacilar tanto y salió de su oficina, informó a su personal que estaría por fuera unas horas y sin más formó un portal hacia el exterior, sin embargo, antes de poder hundir sus piernas dentro del místico campo azul, la voz de un superior le detuvo y le obligó a retroceder.

-¡Spears!- El mayor corrió hacia él bastante agitado- ¡Tu no puedes ir solo en ésta misión! Varios Shinigamis nos han informado que los demonios han atacado discriminadamente- Explicó éste, al mismo tiempo que sacaba una pequeña hoja de papel- Por lo tanto, tu compañero será... Grell Sutcliff- Al terminar de informar aquel pequeño y molesto detalle, William observó a su superior intentado convencerle de que recapacitara.

-S-Señor, pero Sutcliff está cubriendo algún sector de la gran Londres- Inquirió Wlliam, haciendo algo que jamás imaginaría que haría y era contestarle a un superior-

-¡Spears! Ahora mismo no tengo tiempo de caprichos, ve y búscale, protégele si es necesario y tráiganme esas almas para el final del día, si nos roban una...A los ancianos no les gustará para nada..

-Si señor, mis disculpas señor -Hizo una leve reverencia, algo irritado, por que sabía que no podría ejercer su trabajo a la perfección, Grell Sutcliff era como un pequeño niño, suelto en la gran ciudad, era como soltar a una bestia que no estaba domesticada, él era muy confiado y siempre en busca de "Hombres guapos" Sería el gran reto navideño de éste gerente.

William encontró un punto de referencia en el tejado de un gran edificio, la ciudad estaba blanca y cubierta por la nieve, que muchos humanos solía disfrutar, pero que para él, era un pequeño impedimento a sus habilidades, sus zapatos eran resbaladizos y no podía brincar de teja en teja con destreza.

Buscó por muchos lugares a su Subordinado, el cual parecía ya perdido y le hacía cuestionarse, ¿Estaría Grell Sutcliff haciendo su trabajo enserio? Era una pregunta tonta, ya sabía bien que una misión por aquellos lares, era adentrarle en la casa de aquel demonio, cosa que no le convenció a él de ninguna manera, Sutcliff era suyo, aunque lo ocultara con todos los reproches posibles.

Pronto su larga búsqueda dio los frutos esperados, La parca negra encontró a su objetivo, sentado bajo un árbol seco sin hojas, cubierto de nieve, al igual que toda la zona; Su querido subordinado escarlata, se encontraba dándole la espalda, regando sus cabellos como si fuese una cascada de sangre enterrándose en el frío hielo.