Capítulo 8: Miedos y sueños rotos

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Estaba mal de la cabeza. Vivir a cuestas de la tristeza de otro no es algo digno, seguramente mi madre y mi padre no estarían orgullosos de una hija como yo. Ellos no me enseñaron a ser una maga, sino a ser una "señorita", vaya señorita que soy... Me escondo en mi cuarto por días, casi mato a alguien y miro al novio de mi compañera de gremio con los ojos equivocados.

Tengo miedo, todo lo que estoy haciendo se me devolverá más pesado aún. Aunque no es mi culpa que Lisanna esté inventando un embarazo poniendo de padre a Natsu, está cargándolo y él está en desventaja. Siempre he deseado una convivencia en paz con todos, armonía absoluta, ¿qué haré si todo esto se pierde?

Comencé a temblar, y justo en ese momento los brazos de Natsu pasaron alrededor de mi cintura, apretándome con fuerza. No supe cómo reaccionar, me quedé sin palabras. En esta situación tan compleja, le agrega más dificultad...

Natsu: Lucy... Tengo miedo.

Quería darme vuelta y decirle que yo lo podía alegrar, pero recordé el accidente que ocurrió en la barra, del gremio así que me arrepentí.

Lucy: No temas. La verdad siempre se termina sabiendo pase lo que pase. Después de todo, me sacaron de Fairy Tail por un malentendido, pero todos supieron que yo no tenía ninguna culpa.

Noté que mis palabras lo reconfortaron. Quitó una de sus manos de mi cintura para acariciarme el pelo. Quería decirle que se alejara... Que él tenía novia, y que yo no quería ser nuevamente la mala de la película; pero las palabras simplemente no salían. Estoy atrapada entre mis ilusiones y la cordura. Sin darme cuenta me volteó y quedamos frente a frente.

Al poco rato se quedó dormido, su respiración llegaba justo a mi cuello por lo que estaba tan nerviosa que no logré dormir. Cuando vi que el sol estaba saliendo, me levanté cuidadosamente procurando no despertarlos. De mi bolso saqué lo que tenía y con lo que me entregaba la misma naturaleza preparé un desayuno. Adiós a los pensamiento negativos... El que necesita apoyo es Natsu y yo siempre estaré ahí para él, en las buenas y en las malas. Cuando se caiga yo seré quien lo recoja, sin importar cuantas veces sean.

Soy patética, soy una persona llena de errores. Ahora ni siquiera tengo un objetivo de vida claro, pero, ¿qué importa?

Happy: -saliendo de la tienda- Lucy... Buenos días

Ya me da lo mismo si es que no tengo qué perseguir. Seguiré trabajando duro en. mi persona; superándome a mi misma sin mirar al lado. Está bien si no hay alguien que me tomé de la mano al caminar... Si cuando llegue a casa no habrá nadie... Si no tendré a mi persona con la cual reír, a esa persona que sea más amable conmigo que con los demás, aquel que me prestará su hombro para llorar... Si nunca existirá alguien así para mí, está bien.

Natsu: Lucy, ¿estás llorando?

Lucy: ¿Eh? No, no es nada. Me entró algo en el ojo -sonríe-

Me quedó mirando y acercándose sacó la lágrima de mi mejilla con su dedo. Desayunamos y volvimos a la ciudad de inmediato, entre todos decidimos no hacer la misión por cómo se encontraba Natsu en estos momentos.

Cuando ya estuvimos fuera del gremio, vimos como Erza salió corriendo con su armadura de velocidad. Detrás de ella, venían Mirajane y Levy. Por intuición detuve a Levy en su marcha para preguntarle qué sucedía.

Levy: U-Unos cabelleros del pueblo nos dijeron que habían visto a alguien con la marca de nuestro gremio conversando con el consejo mágico. Es el momento exacto para atrapar a quien está pasando información de Fairy Tail.

Al oír eso, con Natsu nos mirábamos e íbamos a partir corriendo detrás de las demás. Pero luego me paralicé... Yo ya sabía quien traspasaba información. Y a mi pelirosa definitivamente no le convenía saberlo... Cuando me di cuenta ya era muy tarde para impedirlo, así que no me quedó más remedio que seguirlos y ver qué pasaba.

La desesperación de LucyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora