Capítulo 11: Palabras vacías

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Luego de que Natsu me soltó de su agarre, entramos al gremio. Aún había varios afectados por la ida de Lisanna. Volví al puesto donde estaba antes y busqué mi bolso, pero no estaba por ningún lugar. Seguí buscando por los rincones del gremio pero simplemente no aparecía. Estaba totalmente concentrada en eso, hasta que la puerta sonó fuertemente.

Juvia: A-Alguien... Ayúdeme, Gray-sama...

Se me apretó el pecho. Dejé de lado mi búsqueda y de inmediato puse atención a la chica de pelo azul.

Erza: ¿Qué sucede con él?

Juvia: E-Está en el parque de Magnolia, y dice que... D-Dice que se va a suicidar si no le damos lo que quiere...

Ella me miró y yo solamente asentí. Salí corriendo del gremio. Por mi culpa, siempre por mi maldita culpa. Estaba haciendo sufrir a Gray y él no se lo merecía, aunque en cierto modo lo entendía, ¿qué tan grande es el afán de los humanos por enamorarse de la persona incorrecta? Es como si sólo existiésemos para sufrir.

Cuando llegué al parque me di cuenta de que el gremio completo me había seguido, mientras corría pensaba así que no lo había notado. Con la indicación de Juvia me di cuenta de que Gray estaba sobre un árbol y... Tenía mi bolso, y en mi bolso estaba la vara que me dio Zeref...

Gray: -saca la vara- Logré escuchar la función de esta vara... Y voy a usarla contra mí mismo

Natsu: Yo debería ser el que se quiere suicidar. ¿Estás de broma? ¿Qué te va hacerlo un palo?

Mi culpa me estaba consumiendo y yo no podía con esto.

Lucy: E-Esa vara tiene el poder de matar a quien su poseedor desee

La cara de todos poseía pánico. A mi lado sentí un sollozo, y supe que se trataba de Juvia. No era capaz de mirarla a los ojos... Ella ha estado sufriendo todo este tiempo por Gray y se ve que de verdad lo quiere, si tan solo pudiera hacer algo...

Juvia: ¡Gray-sama, por favor, no se haga daño!

Su decisión no cambiaba. Básicamente, las palabras de todos eran inútiles. Tenía la vara apuntando hacia él... Mientras lo observaba nuestras miradas se encontraron

Gray: Es que... ¿Es que ni siquiera te dignarás a decir algo, Lucy?

Las miradas de todos estaban puestas sobre mí. Tenía miedo de lo que mis palabras pudieran causar algo peor de lo que han hecho antes, a veces soy hiriente en las peores situaciones

Gray: ¿En serio? Estoy aquí, por ti, ¿y tú no dices nada? Sabes bien que tú eres la culpable, tus constantes rechazos, tu presencia me volvió loco, loco de amor

Eso definitivamente no era mi culpa. Nunca hice una insinuación o algo por el estilo, solo era yo misma, siempre...

Cana: Podemos entender que estés mal por penas de amor, pero eso no justifica que acabes con tu vida

Erza: ¡Sí, así es! Todos nosotros te queremos y te atesoramos, porque eres un miembro de Fairy Tail, porque simplemente eres tú. No te dejes llevar por un impulso idiota

Las palabras de las chicas les salían del alma, pero yo no sabía qué decir. Unas palabras mías posiblemente salvarían la situación, pero me daba miedo hasta qué punto llegaría. Durante toda mi vida me ha preocupado cómo puedan afectar mis decisiones a los demás

Lucy: Gray, haré lo que sea necesario para que no cometas una locura.

Ni siquiera yo estaba segura de lo que decía. Bajó la vara y al parecer consideró la propuesta en silencio.

Gray: ¿Hablas en serio...?

No, no quiero hacer esto. No tengo deseos de hacer esto y la forma en la que hablo lo demuestra. Lo que digas, me temo que podría cambiarlo todo, te quiero pero sólo como amigo, ¿es tan difícil comprender eso?

Lucy: Sí. Dime, lo que sea

Sí, es difícil. Natsu me hizo lo mismo y hasta ahora aún la esperanza de que suceda un milagro... Aún cuando sus palabras dirigidas a mí estaban vacías, yo aún lo seguía...

Gray: ¡Pues, cásate conmigo mañana mismo!

La desesperación de LucyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora