Capítulo 17: Mi fuerza

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Esa niña había despertado en mí el deseo de vivir. Me dieron ganas de lanzarme sobre ella y abrazarla, rebosante de felicidad. Pero para ella esta situación debió haber sido extraña, después de todo a la vista de los demás estaba muerta.

Estaba expectante, esperando una respuesta.

Lucy: Sí, soy yo.

Wendy: Pero, ¿cómo...? ¿Eres una clase de espíritu o fantasma...?

En realidad ni siquiera yo sé lo que soy. Estoy perdida, dependiendo de alguien que ha notado mi presencia.

Lucy: No estoy segura. Sólo sé que la gente normal no puede verme, y yo no puedo tocarlos.

Me pidió que por favor le respondiera unas preguntas, para saber si en realidad era "yo". Luego, le conté los acontecimientos que había vivido luego de beber ese maldito vaso de agua.

Wendy: Podría ser que... No, no.

Lucy: ¿Qué sucede?

Wendy: Una vez, leí en un libro algo como esto... Lucy-san, podrías estar atrapada entre el mundo de los vivos y el de los muertos.

Ya había notado que se trataba de algo muy raro. Pero tengo que superarme, tengo que ser fuerte. La peliazul me dijo que actualmente no se conoce ninguna solución para esto, pero con los ojos llenos de determinación me dijo que me iba a ayudar. Quisiera tener esos ojos, pero no puedo. Mis pupilas han pasado penas tras otras penas.

Iba a acompañarla al gremio, ya que la noche podría ser peligrosa. Luego me quedé en duda, ¿entrar... o no? Si los veía a todos sería una pena tremenda, porque sé que les gritaría a más no poder pero no me podrían escuchar. Sólo Wendy me escuchaba por sus poderes pero deseaba tener determinación. Así que, sin más, entré junto con Wendy.

Wendy: Buenas noches a todos.

Observé los alrededores. Todos tenían auras de pena. Natsu que estaba acostado sobre una mesa, detectó algo y se nos acercó.

Natsu: Tienes el olor de Lucy sobre ti... No, no puede ser, ¿cierto?

Yo estaba cabizbaja al lado de la pequeña. Le quería hablar, pero sabía que sería un intento inútil. Natsu estaba cada vez más cerca, moviendo su nariz, pero cuando estuvo frente a mí, avanzó.

Wendy: Sí, si puede ser. Lucy-san está conmigo.

Estiró su brazo, "mostrándome". Todos voltearon pero no vieron nada. Mirajane se acercó y le tocó la frente a Wendy.

Mirajane: ¿Te encuentras bien? La partida de Lucy nos duele a todos, pero tenemos que afrontarlo.

La peliazul siguió insistiendo, con frustración, queriendo demostrarles que yo en verdad estaba ahí.

Lucy: Es suficiente, no lo entenderán.

Se la llevaron a la enfermería. Nadie le creyó y en realidad nunca me esperancé con que le creyeran, lo que me está pasando definitivamente no es común. Estaba derrotada. Lo único extraño es que Natsu no se había movido, seguía olfateando el lugar. Lo vi apretar el puño y sonreír.

Natsu: Yo te creo, Wendy. Lucy está aquí, puedo sentirlo.

Lucy: Estoy aquí –susurro-

La gente dice que primero hay que creer para ver. A fin de cuentas él si creyó, y eso me bastaba. Mis ojos estaban cristalinos, tenía ganas de llorar. Su esperanza sería mi fuerza, no me dejaría caer.

Si yo quiero sé que podré. Con mis manos intenté agarrarle la chaqueta; centré en ello toda mi voluntad, todo mi espíritu. Al rato sentí como mis dedos parecían ser sólidos y logré dar un pequeño agarre, como un piñizco.

Natsu: ¿Eh? ¿Quién fue?

Miró con enojo hacia atrás, pero se fijó en que era imposible que alguien lo hubiera tocado, la mayoría estaba lejos. Sonreí, ese pequeño movimiento me cansó mucho, pero ver a aquel Natsu confundido me hacía creer que todo era posible.

Me metí a la biblioteca del gremio y busqué todo lo que me pudiera ayudar, pero nada parecía servir. Pero hubo un título que llamó mi atención.

Lucy: ¿"Posesión de personas"?

La desesperación de LucyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora