Capítulo 16: Una luz

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Logré oír las palabras de Natsu, que me hicieron sonreír. Me había notado, aún no me olvidaba, incluso había llorado por mí. Quise levantarme y lanzarme desde ahí a sus brazos, pero luego lo vi imposible.

No me importa si puede olerte, de ningún modo te verá.

Vi como lentamente el viento nos alejaba de allí. Natsu observaba el cielo anonadado, queriendo creer que yo estaba viva. Lo estoy, por favor ven a mí. No te quiero volver a perder. No me puedo mover... Pero mi corazón siempre estará junto a ti. Sálvame, te estoy esperando. Esto va cada vez más lejos.

En un rato más podrás moverte bien. Los efectos del veneno no son permanentes.

Respiré dispuesta a esperar. ¿Qué soy en este momento? Puedo saber que estoy viva, en el silencio puedo sentir mi corazón latir. Pero, para él estoy muerta. Todo por culpa de ella, la que se entrometió. No podía dejarnos en paz, ya ni siquiera valoraba su propia vida; con tal propósito de que fuésemos infelices se entregó ella misma.

Vagamos sobre la ciudad, hasta que de repente me percaté de que me podía mover. Me levanté y me estiré. Tal vez... La "felicidad" no la tenía permitida. Mis pensamientos negativos me consumían, ya no veía ninguna esperanza.

Eres muy pesada, humana. Como sea, te dejaré. Ya cumplí mi trato.

La burbuja se reventó y yo caí a Magnolia. Tenía una herida en la pierna, ¿cuál era el sentido de todo esto? No entiendo, me soltó como si nada en medio de la lluvia y se fue. Dejé de pensar y aguantándome el dolor corrí por la ciudad. No había pasado mucho tiempo así que debían seguir en mi "funeral". Era raro pensarlo.

Avancé y pronto vi ese pelo rosado tan especial... Con un aura de pena se movía con el viento. Me acerqué lentamente para abrazarlo por la espalda, pero mis brazos no lo tocaron.

Lucy: ¿Eh? ¿Por qué...?

Volví a intentarlo, pero no daba resultado. En estos momentos era como un fantasma. Me arrodillé, pidiéndole a Natsu que por favor me mirara, pero todo era inútil. Pronto Erza lo llamó para volver al gremio, y él se fue. Lo quedé mirando, gritando su nombre, suplicando que volteara y me viera, pero no pasó nada, sólo se fue y perdí su silueta entre la lluvia.

Lucy: No entiendo nada, ¿me quedaré así para siempre?

Entre todas las posibilidades de fracaso que tenía, nunca me imaginé algo como esto, no había nadie capaz de ayudarme... Nadie me podía ver, ya nadie sabía que existía. Caminé sin rumbo durante un rato y mis pies me llevaron a la iglesia donde estuve a punto de casarme, ¿cómo estará Gray? No lo vi desde la burbuja...

Me dolían los pies y ya no sabía qué hacer. En estos momentos yo quisiera ser la compañía de Natsu, su consejera, su cómplice, la que esté a su lado incondicionalmente. Y estoy aquí, vagando. Mis expectativas se fueron lejos, a un lugar inalcanzable. Sólo quería echarme a morir, pero era mejor esforzarse, aunque no sepa qué voy a lograr.

El día había sido raramente agotador. En cualquier lugar la gente parecía no verme, así que me relajé y me senté en una banca de un parque. A los lejos, entre la lluvia, vi una pequeña figura de cabello azul acercándose. Pronto me di cuenta de que era Wendy. Me fijé de que antes de quedar por mi lado, había quedado de pie a mi lado, como queriendo procesar algo.

Wendy: Esto... ¿Hay alguien aquí?

Fue como una luz al final del túnel. Ella estiró los brazos, queriendo tocarme. Yo me levanté para poder mirarla. Tal vez no era del todo imposible, aún tenía posibilidades de sonreír junto a todos...

Wendy: El viento de esta zona se detiene, pero no hay nada capaz de hacer eso...

Lucy: Wendy, ¿puedes sentirme...?

No despegaba los ojos de la banca en la que estaba.

Wendy: No puede ser... ¿Lucy-san?

La desesperación de LucyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora