La desesperación de Lucy

Capítulo 15: El miedo regresa

Abrí los ojos. Me encontraba en una habitación pintada de blanco, vacía, acostada en una especie de camilla. Me di la vuelta y lo único que vi fue una pequeña mesita color café, el dolor de mis ojos era demasiado así que los volví a cerrar. ¿Qué me había pasado? Tengo un mal presentimiento.

¿Por qué Natsu no está aquí? ¿Acaso me volvió a dejar? Si me deja se volverá a olvidar de mí y correrá a los brazos de otra, de cualquiera, ya me di cuenta de que un hombre que necesite consuelo se irá a la primera que se le presente.

Vuelvo a tener miedo. No me puedo mover, no siento mis brazos ni mis piernas. Si lo que deduzco está pasando y yo no puedo hacer nada, me voy a suicidar. Lo juro. Otra vez me tocaré verlo partir sin hacer nada, y es que, ¿dónde estoy? No sé nada. Nosotros estábamos felizmente en aquel local de comida; tomé agua, de repente me sentí mal y ahora estoy aquí.

—Oh, despertaste.

Abrí los ojos un poco y vi escuché una grave voz, que sonaba por todo el lugar pero no sé de dónde provenía. La voz sonaba inocente, pero algo me decía que no me dejase llevar...

Lucy: ¿Dónde estoy...?

—Estás en una burbuja flotante.

Su respuesta me confundió un poco. Con las mínimas fuerzas que tenía logré sentarme. Miré alrededor y sus palabras no parecían ser falsas. Nos encontrábamos en el aire, desde mi posición podía ver toda Magnolia. Justo bajo nosotros estaba Fairy Tail.

Lucy: Necesito bajar.

Al decir eso, hice que algo cambiara. El tono de su voz, cambió.

—Es imposible, allá abajo piensan que estás muerta

¿Eh? ¿Por qué pensarían eso? Es más, ¿qué pasó cuando me desmayé? Quiero estar con Natsu, ahora sé que mis sentimientos eran correspondidos, ¿cuál es el afán de quitarme la felicidad? No quiero estar sola... Necesito de sus cálidos brazos...

—Una persona me pidió decididamente que te alejara de alguien. A cambio me ofreció su alma, parecía no importarle nada. Era un ser lleno de odio y su cara de desesperación me hizo aceptar. En serio lamento que tengas que estar aquí en medio, estos asuntos de amor son sólo líos.

Lucy: ¿Qué eres tú...? No sé a qué me estoy enfrentando, pero yo quiero salir... Lo necesito.

—Soy un demonio. Carezco de cuerpo físico, así que cumpliendo caprichos de la gente me mantengo vivo. Si te pones fastidiosa, te mataré de verdad.

Seguía inmóvil en la cama, pero mi objetivo jamás iba a cambiar. Yo llegaría al lado de mi dragón slayer de cualquier modo.

—Esa chica me dijo que te envenenaría, pero yo no lo creí. A veces los humanos dan más miedo que los mismísimos demonios, tienen una tenacidad increíble cuando se lo proponen y no les importa nada con tal de cumplir sus deseos.

Escuchaba su relato con atención. Quisiera que todo fuera una broma de muy mal gusto, pero era la realidad. Noté que la "burbuja" estaba bajando a la ciudad.

Lucy: ¿Dónde nos dirigimos...?

—A tu funeral. Soy un demonio considerado, ya ves. Ese chico pelirosa de allí parece estar pasándolo mal, te debe haber querido mucho. Está llorando desesperadamente y no tiene intenciones de separarse de tu tumba falsa, si sigue con ese ánimo, terminará por llamar a alguien que quiera consumir su alma.

Supe que se trataba de Natsu que estaba sufriendo por mí. No podía moverme con facilidad, pero logré mover levemente el cuello y pude mirar hacia abajo. Ahí estaban los del gremio, y ahí estaba la lápida con mi nombre escrito. Comencé a gritarles, pero ellos nunca me escucharían. Esto es como un castigo, ¿qué he hecho tan mal? Seguí observando, pero me fijé que Natsu levantó la vista hacia donde estábamos nosotros...

—Rayos, esto es malo.

Natsu: El cielo tiene... El aroma de... ¡Lucy!