Capítulo 4.

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My Secret.

Grace.

Codd tomó mi rostro desde mis mejillas y comenzó a besar mis labios. Él podría causarme rabia las veces que quisiera, pero no podía negar que besaba de una forma realmente auténtica, me hacía sentir suya, cuando yo misma sabía que no le pertenecía. Mordisqueó mi labio inferior y yo solté una risita y él introdujo sus manos debajo de mi sostén y comenzó a acariciar mis pezones. Gemir era inevitable. Me había tomado cuando estaba más vulnerable y yo sabía que eso le gustaba a él.

Me despojé de mi blusa y él soltó mi sostén rápidamente y comenzó a besar mis senos. Sabía que estaba mal, pero eso de allí no pasaría, estaba totalmente segura. Besó mi abdomen y llegó hasta mi vientre, y mientras abría mi cremallera yo le palmeé suavemente la mejilla susurrándole "Ya estuvo bien, campeón" pero él ignoró lo que dije, y bajó mi braga. Juro que estuve a punto de detenerlo, pero me fascinó aquello que hacía en mi entrepierna. No era que Jules no lo hubiese hecho antes, sin embargo, con Codd era más tentativo, sobre todo porque estaba mal, estaba prohibido, erróneo. Pero me gustó bastante. Se sentía bastante bien hacer las cosas mal luego de un día haciendo todo bien.

***

Me removí debajo del edredón de mi cama. Bostecé y solté un suspiro cansado, observé a Codd de soslayo que estaba mirando el techo con un brazo debajo de su cabeza. Ambos estábamos desnudos debajo del edredón. Fue inevitable no colocar mi brazo sobre su abdomen y abrazarlo, por lo menos quise sentir algo bonito luego de una grandiosa noche.

—Soy mejor que Jules, admítelo —arqueó una ceja observándome.

—Codd, sabes que esto es diferente —me senté, él comenzó a acariciar mi espalda desnuda.

—¿Diferente de qué forma? —frunció el entrecejo.

—Yo amo a Jules, eso lo sabes perfectamente. Esto fue más...como que placer, ¿entiendes? Algo que me hacía bastante falta. Sexo —le sonreí de soslayo.

—Ni que yo fuera a hacerte el amor a ti —soltó una fuerte carcajada.

—Quisieras tú —me levanté y caminé desnuda hacia una de mis cómodas—. Tengo clases.

—¿Por qué no te quedas? —arqueó nuevamente una ceja, con media sonrisa.

—¿Y faltar a clases? —reí.

—Siéntate aquí, muñeca —dijo, y dio palmaditas leves sobre su erección.

Reí y entré a la ducha, no me quedaría con él, ni porque me obligara.

Vanessa.

Después del almuerzo, Chaz me acompañó hasta mi casillero mientras hacía bromas sobre mi estatura. Ambos caminábamos mientras nos reíamos, aunque hubiese pasado todo lo de Dakota, había un clima de buena vibra en todo Winstonk. Sin embargo, parecía que alguien no se había percatado de aquel buen clima. Jules golpeó el casillero de Grace ferozmente, casi entorpeciendo mis tímpanos. Chaz trotó hacia él y trató de calmarlo, pero Jules lo único que hacía era empujarlo.

Yo troté hacia ellos y aunque Chaz me estuviese diciendo que me alejara, me atreví de interponerme en medio de ellos y de retar a Jules.

—¿Qué te pasa? —espeté eufórica—. ¿Tienes algo en contra de Gracie o qué? ¡Habla ya! —grité, llamando la atención de todos los del pasillo.

—¿En dónde está ella? —espetó, su aliento olía a alcohol.

—¡Es que tú estás ebrio! —lo empujé con fuerza—. ¡A mí no me vengas con esa estupidez de que irás a embriagarte y luego a venir a causarle un daño a Grace! ¡Porque primero me golpeas a mí antes que a ella! —le grité eufórica.

—Vanessa... —la voz de Jules se quebró. Sus ojos se llenaron de lágrimas y me tomó de los hombros—. ¿Qué tiene mi Gracie? ¿Por qué ya no me habla? Ayer Erika hizo un show enfrente de ella, ambos estábamos ebrios, entre Erika y yo no sucedió nada, ni siquiera estábamos bebiendo de la misma botella. ¿Es que Gracie ya no me ama? Dime Vanessa, ¿Qué demonios hice?

Observé perpleja a Jules, ¿Él estaba llorando por Grace? Aún no podía creerlo. Traté de enterrar en mi mente todo lo que sabía de Grace. Yo sabía que ella estaba siéndole infiel a Jules, por aquellos gritos que oí en su habitación, y supuestamente ella estaba en estado, y si no era con Jules...quizás eso era lo que la tenía tan alejada del grupo, quizás ella estaba esperando un hijo de un tipo que no era Jules, su novio.

***

Durante la última clase, no logré hablar con Grace. Ella duró toda la clase perdida en la pantalla de su teléfono, leyendo algo o viendo la foto de alguien, quizás. En la salida, la sujeté del brazo fuertemente y ella perpleja me observó, como si no tuviésemos mucho de qué hablar. Aclaré mi garganta y la observé con cuidado, para analizarla, pero ella se había vuelto tan inaccesible...sus ojos no demostraban algún tipo de emoción.

—¿Qué quieres? —frunció el ceño.

—¿Qué carajos está sucediendo con Jules? Por Dios Santo Grace, siempre cargas un secreto ahí, no quieres que nadie te visite, no quieres nada. Estás realmente extraña, nos tienes nerviosos a todos —suspiré.

—No es algo de gran importancia, Vanessa. Tranquila —agregó para irse caminando.

—Dakota está internada.

—¿Qué? —volteó.

—Sí, hoy iremos a verla en la noche, no sé si tu nuevo noviecito no te dejará ir —puse los ojos en blanco.

—¿Cuál nuevo noviecito, Vanessa? —espetó—. Mira, te dejaré las malditas cosas en claro por primera vez en mí maldita vida. Aléjate de mí, no te quiero más cerca, ¿No entiendes? ¿Nadie entiende el maldito rechazo? —gritó las últimas preguntas.

—Grace... —mis ojos se llenaron de lágrimas y me quebré.

Nunca había sentido que mi mejor amiga de toda la vida, la que creí incondicional, en algún momento llegaría a decirme todas esas cosas, como si yo fuese de piedra. Yo quería a Grace, yo confiaba en ella. Quizás estuvo mal preguntarle aquello, pero no sabía que ella estaba rechazándome para alejarse de mí.

Bajé la cabeza y dejé que las lágrimas salieran, esperando un acto típico de Grace al ver que hizo a alguien llorar, ósea abrazar a esa persona. Pero ella se mantuvo de pie observándome, con una cara de "Que inocente eres". Por detrás se apareció Jules, bastante ebrio.

—Desprecio, ¿eh? —agregó Jules.

—Tú también, Jules. ¡Aléjate de mí! ¡Todos aléjense de mí! ¡Déjenme ser feliz por primera vez en mi maldita vida! ¡No te necesito, Jules! —le gritó desesperada, ni un poco de voz quebrada, ni un poco de melancolía, ni siquiera lloró y con pie firme, se retiró.



My secret {el final}.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora