My Secret.
Harry.
Llegamos al psiquiátrico luego de varios minutos. Estaba un poco ebrio y la verdad es que no me sentía del todo bien para manejar o salir a esa hora de la noche, sobre todo a ver a una chica que ya no tenía remedio.
Saludamos a la recepcionista que ya tenía nuestra visita apartada y nos dijo que habíamos llegado a buen momento, Dakota estaba despierta. Caminamos hacia la habitación donde ella se encontraba y sí, estaba despierta, pero no de una forma que nos gustaría.
Estaba sentada en el piso, balanceándose de atrás hacia delante, susurrando cosas para sí mismas. Volteó a mirarnos y se notaba que estaba temblando, se veía demasiado débil y vulnerable. Todos nos miramos y a la final Jules se decidió a cargarla y acostarla en la camilla.
A la final no estaba del todo loca, nos saludó con una frágil sonrisa. Pero de segundos a otros, se quedaba observando la pared o sonriéndole a la ventana, como si alguien más estuviese ahí.
Codd no podía estar vivo, yo había incendiado la UCI, no había forma, razón o circunstancia de que él hubiese estado vivo. La bomba la dejaron exactamente frente a su habitación y estaba totalmente carbonizado, no había forma de que Dakota lo haya visto. Luego de verla bastantes minutos sonriéndole a la pared y a la ventana, supuse que solo estaba perturbada por el espíritu de Codd o algo así, yo no creía en eso, pero tampoco creía que la gente pudiera resucitar.
—Dakota, ¿Cómo estás? —le preguntó Tara sentándose enfrente de ella.
—Codd está vivo —dijo Dakota, sonriéndole.
—No Dakota, él murió —dijo Tara, y sus ojos se llenaron de lágrimas.
—Yo lo vi, estaba vestido de negro como siempre —asintió. Aunque lo decía de una forma firme y sonriendo, había algo en su tono de voz que la hacía sentir loca.
—Codd murió. ¿Recuerdas cuando estuvimos todos vestidos de negro como él en el cementerio? Estábamos enterrando su cuerpo, Dakota —asintió Tara.
Dakota abrió la boca para hablar, pero en ese momento llegó Grace. Y todos, inclusive Dakota, volteamos a verla. Nunca la había visto vestida de una forma sexy, leggins negros de cuero y una blusa negra ajustada. Le sonreí y la saludé pero ella observó mi mano extendida con una forma de rechazo y volvió a mirar a Dakota. Maldita Bledel.
—Grace sabe que Codd está vivo —dijo Dakota, observando a Grace.
—¿Qué? —frunció el ceño.
—Grace, apóyame —espetó Dakota.
—Es mejor que salgamos ya, por si no ven Dakota ya está entrando en una crisis maniática —agregué.
—Harry, ¿Ya ves que tu plan de matar a Codd no resultó del todo bien? —dijo Dakota, con una sonrisa cínica.
Tragué saliva lentamente y los observé a todos. Las miradas de Mike, Chaz, Jules y Grace me hacían saber que ellos sabían que yo había matado a Codd pero no podía demostrar que tenían razón, solo fruncí el ceño con una expresión de asco.
—Esta mujer está loca —dije ácidamente—. Yo me voy.
Me retiré de la habitación. No quería seguir escuchando a Dakota, nadie le prestaría atención porque todos sabíamos que si estaba en el psiquiátrico era por algo. Yo había matado a Codd, de eso estaba totalmente seguro. Cuando entré una hora antes de la explosión, Codd estaba en su habitación dormido, como debía estarlo.
Vanessa.
Luego de durar una hora y media junto a Dakota, y escucharla decir "Codd está vivo" hasta el punto de que Tara tuvo que retirarse junto a Mike. Salimos al estacionamiento del psiquiátrico, Grace se veía bastante apresurada en irse a Winstonk, sin embargo, Chaz la tomó del brazo y la acercó a Jules, a él y a mí.
—¿Qué sucede? —dijo Grace, su tono de voz estaba un poco más dulce.
—Pensé que no ibas a venir —dijo Chaz—. Vanessa y Jules me contaron lo que sucedió hoy en el campus, lo que le gritaste a ellos.
—¿No pueden tragarse las cosas? —dijo Grace, ácidamente, observándome a mí y a Jules.
—Me disculpas, pero ¿No puedes tragarte tu mala educación? —espeté yo, ya me estaba enojando.
—Sí, como quieras —agregó Grace volteándose—. Ah, por cierto —nos observó de nuevo—. Jules, es mejor que...
—Te amo —agregó Jules, interrumpiéndola.
Bajé mi cabeza, quizás Jules había hecho mal diciéndole eso. Sin embargo, Grace se mantuvo callada durante varios minutos observando a Jules, no sabía qué hacer, así que me alejé hacia el automóvil de Chaz y observé a mi novio hasta quedarme tranquila.
—Si quieres nos vamos, ¿Te parece? —me sonrió Chaz.
—Está bien.
—Ellos estarán bien, verás que se arreglarán hoy.
Grace.
No había logrado decir nada hasta que Chaz y Vanessa se fueron, dejándome a mí sola en el estacionamiento junto a Jules. Me había dicho "Te amo", todas las cosas malas, todo lo relacionado con Erika se había borrado de mi mente. Había olvidado que Jules me amaba y yo lo amaba a él y le había jurado que nada jamás nos separaría y yo estaba dejando que Codd lo hiciera.
Mis ojos se llenaron de lágrimas y le sonreí. Jules se acercó a mí y me abrazó fuertemente, había olvidado sus abrazos, su calor. Lo había olvidado a él. Alejé mi rostro de su hombro y tomé su rostro entre mis manos y lo besé. Lo besé de una forma dulce, suave, despacio. No estábamos apresurados, no debíamos estar nerviosos. Sólo lo besé. Y luego volví a mirarlo a los ojos y vi como una lágrima caía por su mejilla y lo besé aún más, sin separarme de él, ni siquiera para respirar, hasta que mis pulmones ardían y me separaba de él para sonreírle y volverlo a besar.
—Yo también te amo, te amo más, te amo muchísimo —cerré los ojos—. Cada minuto que paso lejos de ti, es un minuto muriéndome por dentro, Jules. Porque no hay nada en este mundo que ame más que tenerte cerca o que me beses, o simplemente tú —suspiré—. Pero no podemos.
—Hemos podido durante meses, ¿Por qué no podríamos ahora? —su voz sonó entrecortada.
Debía contarle que Codd estaba vivo, debía contarle todo. Pero no quería, no quería causarle tal daño, sin embargo, mi relación con Jules era más valiosa que cualquier secreto, cualquier persona.
—Codd está vivo —bajé la cabeza.
—No te pongas tipo Dakota —dijo Jules, poniendo sus ojos en blanco. Luego me observó a los ojos y se dio cuenta de que estaba diciendo la verdad y su expresión fue de estupefacción. Solo me quedó asentir.
—Sí mi amor —mis ojos se llenaron de lágrimas—. He mantenido comunicación con él últimamente, y me ha pedido que no se lo diga a nadie. Por eso he estado tan alejada de ti, porque no puedo vivir con el hecho de que te estoy engañando, entiéndeme, por favor —me privé en llanto.
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My secret {el final}.
Teen Fiction"Nunca creí ser el tipo de persona a la que le ocurre estos tipos de cosas. Tan solo si mi padre hubiese decidido no insultarme cuando pintaba, o regar mis pinturas, o botarlas...todo sería diferente, tal vez no hubiese elegido esto. Pero lo elegí...