My secret {el final}.

Capítulo 5.

My Secret.

Capítulo 5.

Mike.

Tara relajó sus brazos sobre mis hombros y me miró a los ojos, y luego me besó. A veces Tara sí era un gran ejemplo de mujer, había superado la muerte de su hermano de una forma bastante rápida. Y yo no quería dejarla sola, ni ella quería dejarme solo a mí. Ella sabía que estaba solo fuera de Winstonk, luego de que maté a Dorotti, mi papá se fue y ahora sólo tenía a Tara y a mis amigos, las personas que de verdad sí me querían.

Luego de un rato besándonos, Tara se sentó en mi cama y arqueó una ceja.

—¿Tú crees que Dakota esté bien? —frunció el ceño.

—Eso lo veremos hoy cuando la visitemos, no te mortifiques por Dakota, bebé —le sonreí.

—No me refiero a su salud, por dios. Me refiero a que si crees que Dakota en serio vio a Codd, y no fueron alucinaciones —alzó ambas cejas.

—Nosotros estuvimos en el entierro de Codd, no puedes dudar algo así. Todos sabemos que Codd está muerto, todos lo vimos —asentí, tomando sus manos.

—Nunca vimos el cadáver, recuerda —suspiró—. No quiero hacerme esperanzas de que Codd está vivo, porque ya aprendí a vivir con el hecho de que está muerto. Solo que si por alguna razón llegase a estar vivo...estaría muy feliz, Mike —sus ojos se llenaron de lágrimas—. Es difícil que tú te sientas cómoda con que ya no tienes a tu hermano y que de pronto alguien llegue a decirte que lo vio, y no creo que sea mentira porque ella entró en una crisis de verdad —comenzó a llorar.

—Pero Tara, Codd se murió. El hospital estalló. En la UCI se encontraba la bomba y Codd estaba en la UCI, es imposible que Codd esté vivo y debes vivir con eso —lo dije con un tono firme.

—Si Codd está vivo, sería feliz si viniera hacia donde estoy yo y me hiciera saber que aún está conmigo y aún me quiere —estalló en llanto.

—Mi preciosa bebé, no llores —la abracé—. Si Codd de veras está vivo, estaría aquí contigo. Y mírame, todo está bien ¿Vale? Yo estoy aquí para ayudarte con esto, para lo que sea, para todo ¿Vale? —sostuve muy fuertemente sus manos.

—No me hagas daño de nuevo, Mike —limpió sus lágrimas—. Estoy depositándome en ti, ¿Oíste? Cualquier mal paso y me derrumbo, Mike —colocó su cabeza sobre mi hombro.

Codd.

Grace entró eufórica a la habitación y cerró de un empujón la puerta. Le sonreí, me encantaba verla enojada, cuando estaba así podía ver que si fuera un chico de sentimientos, la amaría.

Lanzó su mochila hacia donde yo me encontraba y dejó el teléfono sobre una cómoda y me miró.

—¿Esa mierda querías? Dime que lo hice bien porque si no, te mato —espetó.

Yo le había dicho a Grace que rompiera cualquier tipo de relación con Mike, Harry, Dakota, Chaz, Jules, Vanessa y hasta con mi hermana. Había planeado llevarme a Grace a Manhattan y si estos tipos todavía querían a Grace, no la dejarían irse conmigo. Nuevamente, estaba pensando en el dinero, en las mujeres y en que podía aprovecharme de Grace totalmente.

Cuando dijo que podía matarme, le creía. Al final ya sabía que ella tenía la valentía para hacer un acto como ese. Caminé hacia ella y besé su frente.

—Lo hiciste perfecto —sonreí satisfecho.

—No quiero irme a Manhattan —bajó la cabeza—. Simplemente quiero que... —su voz sonó entrecortada.