No podía tratar de concentrarme, sinceramente no tenía ánimos para nada. Tenía razón, el sólo me quería para tener sexo ¿Cómo fui tan tonta?, casi caigo de nuevo.
"Es porque no has aprendido la lección"
-Tú ¿Crees?
"Creo que deberías dejarlo e irnos de aquí"
-Pero...
"A caso no quieres dejar de verlo porque te ha hecho mucho daño, créeme lo mejor será que nos vayamos de aquí"
Y si tiene ¿razón? A caso lo mejor será que me ¿vaya?. Pero ¿Qué es lo que realmente quiero?, alguien golpea la puerta y ruego para que no sea James, lo último que quiero es que James venga, abro la puerta y doy gracias a Dios por haberme escuchado.
—Hola katt.
—Hola Emma. —me extiende unos papeles—En tres días es la fiesta de la empresa, el baile es de máscaras con vestidos antiguos mas bien el concepto que tiene es como las fiestas de los siglos XVII y XVIII.
—Y ¿Qué tiene que ver eso con migo?
—Trabajas en esta empresa— "Quizás después no" pensé—Así que tienes que ir y mas si eres la secretaria del jefe.
—¿Es obligación?
—Claro...
—Pero....
—Nada de pero, tu y yo seremos las mas lindas de esa fiesta y vas a ver como todas esas zorras que están detrás del jefe se enojaran porque él te mirará mas a ti que a ellas. —"eso quisieras pero no dirías lo mismo si te cuento lo de esta mañana."
-¿Puedes dejar de hablar por mi?
"ja ja ja no". Decidí ignorar a mi subconsciente. Pero si lo pienso bien, si voy a esa fiesta James se dará cuenta a la mujer que perdió.
—Está bien, iremos y lo pasaremos bien.
—Así se habla Emma. —chocamos las palmas y nos pusimos a reír.
—Y los vestidos ¿Dónde los conseguiremos?
—Tienes algo que hacer ¿ahora? —revisé mi agenda y la de James.
—Nada.
—Entonces vamos ahora a buscar ese hermoso vestido.
—Está bien, vamos—tomé mi cartera y fuimos.
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3 horas después.
—Te gusta ¿este? —dijo Katt mostrándome un vestido enorme que parecía un cisne con eso.
—No.
—Y ¿este? —era un vestido muy corto y esponjoso.
—Menos.
Llegamos hace una hora y todavía no encontrábamos el vestido adecuado, tuvimos que ir a una tienda a fuera de New York pero no encontrábamos nada.
—¿Por qué mejor no vamos a Venecia a comprar nuestros vestidos?
—No crees que estás ¿exagerando? —me encogí de hombros.
En aquella tienda había una puerta que me llamó la atención y entré, habían muchos vestidos hermosos y uno me llamo la atención era un vestido blanco y la parte del escote era negro estos dos colores eran unidos por una cinta negra en la cintura.
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Un cretino e idiota de jefe.#EDreamsAwards
RomanceSinopsis: Para mi él era mi jefe, nada más, aunque él era un chico muy ardiente. A lo lejos se veía que era un playboy de primera. Había oído muchos rumores y eso me asustaba, no me gusta mucho ser de las del montón así que evitaba a mi jefe, entre...