Era como si todo estuviera ocurriendo en cámara lenta.
Siendo atrapada y retenida, ver como luchaba por liberarse y finalmente la afilada hoja de la daga hundiéndose en la suave y blanda piel del cuello.
—¡Jodelle!—el nombre de la mujer salió de sus labios antes de que pudiera siquiera pensarlo.
El olor de la sangre le dio ganas de vomitar, aumentando de esa forma su rabia.
—Hijos de puta—gruño
—¿Qué? No me digas que estabas enamorado de esa perra—se burló el cazador.
Ian gruño en respuesta.
—parece que si—dijo con tono condescendiente que solo consiguió cabrearlo más—pronto le harás compañía en el infierno
Se movió rápidamente al escuchar los imperceptibles-para oídos humanos-pasos a su espalda, la mujer del cazador intento decapitarlo pero al estar iracundo por lo que le habían hecho a su mujer sus sentidos de protección hacia su pareja herida solo aumentaron volviéndolo más letal.
Le sujeto el brazo tirando del hasta que chasqueo y la mujer chillo de dolor, por un momento pensó traspasarle la yugular para verla desangrándose como lo hacía la morena, sin embargo solo la lanzo contra el hombre mientras chillaba por el brazo desgarrado, era mejor dejarla viva, con lo maldita que era su mujer le arrancaría la cabeza si no la dejaba desquitarse.
Ignorando las amenazas de aquellos dos, se apresuró a llegar junto a la mujer que yacía en el suelo, boca arriba, mientras la sangre descendía de su cuerpo inundando el suelo como la ropa.
—estúpida—gruño—te dije que no te movieras
La tomo suavemente en sus brazos, cuidando de no empeorar la herida que no dejaba de brotar el cálido liquido rojo, dejándola máspálida de lo que ya era.
—esta me las vas a pagar,Jodelle—presiono la palma en la herida, haciendo presión para así hacer que la sangre dejara de fluir. Ella chillo.—te juro que...
—mamá—jadeo débilmente—papá i-iré...
No, ¡maldita sea eso no!
—iré con vosotros
Los ojos negros que hasta entonces se habían encontrado perdidos se cerraron en la inconciencia.
—¡maldición, mantente despierta!
Ella no iba a morirá, eso jamás lo permitiría.
Atravesó las puertas de la mansión sin importarle que casi las arrancabalos gonces; de igual manera subió las escaleras sin importar que Sasha le pisara los talones mientras le exigía explicaciones.No tenía tiempo y ni era el momento de responder.
Entro a la habitación de la pelinegra, tirando las sabanas al piso acomodo delicadamente el delgado cuerpo sobre la cama.
—¿Qué le paso?
Ignoro de nuevo a la de ojos grises centrándose tan solo en la mujer que moría lentamente.
—saca a las humanas
—no hasta que me digas que paso
Ian chasqueo la lengua con molestia, realmente era una estupidez pedir explicaciones cuando tenía a su mujer desangrándose, sin embargo, sabía que la chica no movería ni un solo dedo hasta saber el porqué de la situación de su amiga
—Nos atacaron mientras trataba de alimentarla—dijo limpiando la herida—le dije que se quedara quieta—gruño—pero la estúpida no escucho y ahora