La noche

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Con el pasar de los días las cosas volvieron a la normalidad, o a lo que algunos llamaban normal, a excepción de pequeñas cosas.

—Esta descontrolada—dijo Roxan—si no hacemos algo, esto va a terminar mal

Nadie dijo nada, porque Roxan tenía razón.

Después de que Ian lograra despertar a Jodelle, el comportamiento de ella se había vuelto más salvaje, inoportuno. Cada noche volvía a casa al amanecer, con olores distintos impregnándole la piel y sangre manchándole la ropa, si fuese porque ella sumía en el sueño a las humanas que se mantenían en la casa ya habrían sido descubiertas, además de expuestas. Si todo saliera a la luz Mysteria Line se consumiría en el caos como lo había hecho muchos años atrás.

En el 1800 una comuna vampira se había acentuado en la ciudad, asesinaron a niños y ancianos por igual, los habitantes de ese tiempo tomaron medidas y descubrieron a los asesinos, persiguiéndoles y exterminándoles; allí mismo habían nacido los primeros cazadores; pocos lograron escapar, entre ellos Vincent y Jodelle.

—es como esa vez—susurró Sasha
—¿Hmm?—murmuró Clarisa
—¿de qué hablas?
—en los primeros años de su nacimiento, Jodelle vino a este lugar. Era demasiado impulsiva y salvaje como todo neófito—dijo caminando a la ventana, observando la oscura noche—imprudente en su forma de cazar, tanto que despertó el interés humano

Jodelle había llegado a Mysteria Line en 1738, 25 años después de su conversión. En la frontera búlgara encontró a un hombre al que haciendo uso de la persuasión convenció de sacarla del lugar, con el nombre de Margerite O´Niell, de esa forma seria difícil que Ian rastreara la huida. Cuando el barco que los transportaba estuvo cerca de tierras americanas asesino a la tripulación, se asentó en el pueblo haciéndose pasar por una pobrecilla víctima de naufragio, se ganó la simpatía del cura del pueblo quien la hizo su protegida a pesar de la reticencia de los habitantes en aceptarla.
Nadie sospecho de la pequeña huérfana, ni cuando Pia LuckWood desapareció.

Pero se trataba de un pueblo pequeño y supersticioso, y los rumores de los demonios con rostro de ángel no tardaron en llegar, fue entonces que las sospechas cayeron en ella, una extraña en el pueblo y las muertes comenzaron. Fue durante la fiesta de los fundadores que los hombres armados con espadas de hierro y agua bendita buscaron a los demonios de la noche.

—encontraron a Jodelle drenando al cura

Jodelle se había levantado lentamente, con sangre manchándole el vestido y escurriéndole por la barbilla, con ojos enrojecidos y mirada perdida había sonreído a sus enemigos

—¿Quieren esto?—murmuro con voz suave y empalagosa—pobrecito confió en mi
—maldita
—su sangre es asquerosa
—¡Demonio!

Con sonrisa ensangrentada, Jodelle se burló de ellos usando en vació cuerpo del anciano. El mismo que usó de escudo cuando uno de ellos quiso atravesarla con una espada y que al no encontrarla se enterró en el pecho del parroco.

—¡No me atrapan!—canturreó jugando con ellos sin darse cuenta del otro hombre a sus espadas y que con cadenas de hierro forjado y humedecido en vervena la atrapó—¡No! ¡Maldito! ¡Dejame ir!—había chillado  y forcejeado sin exito hasta quedar agotada
—Vincent—bramó uno de ellos—¡cortale el cuello!
—Por favor, no

—En un insatante Vincent estaba detrás del hombre, amenazando con cortarle la yugular si no la dejaba ir. Fue él quien la sacó de allí y la cuido por tres decadas. Hasta que ella decidio irse

Ian se puso de pie en el instante que Jodelle dejó la mesa despues de darle un último trago a su vaso. Casi tiró el taburete al piso cuando la vio trastabillar e ir de bruces al suelo, increiblemente ella habia mantenido la estabilidad.

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⏰ Última actualización: Dec 12, 2016 ⏰

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