23. Ya quisieras.

36.8K 1.2K 77
                                    

- ¿Quién eres tú?

- Soy Danielle. Eveleen es mi amiga – confesó la chica aún con la venda puesta. Llevaba una especie de gasa sobre su nariz que la hacía verse graciosa.

- ¿Qué haces aquí? ¿No sabes que de aquí nunca sales?

- Eveleen me preguntó sobre lo que dicen de ti y tenía que comprobarlo con mis propios ojos. ¡Eres un maldito que se acuesta con todas las putas de aquí! – se quitó la venda enojada viéndolo frente a frente.

- ¡No! ¡Póntela! - le arrebató la venda y trató de ponérsela, pero ella se opuso.

- ¡Suéltame! No hay nada que no sepa de ti ya. Me das asco Justin, no puedo creer que le hagas esto a Eveleen. Ella no se merece esto.

Justin suspiró y sonrió.

Hora de sacar al cabrón que llevaba dentro.

- Danielle, tú eres la que da asco. ¿Sabes que estás haciendo una mierda con tu vida?

- Sí, lo sé - Justin lo miró asombrada -. ¿Jeremy no te contó sobre mí? Desde hace un año vengo aquí, así que puedo entrar y salir cuantas veces se me dé la gana.

- Nunca te había visto antes.

- ¿Por qué tenías que hacerlo? – sonrió Danielle con malicia. Justin se quedó callado -. Porque siempre te acostabas con las nuevas, ¿verdad? Pedazo de mierda.

- Que desagradable eres. Diecisiete años y ya mandaste al retrete tu vida – espetó Justin.

- Lo que haga con mi vida te vale, Eveleen le destrozará saber lo que haces aquí.

- No puedes hacer eso. No te va a creer.

- ¿Quieres apostar? – Danielle se dispuso a salir de la habitación.

- Eso no será posible – Justin la tomó del cabello y le tapó la boca ahogando los gritos de Danielle, ella intentaba soltarse, pero no lo lograba -. Lo siento Danielle, pero Eveleen no se debe enterar.

[***]

Día 48.

Justin pasó toda la noche despierto. Cuando el reloj marcó las cinco de la mañana, Jeremy lo dejó salir y corrió hasta su coche acelerando lo más rápido que podía. Odiaba ese lugar, era para morirse.

Cuando llegó a su casa abrió el agua fría y mientras el agua lo empapaba por completo apretó los puños con fuerza. Dio un primer golpe a la pared. No sintió nada. El segundo, el tercero, en un momento no podía detenerse. Sus nudillos sangraban y ahora solo gritaba sin control. Se odiaba, se odiaba tanto. Quería salir corriendo y no regresar nunca. De todas las chicas que pudieron llamar su atención, fue ella la que había acaparado su mente en un 90% del tiempo.

Cuando terminó su crisis existencial, se vistió a un pantalón negro, una playera negra básica, su chamarra de mezclilla verde militar, sus supras negras y su reloj de oro. Intentó no verse tan demacrado, quería llegar a Eveleen a la escuela, quería verla, si la veía, aunque sea un momento estaría bien y mantendría su cabeza en su lugar.

Manejó hasta la casa de Eveleen. Era bastante temprano para que ella ya estuviera despierta, pero no descartó la idea de entrar por donde siempre. Fantaseaba el día en el que pudiera entrar por la puerta como la gente normal, pero ese día tal vez jamás llegaría. Se agarró de unas enredaderas con la esperanza de que ésta no se rompiera y subió lo más rápido posible para encontrarse con un angelito dormido todavía.

Eveleen se encontraba acostada de espaldas a la ventana, ahora con pijama. Se podía ver que tenía frío por la forma en la que temblaba, eso le pareció tierno. Se metió al cuarto y pensó en recostarse con ella, pero no quería incomodarla. Se sentó en una esquina libre de la cama y la miró. Dudó que estuviera dormida, pues empezó a sonreír, pero aún tenía los ojos cerrados.

1. As long as you love me [1ra Temporada Terminada] «versión 2020»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora