Tuve una buena noche. Me pareció una eternidad desde cuando estaba siendo perseguida en el callejón y Misha me salvó.
Misha y yo cenamos en mi casa, después le presenté a Leo (mi perro) y yo realmente no paraba de reír, al parecer a Leo no le caía muy bien Misha. Él lo trató igual que como le ladraba a los sujetos, yo le decía a Leo que dejara de estar celoso, ya que no le gustaba que Misha estuviera cerca de mí.- ¿Lo ves? No le agrado ni un poco.- me dijo Misha.
- No te preocupes, siempre se porta así con extraños, créeme. - le contesté.Tomé su mano y ambos entramos a la casa, nos acurrucamos en el sofá y vimos la televisión, recargué mi cabeza en su hombro, oliendo su aroma. Suspiré y sentí su mano deslizarse por detrás de mi espalda, acariciando mi cintura.
MISHA:
Oh Alex, no sé hasta cuando vamos a estar juntos así. Esto me separará de ti, pero, voy a vivir mi vida como la planeé.
Iba a estar fuera con mi hermano... haciendo las cosas que más quería y que habíamos acordado desde hace ya mucho tiempo. Pero, hay algo que no puedo sacar de mi cabeza.
¿Qué hay si Alex comienza a salir con otro chico? ¿Y si ella me olvida? ¿ Qué pasaría si realmente la lastimo y comienza a odiarme?. Bajé mi mirada hacia ella. Estaba acurrucada sobre mi pecho como un gatito. Ella es tan angelical.
Ella me entendió antes cuando le relevé lo que era... pero, de nuevo, sabía que la iba a lastimar.
Cuando me valla, mi mente peleará contra dos mundos que en serio anhelo vivir.
El primero, en el que quiero estar con mi hermano, escapar de la policía recorriendo todo el país... ser criminales. Asustar a los estúpidos políticos y al gobierno, bombardear cada persona relacionada con el gobierno, sabiendo que cualquier policía no podría dormir sin saber que tal vez estemos por ahí, muy cerca, bombardeando su casa o la de a lado.
Y después, está el otro mundo. En el que pueda estar siempre con Alex, de manera que también pueda cumplir con mis otros deseos y metas. Estar a su lado y sentir cómo mi mente cambia de ser mala a buena, como ella quiere. Unir mi corazón al de ella, llenándome con sus angelicales palabras y caricias.- Quiero estar por siempre contigo Misha...- me dijo Alex.
Esas palabras se metieron en mi cabeza mientras sentía una llama en la parte interior de mi garganta. No podía dejarla... pero no puedo llevarla conmigo. Ella levantó su mirada hacia mí, sabiendo que mi silencio era algo incómodo. Extendió sus brazos y me tomó la cara entre sus suaves manos.
- Yo también.- le contesté, mi voz se entrecortó.
- ¿Porqué no pareces tan seguro?.Cuando dijo eso traté de verla a los ojos, pero fallé. ¿Porqué me preguntaba eso?.
- ¿Misha?...- comenzó a decir, escuchaba pánico en su voz, tomé sus manos.
- No lo sé Alex, quiero decirte, que... me iré tan pronto cuando mi hermano regrese.Tal vez se lo dije muy a secas, miré hacia sus ojos y vi que comenzaban a salir lagrimas de ellos, ella no se movió, y escuché que trataba de respirar constantemente. Miró a lo lejos, volteando de lado a lado insegura de qué hacer.
- Por favor, dime que... esto no tiene nada que ver con... matar, por favor.- comenzó a hablar entrecortada mente, cerró sus ojos queriendo escuchar una mentira, traté de destruir el nudo de mi garganta. Me arrepentí de hacer esto con ella, pero era mejor decir celo directamente sabiendo que se pondría peor si mentía.
- Yo... no puedo responderte eso...- mi voz se volvió seca.Sentía como si me estuviera matando a mí mismo mientras ella se alejaba de mí. No me miró y se levantó, después subió las escaleras. Caí en mis rodillas mientras trataba de alcanzarla y llegar a ella, pero demasiado tarde. Me quedé ahí observando su piso de madera.
¿Qué demonios soy yo? Por supuesto que no merezco a alguien como Alex. Ella es para alguien más, alguien que pueda ser como ella desea que yo sea. Es obvio que me va a odiar. ¿Qué m*erda estoy haciendo? ¡¡No soy bueno para ella!!. Solo soy un estúpido asesino con un pase seguro al infierno, y ella es... es.. ella es un ángel.
Apenas y estaba cociente de que mi cara estaba húmeda, cuando me la froté con mi mano. Qué patético soy, no escuchaba ningún movimiento en el piso de arriba, todo lo que escuchaba era... silencio. Ella me odiaba, y era lógico, la lastimé. Está mejor sin mí, me levanté lentamente y subí las escaleras en silencio.
Apenas y podía sentir mis piernas levantándose, llegué arriba y ví que la puerta de su habitación estaba cerrada, quería entrar ahí y decirle que haría cualquier cosa que ella quisiera a cambio de que no me odiara o que se alejara de mí. Entonces me senté contra su puerta, inseguro. La amaba, entonces ¿qué demonios estaba haciendo?
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Peligroso Amor
Teen FictionEsos ojos oscuros me flecharon, aunque yo sabia que no me llevaría a nada bueno. Lo intenté, pero no pude dejar de mirarlos. Mi nombre es Alexis Milán y tengo 16 años Mi vida es y siempre había sido tranquila, sencilla y simple, aunque prácticamente...