Mi cabello se puso de punta, la policía estaba aquí, dentro, en mi casa. Lentamente, regresé y corrí hacia mi habitación. Tomé mi teléfono, mis llaves y mi chaqueta. Me congelé y escuché las escaleras, todavía estaban ocupados revisando abajo. Cerré mi puerta en silencio. Hice algo de ruido, poco, pero ellos aún estaban distraídos abajo.
Fui hacia la ventana para revisar por fuera, las patrullas estaban estacionadas afuera, en frente de mi casa. No había nadie dentro de ellas, qué suerte. Pero, ¿Porqué demonios están investigando mi casa?. Decidí no correr el riesgo y salí por la ventana, lentamente me agarré del árbol que estaba a un lado de ésta, me subí con cuidado, alrededor de una rama, y cerré la ventana. Bajaba lentamente, y entonces, escuché la puerta de mi habitación abrirse. Inmediatamente, quedé paralizada. Pero no me iban a descubrir.
Me convencí de que no me iban a atrapar, ya me estaba yendo de ahí. Estaba agarrada al árbol y me dolía, me agarré de las ramas y lentamente seguí bajando. Casi estaba llegando a la barda, estaba apunto de saltar por ella, mi corazón latía cada vez más rápido, y en ese momento, de reojo, vi a un policía salir de mi caza. Me quedé congelada.OH NO...
El sujeto era muchísimo más alto que yo. Se acercó a la patrulla y habló por su radio. Tenía que moverme de donde estaba, me podrían ver tan pronto como regrese a la casa.
Me imaginé lo que el policía iba a ver, una chica pegada a la pared como una falsa imitación de spider-man. Rápidamente me acerqué a la barda y salté. Caí en cuclillas en el piso, lo hice. Me senté detrás de los arbustos, en el césped, respiré profundo y traté de relajarme. Me asomé entre los arbustos y vi los pies de los policías caminando hacia dentro de mi casa. Lentamente me agaché y me fui corriendo por la banqueta. Me mezclé entre las personas que estaban ahí, como una inocente espectadora que veía cómo los policías trabajaban. Me dí la vuelta y comencé a caminar, sin idea a donde ir.
¿Qué pasaría si me hubiera quedado ahí? ¿Qué hubieran hecho conmigo?
Mientras caminaba lentamente, volteé hacia mi derecha, para ver aquel volvo negro tan familiar para mí, se detuvo a un lado de mí. Mi corazón se detuvo, eran mis padres. Caminé hacia el carro, mi padre estaba llamándome por la ventana, también mi mamá estaba ahí.- Hey cariño, ¿A donde vas?.- me preguntó mi papá.
- Hola!, mmmm, está bien, me asusté un poco. La policía está en nuestra casa.- le dije.
- ¿QUE? ¿Porqué? ¿Qué demonios hiciste Alexis?.- me gritó mi mamá.
- ¡Nada! - mentí - solo llegaron y comenzaron a revisar.Mis padres intercambiaron miradas, y miraron hacia la calle. Después mi papa miró hacia mí.
- Sube al auto.- me dijo él.
Me metí al auto y mi papá manejó hacia mi casa. Ellos salieron del auto y entraron a la casa.
- Espera aquí cariño- me dijo mi mamá.
Me senté en el borde de mi barda y esperé. ¿Podría ser esto culpa de Misha? ¿A qué se refería cuando dejó ese mensaje de voz? ¿Qué le había pasado a Misha?
Estaba mirando hacia abajo, y escuché entonces pasos de mi casa. Mi papá se veía preocupado, y molesto.- ¿Está seguro oficial? No veo alguna manera porqué no llamaron para entrar en nuestra casa así.- comenzó a decirle mi padre.
- Tenemos ordenes, y hacemos lo que se nos ha dicho. El hecho de que descubrimos a su hijo ebrio en una fiesta, consumiendo drogas, encaja perfectamente con el criminal al cual buscamos. Su aparición fue de gran importancia en nuestras investigaciones.
- Bueno pero, ustedes saben que él no es el único joven a su edad que puede estar ebrio!.El oficial se alejó mientras seguía hablando con mi papá, mi mamá los veía, estaba preocupada por Xavier.
- Mamá....- le dije, ella se acercó a mí y me abrazó. - Xavier va a estar bien ¿verdad?.-
- Claro que sí Alex- me respondió.
ESTÁS LEYENDO
Peligroso Amor
Novela JuvenilEsos ojos oscuros me flecharon, aunque yo sabia que no me llevaría a nada bueno. Lo intenté, pero no pude dejar de mirarlos. Mi nombre es Alexis Milán y tengo 16 años Mi vida es y siempre había sido tranquila, sencilla y simple, aunque prácticamente...