Capitulo 22

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Lloré en su hombro, su fornido y fuerte hombro. Sus palabras... significaron tanto para mí.
¿Me estaba mintiendo? ¿Era enserio todo lo que me dijo?.
Mi mente daba vueltas mientras mi respiración se calmaba un poco. Me quedé aferrada a los brazos de Misha. Toda mi mente me hizo sentir más confundida de lo que ya estaba.
La respiración de Misha y los latidos de su corazón me regresaron a la realidad mientras peleaba con mi mente. Sí, sí lo amaba... más que cualquier cosa. Su abrazo me apretó mas fuerte mientras yo recargaba de nuevo mi cabeza en su cómodo hombro.

-Misha yo...- comenzaba a decirle.

¿Yo qué? Quería preguntarle pero...

- ¿Sí?.- su voz fue dulce y suave.
- Tú...- me aparté un de su hombro para mirarlo a los ojos.- Tú... ¿heriste a Nathan?.

Misha me miró fijamente con sus hermosos ojos. Comenzó a derramar lágrimas, sus mejillas estaban ya húmedas.

- Sí. - me dijo con frialdad y bajó su mirada.

Le dediqué una mirada de disgusto y acaricié su frente, enredando el cabello que tenía enfrente de ésta.

- Yo... lo siento mucho Alex .- me dijo, podía reconocer que en verdad estaba arrepentido.

Lo comprendí, por sus palabras. Comprendí todo en ese instante, nuestras miradas se congelaron, nos quedamos viendo uno al otro hasta que yo hablé.

- Te perdono Misha. Pero por favor... por favor no lo hagas de nuevo.

Misha besó mi mano y yo inmediatamente lo abracé fuerte. Su suave respiración me hizo sentir mucho mejor. Tomé su rostro, lo acerqué hacia el mío y... lo besé. Sus labios... los extrañé mucho, lo amaba. Su abrazo se hizo aún más fuerte mientras me besaba.

MISHA:

Toqué su rostro, sus brazos, mis nervios pulsaban mis manos sintiendo descargas eléctricas cuando la tocaba. La besé tan... tan suave, tan dulce. Ella era mi todo, la tomé de la cintura y la acerqué a mí. Ella era mi ángel después de todo, me alejé un poco de sus labios y comencé de nuevo a acariciar su rostro con mis dedos.
Acaricié sus cejas, su nariz, boca, ojos, cuello. No había cambiado ni un poco, seguía tan hermosa como antes. Sus ojos se abrieron y los miré.

- Te amo Alexis- le dije suavemente.

Ella sonrió y me abrazó.

- También te amo Misha... siempre te he amado.
- Yo... yo cambiaré, por ti. Si me pierdo en el intento...
- Yo te ayudaré Misha.- me interrumpió.

Después de ésas palabras, todo pasó muy rápido. Se quedó dormida 20 minutos después. Oh Alexis, era tan hermosa. La cargué en mis brazos y la llevé a mi habitación, la dejé caer con cuidado sobre mi cama, me senté en el borde de ésta para contemplarla, comencé a acariciar su cabello... mi dulce niña, la amaba tanto.
Me levanté y fui hacia la sala.
¿En verdad era un monstruo? Miré fijamente hacia el sofá, donde horas antes estaba celebrando mi gran trabajo con licor, me senté en el sofá con las manos detrás de mi cabeza.
Alexis siempre había hecho mi vida mejor, haciéndome creer que podía ser un buen Misha. Sonreí, caminé hacia la mesa y revisé mi telefono, tenía 3 llamadas perdidas, de mi hermano. Lo llamaría después.
Regresé hacia el sofá y recordé la navaja que estaba en el lavabo, me levanté de nuevo y la lavé. Éso fue lo que tanto asustó a Alexis. Revisé la cocina para que no quedaran evidencias. Todo estaba bien. Regresé otra vez al sofá.
Cuando volví a ver a Alexis pensé que había caído un ángel para castigarme por todas las cosas malas que alguna vez había hecho. Me quedé dormido.

Desperté porque sentí un par de brazos tratar de cargarme, después dos. Abrí mis ojos para ver policías en toda la habitación. MIERDA.

- Misha Hamilton, estas bajo arresto.- exclamó uno de ellos.

Peligroso AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora