ALEXIS:
Hacía frío, vagué sin rumbo entre el bosque. Estaba completamente perdida, intenté caminar de regreso hacia donde empecé... pero no tuve suerte. Había pensado por un momento que vería a Misha. Pero qué absurdo, soy una estúpida. Misha está muerto. Él nunca regresaría.
Me estremecí, había perdido mi paraguas antes de que me diera cuenta, caminé y choqué con varios estúpidos arboles que no pude ver ya que la luz de la luna no llegaba hacia donde yo estaba. Estaba casi empezando a llorar, éra una completa idiota.
Caminé alrededor, escuchando ruidos de vez en cuando, pero era difícil no entrar en pánico. Me dí por vencida unas horas después de que comencé a caminar. Me senté en lo que parecía ser el tronco de un árbol, puse mis manos sobre mi rostro y me quedé ahí muy quieta. Podía escuchar las hojas de los arboles moverse y el sonido del viento golpeándolas.
De repente, escuché pasos suaves después de 15 minutos de haberme sentado, se estaban acercando.
¿Y si es un criminal? ¿Un asesino? ¿Un violador? ¿Debería empezar a correr y gritar por ayuda?
Los pasos se acercaban más cerca y yo intenté esconderme de él. De repente, la figura de aquella persona me bloqueaba el paso de la luz de la luna, estaba justo enfrente de mí. Mis latidos del corazón fueron siendo cada vez más rápido. ¿Porqué?
Me quedé ahí quieta, estaba en shock y asustada.
Entonces de repente, pude ver sus ojos, eran aquél dulce color chocolate, la misma forma, en un segundo vi su rostro completo. La misma forma de la nariz, cejas, labios, y su misma altura... NO, me estoy volviendo loca. Misha está muerto... y nunca volverá.
Nunca veré su sonrisa otra vez, estiré lentamente mi brazo antes de darme cuenta de lo que estaba haciendo, me había puesto de pié y estaba deslizando mis manos por su pecho mientras me levantaba... era él. Era mi Misha.
MISHA:
Estaba justo en frente de ella.
Estaba muy asustada al principio pero sus ojos solo se hicieron cada vez más grandes y brillantes mientras los segundos pasaban, se había levantado y estiró sus brazos para tocar mi pecho, se quedó mirando fijamente, no creyendo de lo que estaba viendo, estaba completamente paralizada y me dí cuenta de que ella no estaba respirando.
Levantó de nuevo sus brazos y tocó mi rostro con sus suaves manos, las cuales pasaron por mis mejillas, las llevó hacia mi frente tocándola lentamente y después bajó a mis labios, sus ojos parpadearon, finalmente aceptó que era yo.
Se relajó un poco, se veía algo triste por un minuto y sus ojos se cerraron, la fuerza con la que sostenía mi rostro se debilitó y calló inconsciente. Logré agarrarla a tiempo y suspiré ... que alivio.
Oh Alexis, en verdad aún me amas.
La cargué en mis brazos, tenía que salir de ese lugar, sus latidos se estaban volviendo muy lentos, ohh espero que no le dé un paro cardíaco. La llevé entre los arboles.
La quería, quería estar ahí por ella, quería ser su único hombre en el mundo, quería protegerla, quería amarla de la manera que no lo pude hacer antes.
Finalmente salí del bosque después de 20 largos minutos, llegué a su auto y tomé sus llaves mientras la acostaba en el asiento de atrás. Me subí al auto y lo encendí.
De vez en cuando echaba un vistazo para ver si ya había abierto los ojos... pero ella aún estaba inconsciente.
Llegamos a su casa y sus padres no estaban, conduje hasta la cochera y estacioné el auto, colgué las llaves en donde estaban otras y saqué a Alexis del auto. La cargué y la llevé a su habitación y la recosté sobre su cama, le quité su abrigo y lo puse en su armario.
Me senté en una esquina de su habitación, en una silla, mientras dormía.
Verla dormir siempre era algo que amaba hacer, ella dormía y su respiración era tan pacífica y tranquila... quisiera poder entrar en su sueño también.
La miré dormir por un largo rato y entonces llegó un momento en el que no podía seguir ahí más. Me levanté y caminé hacia su ventana, cuidadosamente la abrí y miré hacia Alexis por última vez.
Me quedé congelado, sus ojos estaban abiertos mirando hacia mí, con sus labios entreabiertos.
Me quedé helado por la forma en que la luz de la luna se reflejaba en sus ojos haciéndolos ver... totalmente hermosos.
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Peligroso Amor
Novela JuvenilEsos ojos oscuros me flecharon, aunque yo sabia que no me llevaría a nada bueno. Lo intenté, pero no pude dejar de mirarlos. Mi nombre es Alexis Milán y tengo 16 años Mi vida es y siempre había sido tranquila, sencilla y simple, aunque prácticamente...