Capítulo 26-Especial boda 3/3-

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Les aviso que será bastante largo xD.

Narra: yo, Abenia, vamos :v.

David no había dormido tanto como otros días, así que digamos que le costó un poco levantarse e ir a ducharse, en cambio, ___, aún seguía durmiendo, él tampoco la quería despertar ya que afirmaba que se veía muy tierna y que no había dormido casi nada.

Hoy tenían que ir de camino a la boda, ellos se iban a preparar y luego se largan, por suerte tenían como unas 4 horas aún, ya que no empezaba hasta las 5 de la tarde.

Tampoco estaban tan lejos de donde iba a ser, pero si que es cierto que tenía unas 2 o 3 horas, ya que iba a ser en Málaga *creo que no lo he dicho, pero si lo dije se cambia por este xd*, lo cierto es que David ya lo tenía todo preparado, tan solo le quedaba bajar a comer cuando ___ esté lista, a ella tampoco le faltaba tanto, era solamente acabar de vestirse y ya, mientras tanto, David había salido a tomar el aire y se puso a pensar *no me matéis, sé que es muy cursi xd*: Me enamoré. Me enamoré de ella, de su sonrisa, porque me importaba una mierda lo que estuviera pasando si ella estaba sonriendo. Y me enamoré de su boca, de cada palabra que salía de ella. Me gustaba incluso cuando se enfadaba, cuando ponía morritos y fuera por detrás y la cogiera para no soltarla, ojalá no la hubiera soltado nunca, me enamoré joder, pero ya no me cuesta decirlo, porque me enamoré de sus ojos, ¿y qué me importa qué no sean de un color especial? Me enamoré de cuando cantaba bajito porque estaba feliz, pero no quería que la escuchara. De cuando me cogía fuerte porque decía que tenía miedo a perderme, cuando me apretaba porque solo yo que era entonces cuando tenía que quererla más que nunca. Me enamoré de lo lista que era y de lo tonta que se ponía a veces, incluso de cuando se lo hacía. De cuando me insultaba porque era así como ella como disfrazaba a las palabras bonitas, y eso lo sabía yo. De sus abrazos, aún no habiéndome dado casi ninguno se me hacían como una droga, igual que de las pocas veces que he alcanzado a sentir un beso suyo. De su forma de ser, de todo de ella, me enamoré de ella...

Narra: ___

Estaba completamente lista, cuando iba bajando poco a poco por las escaleras, vi a David afuera, sentado, con un hermoso traje negro que se había puesto, quería asustarlo, y así lo hice, me iba acercando poco a poco hasta que lo abracé por detrás y él se pegó un susto. En aquel momento me estaba partiendo de la risa, me hacía demasiada gracia su cara.

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Narra: yo * deberíais estar acostumbrados, Abenia ;-;*

Los dos esperando a que la novia o la tía de David entrara, ellos estaban sentados en la segunda fila, se sorprendieron al ver pasar a ella con un hermoso y elegante vestido, sobretodo el marido, aquel hombre que se convertiría en su esposo y en tío de David, él estaba muy contento, desde pequeño le había caído genial.

A ___ se le formó una enorme sonrisa al ver llegar a la novia mientras le sonreía a él.

Todo avanzó genial, ahora llegaba la hora de la cena, David era el que estaba más contento por eso, pero casi le da algo cuando ___ le dijo si quería un limón, él, por supuesto, dijo que no, pero ella se llevó unas cuantas sonrisas en aquel momento.

Al acabar la cena, David tenía la sorpresa lista, así que la llevó hacía una plaza que había detrás que era donde los novios tenían que bailar luego, así que solamente estaban unos músicos que se pusieron a tocar cuando David les dio la señal.

David:¿Me concedería este baile peña reina de los patos?- Dijo él mientras se le escapaban unas cuantas risas, a lo que ella respondió:

___: Claro señor conde del reino de los limones- Dijo ella alegremente.

Nada más decir eso, David la cogió de la cintura y ella del cuello a él, y se pusieron a bailar, ella sonreía, igual que él, los dos sabían perfectamente lo que sentían por el otro, asta entonces ninguno se atrevía a decirle al otro la verdad pero él sabía que hoy eso cambiaría, cambiaría igual que el destino que tenían los dos, lo haría para bien, para estar los dos juntos, mas a él, le hubiera gustado haber sido más antes, por desgracia no pudo serlo.

La madre de él los pudo ver bailando a la luz de la luna, le gustó muchísimo ver a su hijo ser feliz de nuevo, después de todo lo que le había pasado, encontrar a alguien, que se hagan feliz mutuamente. Ella quería seguir mirando, pero no lo hizo, se conformó con saberlo.

Él miró su cara, a la hermosa cara de ella, ella hizo lo mismo, mas él no podía soportar más, quería sentir esos dulces labios otra vez, por fin saber que podía ser suya, sin decir nada más, la agarró de los mofletes y la besó.

Él paró, y la volvió a mirar, a ella le brillaban los ojos tanto como las estrellas, igual que a él, no había duda de que que estaba pensando David, lo tenía todo claro, se lo iba a pedir, quería pasar el resto junto a esa persona, esa persona que nunca le hizo daño, y sabe que nunca se lo hará, o al menos, no lo hará por mal. Ella no sabía perfectamente lo que pretendía, pero él sí, y lo tenía muy claro.

David: Mira, ___, han sido meses desde que te he vuelto a ver, nunca pensé que todos aquellos sueños que tuve durante años iban a convertirse en la realidad. Desde el día en el que te conocí sabía que no era una simple coincidencia que nos encontráramos, y ahora sé, que mis presentimientos eran reales. Que la chica, la única que me haría sacar sonrisas verdaderas, iba a llegar a mi vida... - Suspiró dejando a ___ completamente en blanco- Yo... te quiero en mi vida, sin perderte un segundo más- dijo mientras se iba acercando peligrosamente hacia ella- Supongo que la única forma en la que pase eso, y a la misma vez pueda ser feliz, sería... siendo mi novia, así que... ¿Me harías el honor de dejarme ser tu conde de los limones?- Decía él con una sonrisa que deslumbraba por donde la miraras, mientras ella se secaba las lágrimas que se le habían caído, en ese momento ella se dio cuenta que no había otra cosa que le hiera más feliz que él. A lo que ella no pudo evitar responder:

___: Solo si tú me dejas ser tu reina de los patos...-Mientras dijo eso, a David se le formó en el rostro lo que parecía imposible, una sonrisa más grande aún, llena de alegría y amor.

Los dos siguieron bailando, pero aún no había acabado la sorpresa de David, tenía algo un poco más especial, algo, que tenía que ver con "la reina de los patos".

David se paró en frente de ella, sacó de su bolsillo una caja bastante pequeña, contenía un hermoso colgante con forma de pato, detrás, tenía algo escrito, como no, él quiso que fuera esto lo que pusiera:"Para la reina de los patos y la chica que siempre me saca sonrisas".

Ella se sorprendió mucho al ver aquello, si tan solo con lo primero estaba boquiabierta, con esto lo estuvo más. No pudo evitar saltar, abrazarle y darle un dulce y suave beso. Él se fue detrás de ella, y se lo puso, el colgante le quedaba hermoso, se podía ver que era de oro y que llevaba unas pequeñas perlas.

Después dieron un largo paseo por la plaza aquella y se fueron adentro, donde parecía que aún no había acabado la fiesta, ni mucho menos.

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Seré buena y tendréis un extra esta semana :3

He hecho las menores faltas de ortografía posibles, pero seguro que se me habrá escapado alguna :v, espero que no xd.

Espero que les haya gustado, y hasta la próxima dentro de un día o así <3. Adiussss :3


















































Todo por un random challenge (Grefg y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora