Capitulo 7

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Narra Camila.

Habían pasado unos días desde mi ruptura con Mar. Y sinceramente, no podía levantar cabeza. Yo era consciente de mi soledad. Yo sabía que estaba sola, pero no recordaba lo que era sentirse tan sola. Durante muchísimos meses estuve hablando con Mar por las redes sociales, y aunque no la viera tenía a alguien dándome apoyo, alguien con quien hablar. Luego la tuve a mi lado, físicamente, y era perfecto. Y de tenerlo todo, pasé a no tener nada, pasé a tener menos de lo que tenía.

Mi rutina se basaba en: ir a la escuela, volver, hacer deberes, mirar la televisión durante horas, dormir y vuelta a empezar. Así eran mis días.

Pero bueno, volviendo a la realidad... Lo sobrellevaba bastante bien, no me había permitido llorar y eso me permitía no derrumbarme. La escuela... bueno, las mismas burlas. Nada nuevo.

Llegué a clase un poco tarde ese día. Las mesas estaban separadas por hileras y estaríamos en silencio, ya que ese día teníamos examen. La profesora dejó una hoja encima de mi escritorio mientras yo seguía rebuscando en mi mochila, en busca de mi estuche.

-Mierda... -susurré cuando me acordé de que la noche pasada había estado haciendo deberes y me olvidé de guardarlo de nuevo.

En seguida cundió el pánico dentro de mí, ¿a quien iba a pedirle un bolígrafo?... Qué tontería pensarían algunos, pero para mí, relacionarme con esas personas era un suplicio. Llevábamos años yendo a la misma clase, pero para mi eran completos desconocidos. Me senté y apoyé un codo sobre la mesa, dejando descansar mi cabeza contra mi mano. Era tan estúpida.

Sorprendentemente un bolígrafo aterrizó delante de mí, haciéndome sobresaltar. Miré en la dirección de donde había venido y... espera... ¿Lauren Jauregui me estaba prestando algo? Me quedé atónita bajo su mirada, que penetraba mis ojos, como si pudiera leerme hasta el pensamiento más impuro que había pasado alguna vez por mi mente. Como pude articule un gracias con mis labios y ella, sin expresión alguna, volvió a la hoja de su examen.

La verdad es que el examen me salió genial. Normal, con tanto tiempo libre me memoricé hasta la editorial del libro. Todos estábamos recogiendo y yo no sacaba la vista de encima de Lauren. Dudé un poco, pero finalmente me acerqué a ella, aprovechando que sus amigos no estaban cerca.

-Gracias, Lauren... -dije casi en un murmuro, mientras le devolvía el bolígrafo. Su mirada me ponía muy nerviosa.

-De nada, y llámame Jauregui. -su expresión neutra, no cambiaba con nada.

-Perdón, es verdad. -hice una pausa y ella siguió recogiendo sus cosas. Mi pie no paraba de dar golpecitos contra el suelo, debía parecer una idiota. -Quería decirte que... el trabajo que nos dieron para hacer juntas, está casi terminado pero... si quieres hacer las últimas páginas, pondré tu nombre. Solo faltan un par, no es mucho... Tendrás que entregármelo hoy antes de irnos a casa, para que lo junte todo luego. -ella levantó la mirada y dentro de su inexpresión, pude ver algo de sorpresa en sus ojos.

Estiré mi mano y puse las hojas en su mesa. Ella seguía mirándome y sin poder aguantar más su profunda mirada, solté un adiós por lo bajo y salí de allí.

Nada más salir, solté un suspiro que tenía retenido. Esta chica, en verdad, me ponía demasiado nerviosa.


Narra Lauren.

Llegué al comedor y me senté en la mesa donde estaban todos. Comí rápido y luego saqué el resto del trabajo que me dio Cabello. La verdad, ni siquiera sabía porqué lo estaba haciendo, últimamente hacía tantas cosas estúpidas... pero debo reconocer que en el fondo no quería fallarle. Ella, pese a todo lo que le hacíamos mis amigos y yo, me dio una segunda oportunidad de poner mi nombre en ese trabajo. Realmente me pareció un gesto muy... tierno.

Falsa coraza (camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora