Capitulo 10

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Narra Lauren.

Llegué al instituto, sola, ajena a todo. Solo quería ofrecer una disculpa, la disculpa que ayer no me atreví a dar. Efectivamente, terminé yéndome como una cobarde de casa de Camila. No estaba acostumbrada a pedir perdón... quería seguir mis instintos, pero se me hacía tan difícil después de haber estado escondiéndome durante tanto tiempo.

Cuando estaba decidida, parecía que el universo quería quitarme a Camila de la vista, ya que, la busqué toda la mañana sin resultado. Cuando las clases terminaron, fui a dejar los libros a mi taquilla, cuando escuché la conversación que dos chicas mantenían a mi lado.

-...sí, la verdad es que no puedo decir que me sorprenda, se la veía muy deprimida.

-Pero llegar hasta ese extremo... Dios, no puedo creerlo todavía. Deberíamos haber hecho algo. -habló la chica, con la voz afligida.

-No nos imaginamos que podía llegar a tal punto... pero podemos ayudarla cuando vuelva.

-Si es que vuelve.

-Claro que volverá, mi madre trabaja en el hospital y puedo ir a visitarla y darle mi apoyo. Le diré que estaremos con ella.

-Dile a Camila que nos tendrá para lo que sea, por favor.

Mi corazón decayó, y en seguida sentí como todo mi cuerpo temblaba. ¿Camila? ¿En el hospital? Sin pensarlo dos veces me acerqué a aquellas dos chicas.

-¿Camila está en el hospital? -mi voz sonó totalmente rota, casi no me reconocí.

-¿Te importa? -preguntó una de ellas, mirándome mal. Apreté mis manos en un puño.

-Sí, por favor, dime que ha pasado, ¿donde está?

-No creo que seas la persona indicada para contárselo, Lauren. Lo siento. -espetó de mala gana.

-Por favor, he cambiado, te lo prometo. -supliqué. Ella me miró analizando si podía creerme o no. Y finalmente alzó una ceja desafiante.

-¿Sabes qué ha pasado? -preguntó acusadora, y negué con la cabeza. -Ayer Camila quiso quitarse la vida, intentó ahogarse en la bañera de su casa. Tuvo suerte de que su madre llegó a tiempo. -sentí mi sangre helarse. ¿Intentó suicidarse? -¿Sabes, Lauren? No me costaría creer que lo hizo por las burlas diarias que recibía por parte tuya y de tus amigos. De hecho creo que es eso. -finalizó con enfado.

-Yo... yo te juro que lo siento, yo no... yo no quería que algo como esto sucediera. -hablé con dificultad. -¿En qué hospital está? necesito verla, necesito pedirle perdón. -empecé a tener dificultades para respirar, mis temblores se incrementaron y sentí las lágrimas acumularse en mis ojos. Apoyé una mano en las taquillas, sintiendo que no podía mantenerme de pie.

-¿Lauren, estás bien? -sentí como la voz de la chica se suavizó, y puso una mano en mi hombro.

-N... No. -contesté con dificultad.

-Ven, siéntate en el suelo. -me ayudó a sentarme con la espalda pegada a los casilleros, y ella a mi lado. La otra chica me observaba preocupada.

-Dinah, deberíamos llamar a la enfermera. -sugirió la chica.

-Está bien, Normani, no tardes mucho. -contestó Dinah mientras frotaba mi hombro reconfortantemente. 

-No... No es necesario, esto... esto me pasa a veces. -hice una pausa para coger aire. -es cuestión de tiempo.

-¿Segura? -preguntó Dinah, y yo asentí. -Está bien...

Diez minutos más tarde, con las caricias tranquilizadoras de Dinah, y las palabras de Normani, ya pude volver a la normalidad. Aunque con los nervios matándome. Nos pusimos de pie, ya lista para tener una conversación normal.

Falsa coraza (camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora