Capitulo 8

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Narra Lauren.

-... y para finalizar la clase, debo felicitar al grupo de Lauren y Camila. Habéis hecho un trabajo espectacular. -sonrió el profesor.

Fruncí el ceño y miré a Cabello. Ella ni siquiera me devolvió la mirada, estaba demasiado ocupada mirando al vacío. ¿Ella había puesto mi nombre en ese trabajo? Eso era realmente extraño, ella jamás nos daba el gusto a ninguno.

El timbre sonó y nos levantamos, yo siguiendo a Cabello. El asunto olía mal, sin contar que ella llevaba días evitándome a toda costa, y cuando nos burlábamos de ella, simplemente bajaba la vista... incluso una vez pareció temblar. Está no era la chica que yo conocía, aunque bueno, realmente tampoco la conocía.

-Hey, Cabello. -la llamé, y todo su cuerpo se tensó. Se giró hacía mí con temor en sus ojos, así que solo quise tranquilizarla, no iba a hacerle nada. -gracias, pero... ¿por qué pusiste mi nombre en el trabajo?

Ella simplemente se encogió de hombros y siguió su camino a toda prisa, casi huyendo. Segundos más tarde sentí los robustos brazos de Nico rodear mi cintura por detrás, y besar mi cuello. ¿Hace falta que diga lo que sentí? Nada.

-¿Qué piensas? -susurró contra mi oreja.

-Nada... Cabello ha puesto mi nombre en el trabajo, me parece extraño. -admití. Y el rió por lo bajo.

-Quizá esta aprendiendo a saber quien manda...

-No creo, también veo que esta decaída. -murmuré sin pensar.

-¿Acaso eso importa? -preguntó sorprendido.

-No... claro que no, solo era una observación. -me corregí rápidamente.

-Por nosotros se puede pudrir. -rió. -Venga, vayamos al comedor. -cogió mi mano y nos dirigimos al comedor, con mil preguntas rondando mi cabeza.

Quizá esa chica me importaba más de lo que quería.

**


-¡Ya estoy en casa, mamá! -grité, cerrando la puerta tras de mí.

-Hola, cariño. -la oí contestar desde su oficina.

Deje las llaves en el mueble del recibidor y me dirigí hasta donde estaba ella. Ese día estaba cariñosa, así que me permití darle un beso en la mejilla, que ella rechazó al instante, apartando un poco su cabeza. No eramos una familia muy afectuosa.

-Ahora no, Lauren, estoy trabajando. -susurró, sin quitar la vista de la pantalla de su ordenador.

-Está bien. -acepté, y hubo un rato de silencio. Al final, me reí con un pequeño recuerdo del día, y decidí compartirlo. -hoy en la cafetería, Emma y Max peleaban con David porqué...

-Lauren, estoy trabajando, ¿no lo ves? -me interrumpió frotándose las sienes. -Me lo cuentas más tarde, cariño. -asentí con la cabeza, acostumbrada a eso.

Salí a la sala de estar, y me senté en el sillón. La casa estaba tan increíblemente silenciosa... Solo se oía el teclear de mi madre en el ordenador. Entré a WhatsApp y tenía mensajes de un grupo que tenía con mis amigos, así que empecé a leerlos.

Nico: Chicos, ¡al final la pringadita ha puesto el nombre de Lauren en el trabajo!

Elena: No me extraña, Nico ;)

Nico: A mí tampoco >:)

Sentía que me perdía algo, pero decidí ignorarlo. A estas alturas todo me parecían estupideces.

Falsa coraza (camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora