Capitulo 2

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Narra Camila.

Dos días. Dos días y la vería. No podía esperar más, la verdad. Me daban igual las burlas, me daba igual todo. Nada ni nadie podría quitarme esta felicidad que sentía. Mar y yo prácticamente hablábamos durante todo el día, podía sentir que ella estaba igual de ilusionada que yo y eso me hacía más valiente.

Había imaginado por lo menos diez escenarios diferentes de ella y yo besándonos, había imaginado ese día veinte veces, estaba tan emocionada... Tenía mi cabeza en las nubes la mayor parte del tiempo, pero hacia años que no me sentía así de... ¿llena?

-Mírala, mírala... -oí que cuchicheaban detrás de mí y se escucharon unas risas.

Estaba dejando mis libros en la taquilla, lista para irme, pero ya veía venir que me iría con mi ración de insultos diarios. Me giré y ahí estaban, Emma y Elena riéndose de mí, y Lauren y Nico mirándome también, pero más serios. Empecé a caminar hacia la salida, pero estaba claro que no me dejarían así como así.

-Camilita, ¿no nos contaras qué te tiene tan contenta? -maldita Elena, insoportable.

-No es de tu incumbencia. -respondí sin más.

-Cuidado con tu boquita. -dijo Nico en un tono amenazante.

-Eso, cuidado. No sé con quien te has creído que hablas. -soltó Emma. "Pues con los imbéciles más grandes que he tenido el placer de conocer." pensé.

-¿Sabéis que creo? Que nuestra Camilita está enamorada. Esa sonrisa de estúpida no es normal, normalmente tiene cara de no haber cagado en meses. -Elena hizo reír a todos con ese comentario, y yo solo me callé.

-¿Quien se fijaría en ella? -Lauren hizo acto de presencia. -Miradla, hasta un ciego se daría cuenta de que es fea, solo por las vibraciones que desprende. -todos rieron y la verdad es que ese comentario me ofendió más de lo que quise admitir. Apreté mi puño con fuerza y mis ojos picaban con lagrimas. Nunca había llorado por sus criticas, siempre que tenía ganas me reprimía. No quería darles el placer.

-¿Que pasa, Camilita? ¿Te jode oír verdades? -Nico me atacó, mientras todos seguían con las risas.

-Le jode ser fea, porqué sabe que nunca nadie se fijara en ella. -respondió Lauren, divertida.

-Al menos tengo cerebro, idiota. -exploté.

-¿Perdona? -dijo acercándose a mí peligrosamente.

-Eso. -respondí segura. Si intentaba hacerme sentir pequeña, no lo conseguiría.

-Encima de fea, eres imbécil. -su manera de hablarme me ponía enferma, me hablaba con cantidades de desprecio infinitas. -¿Quieres que haga tu vida más mierdosa de lo que ya es o qué?

-¿Es que acaso puedes ser peor persona de lo que ya eres? -me armé de valor para responder.

-Sí. -respondió sin dudarlo. -Fuera de mi vista, me duelen los ojos de mirar tu espantosa cara, marginada.

Y así hice, me fui de allí. Odiaba a Lauren Jauregui. La odiaba tanto. Pero no iba a llorar, no por ella. El problema era que cada vez me costaba más creer que lo que me decían era mentira. Y me odiaba por ello, me estaba debilitando.


Hoy era sábado y me sentía aterrorizada. Había pensado más de una vez en mandarle un mensaje a Mar y decirle que se me haría imposible ir, o algo parecido. No me sentía bien conmigo misma desde esa pelea con Lauren y sus perros. Pero finalmente, decidí ir. No dejaría que Lauren ganara la batalla, haciéndome sentir como ella quería que me sintiera.

Falsa coraza (camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora