Capitulo 13

55 2 0
                                    

Narra Camila

Las chicas y yo estábamos en la cafetería y la verdad, me estaba riendo demasiado hablando de la desastrosa vida amorosa de Dinah. Esta chica no tenía nada de suerte, y lo mejor es que era totalmente optimista. Lauren... bueno, Lauren era muy suya, y estaba sola, con los cascos puestos. La verdad es que me sabía mal y más después de la conversación que tuvimos un par de días atrás, pero ella no vendría con nosotras. Le costaba, como a mí, y la entendía.

-¿y tú, Camila? -preguntó Normani.

-¿Mmh? -pregunté, ya que me había quedado al margen de la conversación, observando a Lauren, que comía sola.

-Que si has tenido novio alguna vez. -abrí los ojos como platos, y en seguida sentí mi rostro quemar. No sabían sobre mi preferencia sexual, y no sabía cómo podían reaccionar.

-Bueno... Em... Algo así. -me encogí de hombros nerviosa.

-No seas tímida, ¡cuéntanos! -exclamó Dinah, divertida.

-Ya os lo contare.

-No, no, no... Tu has escuchado mis desastres, ahora te toca a ti. -devolvió.

-Yo... es que... -las manos me temblaban, no me sentía con fuerza para contarlo, pero si quería confiar en ellas plenamente, debía hacerlo. -Yo tuve novia. -casi susurré, pero toda la mesa se quedó en silencio.

-¿Novia...? -preguntó Ally con inseguridad.

-Sí... Me gustan las chicas, soy lesbiana. -mis temblores se hicieron más visibles ante el silencio, así que situé las manos en mi regazo, para que no lo notaran.

-Hey, ¿por qué te pones tan nerviosa? -preguntó Dinah, poniendo una de sus manos sobre la mía, al notarlo. Me encogí de hombros, porqué en ese momento no me salían las palabras.

-Camila, no pasa nada, es algo tan normal cómo que a mí me gusten los chicos. -me tranquilizó Ally.

-Es verdad, no te vamos a dejar de lado por ello. Eso es muy del siglo pasado, o del otro incluso. -todas rieron, y yo solté una risa nerviosa.

Todas se levantaron para abrazarme al ver lo nerviosa que estaba, y no pude evitar emocionarme. Y aunque odiaba mostrarme débil ante los demás, me permití soltar unas lágrimas de alivio. Porqué me aceptaban, porqué tenía amigas de verdad y porqué podía ser yo misma.

-¿Por qué lloras? -preguntó Normani, con un sonrisa.

Y no pude hacer otra cosa que encogerme de hombros mientras las abrazaba más fuerte. Me sentía jodidamente bien.

**


Acabábamos de terminar educación física y me estaba cambiando en el vestidor, Lauren entró con su clase, mientras la mía terminaba de cambiarse y recoger sus cosas. Me dediqué a observarla disimuladamente, y ella se cambió, dejándome ver su cuerpo medio desnudo. Últimamente había dejado de ver al monstruo que veía y empezaba a ver que era una chica muy bonita, definitivamente la veía con otros ojos.

Me sorprendió ver como miraba hacia todos los lados, nerviosa, como si no supiera donde posar su vista. Y fue entonces cuando vi que miraba como se cambiaba una chica de su clase, apartando la mirada ruborizada. Sonreí un poco, levantando las cejas. Eso si que era inesperado.

A Lauren le imponían las chicas desnudas. Interesante.

-Cuidado, Jauregui. -Emma y Elena pasaron por su lado, empujándola contra las taquillas del vestuario.

-¿En serio? -preguntó Lauren, incrédula.

-¿Pasa algo? -se giró hacia ella Emma, con cara de pocos amigos.

-No hace falta que lleguéis a este punto, ignoradme, como yo hago con vosotras. Pero no me jodáis. -la Lauren que veía ahora, con esa mirada desafiante y su tono de voz seguro, me recordaba a la que se metía conmigo. Pero ahora era distinto, ella había cambiado.

-¿Ignorarnos? Lo que pasa es que te has quedado más sola que la una, por imbécil. Por defender a esa marginada. -me señaló y sentí mi pulso acelerarse.

-No la nombres. -contestó Lauren bajándole el brazo y acercándose a ella peligrosamente.

-¿O qué? -Emma levantó una ceja desafiándola.

-Como le hagas algo, te juro que no me voy a controlar. -habló enfadada.

-Quiero verlo. -la provocó.

Lauren hizo el ademán de pegarle, pero yo fui más rápida y la cogí por la cintura, apartándola.

-No vale la pena, Lauren. -susurré para ella.

-Aw, pero que adorable, se protegen entre ellas. -Dijo sarcásticamente Elena. -Camilita, sabía que estabas sola, pero, ¿tanto como para hacerte amiga de Lauren? Te recuerdo que fue más hija de puta contigo que nosotras juntas. -habló venenosamente, mientras sentía a Lauren tensarse en mis brazos.

Sí, todavía seguía sosteniéndola.

-¡Cállate! -exclamó Lauren.

-Sabes que tenemos razón, cariño. Anda vayámonos, Em, no tengo todo el día para estar aquí desperdiciandolo. -y dicho esto salieron del vestuario.

Aflojé el agarre que tenía en Lauren, y ella, sin darme tiempo a nada, cogió las cosas y salió de allí. Rápidamente cogí mis pertenencias también y salí corriendo detrás de ella, que salía del instituto a paso de gigante.

-¡Lauren, espérame! -exclamé.

Ella siguió andando, hasta que pude alcanzarla.

-¿Estás bien? -pregunté.

-No debería importarte. -murmuró enfadada.

-¿Por qué? -pero ella no respondió, seguía andando rápido y cabizbaja. -Lauren, ¿por qué? -seguía sin responder hasta que la cogí del brazo y la detuve. -Contéstame.

-Porqué no merezco que te preocupes por mí, te hice daño. -ambas nos quedamos en silencio. Yo sorprendida por la sinceridad y el dolor que emanaban sus palabras. -Ellas tienen razón, soy una mala persona. -casi susurró.

-No es verdad. -me apresuré en decir. -Mi psicóloga me ha enseñado muchas cosas, entre ellas estás tú. -suspiré. -Tu y tu comportamiento. Fuiste mala conmigo, pero quieres cambiar y eso es lo importante. Te diste cuenta de tus errores.

-Me di cuenta tarde. -me interrumpió.

-Lauren, no te castigues. Yo más que nadie quise odiarte, quise guardarte rencor y quise que te pasara lo peor, pero ¿sabes qué? Que mientras me acompañabas de casa al colegio, o en mis lecturas o en lo que sea, me di cuenta de que no eras mala persona, y ya no podía desearte ningún mal. Mi psicóloga tenía razón, la gente comete errores, pero lo importante es rectificar. Tu lo estas haciendo y por ello te he perdonado.

-No merezco que me perdones, Camila.

-Claro que sí. Has renunciado a muchas cosas, ¿te crees que no lo veo? Lo veo todo, Lauren. Veo como has preferido estar sola, a estar con tus amigos, a tu popularidad... Y sé que te sientes sola. -Lauren apartó la mirada, con los ojos vidriosos y un ligero temblor en su labio inferior, que me pareció muy tierno. -Sé cómo se siente lo que estas viviendo. Y créeme que no lo paso por alto, valoro mucho lo que estas haciendo para cambiar. Para ser tu misma. -el silencio reinó entre nosotras, durante unos segundos, pero sorprendentemente no era incomodo.

Lauren miraba a otro lado, con la respiración agitada. Se notaba que quería llorar pero estaba reprimiéndose. Extrañamente me sentía como si con ella tuviera una rara conexión. Como si hablar con ella fuera fácil.

-¿Puedo abrazarte? -susurró dejándome en shock. -Por favor. -finalizó después de unos segundos.

Yo asentí y segundos después sentí su cuerpo contra el mío. Era cálido y sincero. Mi corazón se aceleró, probablemente por los nervios. Y nos abrazamos durante un rato, sintiendo como la respiración irregular de Lauren se calmaba poco a poco.

-Gracias. -susurró en mi oreja. -Gracias por verme.

Y la entendí tan bien.

Falsa coraza (camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora