Capitulo 3 - Mounstro

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Capitulo 3

La gran puerta se abrió con facilidad mientras daba paso a una vista que me dejo sin habla. El marco de la puerta se me hacia doblemente mas grande y mis ojos se enfocaron en la gran habitación que tenia frente a mí. El aire abandono mis pulmones y mis ojos enfocaron cada rincón mientras daba tímidos pasos al interior. Lo primero en captar mi atención fue la enorme cama blanca que se encontraba perfectamente tendida, unas enormes cortinas blancas cubrían gran parte de la cama, dejando ver poco de lo que ocurría en su interior. Por instinto lleve mi mano a mi corazón intentando refrenar el alocado golpeteo. Mi mente comenzaba a divagar en las cosas que en un futuro no muy lejano él y yo... él y yo... La sangre subió a mis mejillas y sentí el rostro caliente.

Sentí un hormigueo en mi estómago como si miles de mariposas bailaran dentro de el, aunque sería mejor decir elefantes en vez de mariposas. Mi estómago trono de manera poco agradable y el nerviosismo no tardaba en llegar. ¿Qué hacíamos aquí?

-¿Qué hacemos aquí?- fue lo único que pude pronunciar.

-¿No es obvio?- su tono de "Esto es tan obvio" me molesto.

-¿No?- le dije con confusión.

-Además de fea, tonta- sentí como mis mejillas se encendía de furia y mis ojos lanzaban llamas asesinas a ese individuo despreciable.

-¿Cómo me dijiste?- la indignación lleno mi voz.

-Lo que faltaba, sorda además- eso era lo último, odiaba a ese tipo.

Decidí quedarme callada, no me convenía soltarle uno que otro insulto que bien merecido se lo tenía.

-Bien, como mi querida esposa es muy lenta, te explicare- hablaba mientras entraba a la habitación con calma, su figura lleno la habitación haciendo que su interior se viera mas oscuro con el dentro. – Necesito un heredero, y como veras solo mi esposa puede dármelo, ¿Te parece que esta noche empecemos a trabajar en ello?-

Un momento.

Un jodido momento.

¡¿Qué acababa de decir?!

-¡No!- mi respuesta salía precipitada de mi garganta. Mis mejillas se llenaron de un color rojo y sentía mi sangre correr por mis venas a un ritmo alarmante.

Escuche un risa en el lugar desconcertándome, fije me vista en el individuo que me acompañaba en la habitación que estaba doblado de risa mientras se reía a costa mía.

-No imagine que fueras tan inocente – decía mientras trataba de calmarse de su reciente ataque de risa.

-Tu...- dije de forma amenazante.

-Aunque nunca he dicho que fuera mentira, lo que te dije es verdad, necesito un heredero y ya que tú has sido mi afortunada esposa elegida es tu deber cumplirlo- dijo de forma seria, ningún rastro de la risa pasada quedaba en su semblante imponente.

-¿Por qué a mí? – Era algo que todavía no cabía en mis pensamientos, habiendo una infinidad de princesas y cortesanas interesadas en ser la esposa del Rey del Sol, ¿Por qué a mí? La princesa de un ducado que no tenía mucho que ofrecerle a la gran potencia que era el Reino del Sol.

-Eso es sencillo, por que eras tú- Sus palabras fueron tan convincentes, aunque lo que dijo no tenía ningún sentido y tampoco me daba una respuesta.

-Su Majestad... no le veo a eso una razón válida para destruir la poca felicidad que tenía, sus deseos egoístas han traído a mi la amargura y la infelicidad, si usted da una razón como esa para haberme traído aquí, no puedo perdonarlo.- el dolor embargaba mi corazón con el recuerdo de mis hermanas y mis padres. Mi garanta comenzó a escocer y mis ojos amenazaban con dejar caer lágrimas.

-No quiero tu perdón, tampoco me importa ser egoísta- sus palabras sonaron fuertes e imponentes cargadas de un sentimiento desconocido para mí. De pronto sentí mi mano en barbilla y como su cuerpo me empujaba más hacia la gran cama blanca. –Escúchame bien, Nike Lemercier, tú en este momento eres de mi propiedad, no importa si eres feliz o no, si quieres volver o quedarte. Tu estarás a mi lado, sin falta.- Sentí su respiración cerca de mi rostro. La fuerza aplastante de su cuerpo mientras me hundía más en la suave cama de su habitación. Su pecho era grande y cubría gran parte de mi visión. Intentaba forcejear pero la fuerza de sus brazos me mantenía cautiva.

-Eres un desgraciado- escupí las palabras con odio.

-Podre serlo, pero no olvides que este desgraciado es tu dueño.- de un momento a otro sentí mis labios estamparse contra los míos, los suyos reclamaban algo que no le pertenecía, aunque la brusquedad de ellos arrebataba cualquier otro pensamiento. Mordí mi labio inferior haciendo que soltara un grito de dolor, mientras tanto aprovecho para usurpar mi boca con su lengua inundándome. Mi respiración estaba entrecortada y mi pecho subía y bajaba irregularmente.

-S-suéltame- susurre entre jadeos.

-No, mientras esto no me complazca- sus labios seguían aferrados a los míos de manera violenta. Su mano –que ya no estaba en mi barbilla – sujetaba mis manos por encima de mi cabeza con una fuerza abrumadora. Mientras que con la otra acariciaba mi cuerpo. Sus piernas se colocaron a lado de mis caderas impidiéndome cualquier movimiento.

-Mueve tus labios- dijo de forma demandante.

Ignore su orden.

De pronto sentí otro mordisco en mis labios, aunque este era más fuerte y violento.

-Te dije que movieras tus labios o esto no acabara – En esta ocasión seguí sus órdenes quería que esto acabara de una buena ves. Moví mis labios tímidamente intentado seguir el ritmo desenfrenado y violento de los suyos. – Eso es buena chica – sus palabras me dieron asco.

Terrible.

Ese hombre era terrible. Después de unos minutos me libero.

-Espero que entiendas, no puedes huir de mi Nike – en este momento comenzaba a creer que el de verdad era un verdadero Mounstro.

Continuara...

¿Qué les parecio este cap? Perdón por noactualizar antes, pero de verdad andaba algo ocupada. Ocurrieron varias cosas,pero mejor tarde que nunca, espero sus hermosos review ñ.    


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