Capítulo 4
Aun sentía sus labios sobre mi boca, y su frio contacto con mi piel. Un escalofrió recorrió mi espalda al darme cuenta de algo; Salí de un infierno para llegar a uno peor.
Un estremecimiento recorrió mi cuerpo al darme cuenta de que mi vida era una terrible maldición. Si las cosas continuaban así no estaba segura de querer seguir manteniendo este cuerpo con vida. No podía decir que ella misma era la que vivía, en los últimos momentos descubrió y se dio cuenta de algo.
Era solo una muñeca.
¿Qué más podría ser más que eso? La esperanza de que este hombre fuera alguien que la protegiera, aunque solo fuera una débil, ingenua y absurdas esperanza se había extinguido completamente de mi ser. ¿Vida? Era algo que nunca más podría apreciar. En ese momento lo que más deseaba era salir de las barreras del palacio, de los recuerdos de su pasado y de todo el sufrimiento que la atormentaba en todo el camino de su existencia.
Quería salir. Libertad.
Era algo que nunca podría tener.
Decidí salir de las cuatro paredes de mi habitación, asfixiada de continuar encerrada. No había podido explorar el castillo por el reciente incidente. Aunque en ese momento no sabía ni siquiera en donde se encontraba observo a lo lejos unas escaleras entre unas habitaciones en el otro extremo del pasillo. La curiosidad lleno su alma, ella era curiosa pero pocas veces pudo saciar esa ansia de aventura, siempre se le fue negada. Se apresuró a subir las escaleras, encontró una puerta blanca de madera fina y con decoraciones de cristales de colores adornándolo con una belleza exquisita.
Abrió la puerta y lo encontró la dejo sin habla, un hermoso paisaje de bellas flores, rosas y arbustos de unos colores brillantes, suaves y combinados. Había tantas que no sería suficiente un día entero para contarlas, era un hermoso jardín de rosas. Sus ojos brillaron con emoción mientras corría por el cuidado césped que crujía cada vez que daba un paso. Se adentró en el gran laberinto de arbustos hasta que encontró la salida hacia un pequeño chapoteadero con peces y una pequeña sala casual bajo la sombra de un imponente y hermoso umbral cubierto con finos detalles.
Precioso.
Era la única palabra que podría describir ese perfecto paisaje privado.
Mientras observaba ese divino paisaje recargue mi cuerpo en uno de las columnas que se encontraban bajo una apacible sombra. Mis ojos los mantuve cerrados y inspire el aire puro que el viento me regalaba. Siempre me había sentido una con la naturaleza, tal vez sea por mis habilidades.
Hay un secreto que acompaña mi existencia y que protejo con celo, mi poder, mi unión con la lluvia, soy capaz de hacer llover a mi voluntad, aunque pocas veces he utilizado tal magia. Temía que mi madrastra averiguara esto y me matara, o lo que es peor, me enviara a algún lugar lejano donde experimenten conmigo. Sé que suena raro, pero no quería eso. Una vez que hable con mi abuela antes de que muriera me dijo el porqué de esta rara habilidad. Me contó la historia de nuestro país y el secreto de la familia real.
-Nike, nunca debes decir que posees este poder - mi edad era tierna para comprender las sabias palabras de la persona que había cuidado en mi niñez.
-¿Por qué, abuela?- ella me miro con ternura y su mano se dirigió a mi coronilla, revolvió un poco mis cabellos y contesto.
-No es bueno que las personas sepan de algo tan maravilloso como es nuestro poder, Nike- la mire confusa por un minuto
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Ojos azules
Romance"Nunca vi unos ojos tan hermosos y a la vez tan vacíos..." Una petición al Ducado de la Lluvia cambia la vida de Nike, que ha sido convocada para ser la esposa del temible Rey del Sol. Una vida de infortunio es lo que ha tenido Nike, sin embargo est...