Capitulo 14 El viaje Parte 1: La discusión

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CAPITULO 14 El VIAJE P.1 La discusión.

La última vez que estuve en el mar fue cuando me despedí de mi tierra natal y de mis hermanas. Recordaba ese momento como si hubiera sido hace varios años, como un tenue recuerdo que me costaba discernir. Era muy extraño, ya que no han sido más que un par de meses. Tal vez haya sido la ajetreada vida de palacio, o simplemente que mi memoria no era buena.

Observe el basto mar extenderse delante de mí, y también a mis costados. Estábamos rodeados de agua y no sé si fue por eso, pero por un momento me imagine estar en una de esas aventuras que se cuentan a los niños pequeños. Travesías por lugares inhóspitos y peligrosos y viajes a zonas y países extranjeros. Me permití soñar con la libertad que el viento y el mar me hacían sentir. Como si nada pudiera pararme ni detenerme.

—Estás muy pensativa. —Di un respingo al escucharlo hablar a mis espaldas. Sentía el peso de su mirada en mi nuca, me encontraba incomoda. Así que solo asentí y seguir observando la ruta que tomaríamos. Abajo los marineros estaban realizando sus labores. Unos estaban encerando los pisos y otros se dedicaban a dirigir el barco.

Un ruido a mi izquierda me hizo percatarme que Livius estaba haciendo lo mismo que yo. Observaba el cielo con un expresión aburrida. Me detuve a mirarlo atentamente, su boca estaba levemente fruncía en una mueca de insatisfacción. De pronto sus ojos encontraron los míos, me ruborice al darme cuenta que me había descubierto mirándolo. Un atisbo de diversión llego a sus ojos, pero su expresión era la misma.

—No sé qué es tan interesante. — Dijo de pronto. Fruncí el ceño al no entender a lo que se refería.

— ¿Qué quieres decir?

—A todo esto- Dijo haciendo un ademan con la mano, refiriéndose a todo lo que nos rodeaba. — Observas el cielo, el mar y todo lo que nos rodea como si fuera algo hermoso, único o como algo que nunca hayas visto. Es extraño. —Puntualizo.

Suspire y me dispuse a contestarle: —Probablemente es extraño para ti, pero para mí no. Yo crecí rodeada de naturaleza, de grandes y frondosas selvas. El mar era mi compañero diario. Somos seres humanos, debemos percatarnos más de lo que nos rodea. Si no ¿de qué sirve que estén ahí?— esa era la frase más larga le había dicho a Livius y también la más sincera y personal. Las palabras simplemente fluyeron de mi corazón sin más, y sin pedir permiso. Como si quisiera convencerlo de que es así.

—No comprendo tu punto de vista, para mí el agua es solo agua, el viento solo es viento. Esta ahí porque debe estar. No por alguna razón en especial. —Lo escuche decir esas palabras con un tinte de soledad imprimida en ellas. Sentía pena por él, un mundo no se puede apreciar lo que te rodea no es un mundo donde se pueda ser feliz.

—Entonces es una lástima, Livius, tienes el mundo en tus manos para recorrerlo y disfrutar de él, pero no lo haces. Es un gran desperdicio. —Lo escuche bufar ante mis palabras. Lo ignore y continúe hablando. —Solo te diré esto, como una vez que alguien importante lo hizo para mí una vez cuando más lo necesitaba. Un mundo sin sentimientos ni percepción es un mundo vacío donde solo puedes ver las tinieblas.

Lo escuche reír con ironía.

— ¿Un mundo vacío lleno de tinieblas? ¡Perfecto!— dijo mientras una sonrisa cruel adorno aquel rostro cubriendo la soledad que sus ojos reflejaban. — Nike, tu y yo no "percibimos" el mundo de la misma manera. Las cursilerías que tú piensas son solo ingenuidades, no sabes lo que es el mundo real. —Mordí mi lengua absteniéndome de gritarle que se equivocada, pero no pude cuando el continuo hablando. —Un mundo vacío y lleno de tinieblas es sin duda al lugar donde pertenezco. Un sitio donde puedo llevar las riendas de las consecuencias a mi antojo.

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