Capítulo 3: Recuerdos que perduran

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En el trayecto hacia el Santuario Clare debía pasar primero por algunas villas que rodeaban a este, lo que significaba que tendría que pasar por la suya, cosa que le dio un poco de nostalgia, pero en su entrenamiento como caballero de Athena, forzosamente-y con la ayuda de su maestro Camus- había logrado controlar su sentimentalismo, así que a paso firme se encaminó hasta las villas.
Cuando llegó a la suya pudo ver que habían ocurrido muchos cambios, ya no estaban los escombros que había dejado aquel devastador ataque, y las ruinas ya eran en minoría, al parecer los aldeanos vecinos habían puesto manos a la obra para reconstruir esa villa tan pobre, ya que aunque no hubieran muchos recursos, habían sido capaces de levantar algunos hogares y personas de villas cercanas se habían establecido ahí.  Mientras Clare pasaba por las villas se sorprendió que habían algunos aldeanos que al verla se ponían tensos, como si tuvieran miedo, ¿Acaso nunca habían visto a un caballero femenino? Eso es prácticamente imposible ya que el Santuario se beneficiaba de muchos productos de las villas. Pero decidió no darle importancia y apresurar el paso para llegar lo más pronto al Santuario, al menos estaba feliz de que la tristeza que rodeaba los escombros-que había sido su último recuerdo- ya no estuviera.
Por fin había llegado a las puertas del Santuario, al menos ese lugar aún le resultaba bastante familiar, jóvenes aspirantes a caballeros luchando por doquier, aprendiendo sobre el cosmo y por supuesto, por otro lado el recinto de los caballeros femeninos de Athena. No muy lejos pudo divisar la casa de Aries, "al fin podría volver a ver a su mejor amigo de cabellos lila al que le había hecho la promesa de volver siendo caballero de Athena".
Daba gracias al cielo porque la Pandora box en la que llevaba su armadura comenzaba a ser una molestia para su espalda, así que a pasado rápido y con unos saltos llego hasta los escalones de la casa de Aries con intenciones de subirlas.
-Oye, en serio eres imprudente ¿No crees?- decía una chica de cabello rizado, Clare jamás la había visto, pero eso no evitó que se molestara un poco por su entrometimiento.
-¿A qué te refieres?- dijo Clare con un tono seco.
-No puedes entrar como si nada a la casa de un caballero dorado, aunque este se trate del caballero más gentil debes tener una autorización-
-¿Así que ahora necesito autorización para ver a mi mejor amigo?-
-¿tú? ¿Mejor amiga de un caballero dorado?-ríe- los caballeros dorados no tienen tiempo para entablar amistades con niñas.
-Sabes, a todo esto ¿Por qué me adviertes? ¿Acaso te afecta si entro o no a la casa de Aries?-
-Oye tranquila- ríe- llevemos la fiesta en paz, además, el caballero de Aries tiene algún tiempo estando ausente del Santuario- dijo mientras se acercaba a donde estaba Clare.
-¿Qué? ¿Y nadie sabe de su paradero?-
-No, pareciera como si se lo tragó la tierra-
-Eso es extraño- decía Clare mientras se sentaba en el primer escalón hacia la casa de Aries.
-Pero es un caballero dorado, no puede pasarle nada malo, él estará bien- decía la chica de cabellos rizados y piel blanca mientras se sentaba junto a Clare- Por cierto, "mejor amiga del caballero dorado de Aries"-ríe- ¿Cuál es tu nombre? Y ¿De dónde vienes? Nunca te había visto- decía mientras se acomodaba su máscara.
-Clare, caballero de bronce de la corona boreal, ah y vengo de Siberia- la otra chica volteo a verla de pronto.
-¿Siberia? ¿Eso significa que eres alumna del maestro Camus de Acuario?- decía la chica con notable asombro en su voz.
-Hmm si, ¿ Por qué la sorpresa?-
-Porque ahora me explico menos como pudiste ser tan imprudente al querer entrar a esta casa- decía mientras reía.
-Oye, ya vi que el sarcasmo es un rasgo muy visible en ti - decía Clare mientras comenzaba a reír también- ¿y tú cómo te llamas, caballero entrometida?-
-¡Oye! Yo sé que me lo agradecerás algún día. Soy Lilly, caballero femenino de grulla-
-Wow ¿estoy hablando con un caballero de plata? No me lo creo-
-Ya veo que la del sarcasmo no sólo soy yo. Oye si nos ven aquí nos meteremos en problemas, así que deberíamos irnos al recinto de los caballeros femeninos- dijo Lilly mientras se levantaba del escalón.
-Hmm, bueno- dijo Clare mientras tomaba de nuevo su Pandora Box.
-Oye no te pongas triste, yo sé que tu novio volverá pronto- decía Lilly en tono divertido mientras caminaban.
-No tengo esa clase de sentimientos hacia el caballero de Aries-dijo Clare en tono serio- pero...le debo mi vida-
-¿Qué?-
-Hmm... Algún día te lo contaré- dijo Clare- ¿estás son todas las caballeros femeninos?-dijo al llegar al recinto.
-No, algunas están en el coliseo luchando por conseguir su armadura- decía Lilly en tono tranquilo.
-¡Oye! ¡Pero tú dijiste que nos meteríamos en problemas si nos quedábamos allá!-
-Error, yo dije que nos meteríamos en problemas si nos veían en la casa de Aries-
-¡No dijiste eso!-
-¡Claro que si! Pero bueno, ¿Quieres ir a ver o que?-
-Si, pero necesito un lugar donde dejar mi armadura, créeme que caminar varios días con esa caja en tu espalda no es lo más reconfortante del mundo-
-Bien, entonces por el momento te quedarás conmigo, mi compañera de casa acaba de irse en una misión junto con otros caballeros, así que su cama está disponible-
-Ooh, gracias- y esa era una de las pocas veces en las que Clare había sentido que al fin podría tener un amigo, al menos desde el día en que lo pedió todo. Llegaron hacia la pequeña morada de Lilly, no era la gran cosa pero era bastante cómoda para vivir, pasaron adelante y Clare al fin soltó por completo su armadura para luego estirarse un poco.
-Bien ya conociste, ¿vamos?-
-Eeh...si- se encaminaron de vuelta, hacia el Coliseo, donde por lejos se podía escuchar los gritos de los aspirantes que apoyaban a sus amigas caballeros. Al llegar al coliseo pudieron ver que, en definitiva, eran dos chicas luchando entre sí por la que parecía ser una armadura de plata. Una de ellas era pequeña y de cabellos dorados, la otra era todo lo contrario, sus cabellos eran negros y llevaba un gran mechón negro que tapaba la mitad de su rostro, pero lo que más le llamó la atención a Clare fue que su máscara solo cubría la mitad de su rostro, la otra mitad solo era cubierta por el largo mechón de cabello, pero su aspecto no era lo único que intimidaba un poco, también su forma tan apasionada y agresiva de pelear,su cosmo, Clare describía ese cosmo como uno muy agresivo, pero no malvado.
La pelea era bastante desigual, llevando desventaja la chica de cabellos rubios, patadas, puños al aire y alguno que otro golpe esquivado era la imagen resumida de lo que se estaba viendo en el Coliseo, la chica de cabellos negros no sólo atacaba, también sabía a la perfección los ataques de su contrincante, y los esquivaba como si fuera lo más trivial del mundo. La pelea acabó con una chica de cabellos dorados bastante herida y con moretones y una orgullosa futura caballero de cabellos negros.
-¡Y la vencedora es Akire!- gritaban algunos de los aspirantes mientras la chica de cabellos negros retomaba el aliento.
-Oye, yo me lo pensaría dos veces antes de enfrentarme en un combate con ella- le decía Lilly a Clare, Clare había pensado en eso también, pero se guardó ese comentario, ¿qué tan poderosa podría ser esa chica llamada Akire? Tal vez algún día lo sabría.
-Muy bien joven aprendiz, al haber ganado en este combate te honro con la armadura de Lira, pero recuerda que esta armadura debe usarse solo para el bien y la justicia- se escuchaba la voz del Patriarca resonando ante el silencio que se encontraba en el Coliseo, la chica recibió su armadura y Clare supuso que se dirigía hacia el recinto de caballeros femeninos.
-Esa chica tiene potencial , ¿No crees?- decía alguien cerca de Clare y Lilly.
-Hmm eso parece, un enfrentamiento con ella sería interesante- decía otro chico
-Con su permiso señoritas- dijo el primer chico al momento en que se retiraban con una sonrisa hacia Clare y Lilly. ¡Esa voz! Clare había escuchado esa voz en alguna parte...pero ¿Dónde?...

"Hasta las lágrimas pueden convertirse en un arma poderosa" (Saint Seiya) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora