*
Con tacones en mano entre a mi hermoso edificio.
¡Es hermoso~!
Camine, si a eso se le llama caminar, hasta el ascensor donde presione muy delicadamente el botón que indicaba subir.
Espere y espere hasta que por fin se abrieron las puertas, entre y me giré de una manera muy linda, casi chocando con la pared metálica con mi giro, me agarre y presione el botón de nuevo esta vez con más urgencia.
¡Botón del demonio!
Las puertas se cerraron y me hice un poco hacia atrás para que mi espalda se recargará en la pared fría. Al parecer no medí bien la distancia porque caí al piso de pompas.
Comencé a reír y cuando se abrieron las puertas trate de levantarme, al no conseguir el resultado que quería, gatee hasta salir de la caja metálica y una vez a fuera volví a tratar esta vez, tampoco funcionó.
Me di por vencida hasta que sentí dos brazos posarse debajo de mis brazos y levantarme como si fuera una muñeca de trapo.
Giré la cabeza sin poca delicasion ocasionando que me diera un mareo. Cerré los ojos y segundos después los abrí y miré a quien todavía me tenía en brazos.
¿Quién es él?
Fruncí el ceño ya que no identificaba a la persona que me había levantado del piso. Mordí mi labio y escuche un ligero garraspeo.
- Creo que has bebido demás. -enchine los ojos.
- No. -dije y alce las cejas.
¡No te conozco!
- Sí, es verdad. -hice un puchero.
- No, no lo es. -dije.
Escuche risas.
- Es tan linda. -volví mi vista a otra persona.
En realidad no sabía que estaba mirando en los anteriores segundos.
- Vamos, te llevaré a tu departa...
- Gracias, pero estoy bien. -dije y me zafé de su agarre.
Cualquiera diría que fue un estupenda idea ya que no conocía a la persona pero en realidad fue que, fue una pésima idea, casi caigo de bruces sino es que el otro chico o el mismo me agarro antes de caer.
Volví a reír.
¡Hagámoslo otra vez!
- Te llevaremos a tu departamento.
Sonreí al chico pero volví a zafarme de él.
- Estoy bien. Gracias. -dije y cuando sentí que el piso dejo de dar vueltas, comencé a caminar segura de mí.
Llegue a la puerta e ingresé el código, la puerta no se abría; volví a insistir y nada, volví a ingresarla pero esa puerta del demonio no abría. La patee enojada, una manos se cerró alrededor de mi mano.
- ¿Segura que esta es tu casa? -miré al chico enojada.
- Lo juro, si es. Pero la puerta...
- ¿Qué número es tu casa?
- 102. -dije y apunté el número.
- Este es el 104.
- ¿Cómo...? -mire la puerta y, tenía razón.
Solté una carcajada.
- Eres tan lindo.
¿Lo dije o lo pensé?
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"¿Viviendo con, Idols?" [Pausada]
FanfictionAnnie una chica que vivía plácidamente con una mujer ya mayor de edad, tuvo que salir de su pequeño cuarto que le rentaba para irse a su nuevo vecindario donde nunca pensó en encontrarse con personas que ni imaginaba ver en su ocupada vida como dise...