*
Delante de mi tenía a la persona con la sonrisa más grande, luminosa y gentil que haya visto antes.
-¡Halmeoni! -grite de la emoción.
Y así salí corriendo hacia ella para rodearla con mis brazos.
-Annie vas a dejarme sin aire. -dijo dándome unos golpesitos en la espalda.
-Abuelita que bueno que vino. -deje mirandola.
-¿Estabas llorando? -esa no era la voz de mi abuelita. Yoseob estaba parado tratando de no reír.
-Claro que no. -le di un golpe en el hombro.
-Parece ser que si~ -hizo un gesto gracioso y le sonrei.
-Pasen. Está será su nueva casa.
-Gracias hija. -dijo Halmeoni.
-Espere abuelita yo le ayudó.
Tomé las pantuflas que quedaban y las acerqué a ella, me agaché y le empecé a quitar sus zapatos. Seob se empezó a reír.
-¡Annie no tienes porqué hacer eso! -me dio un golpe Halmeoni en la espalda para nada afectuoso.
-No diga nada, yo quiero hacerlo.
-¡Ves! ¡Ella es una buena nieta!
-¿Pero qué...?
-A veces me preguntó quién es en verdad mi nieto.
Me levante y les sonrei.
-Por supuesto qué yo soy su nieta. Yoseob sólo es el postizo.
-Yah, Annie...-empezó Seob.
-Tienes razón. -dijo Halmeoni.
-¿Abuela estás de lado de la nieta postiza?
-Seobie comportate. Estamos en casa de otra persona.
-¡Oh mi abuela es Daebak!
-¿Yo soy qué? ¡Vas a ver cuando.lleguemos a la casa!
Aparte de nuestras risas se escucharon las de los chicos qué estaban en el comedor.
Entramos a la sala y pudimos ver a todos parados con una sonrisa.
Todos saludaron a Halmeoni y Yoseob, nos dispusimos a sentar pero la verdad es que no alcanzaban las sillas.
El comedor era apenas de seis sillas y pequeñas.
-Vayamos a comer a la sala ahí todos estaremos más cerca y cómodos. -asenti hacia Halmeoni.
Pasamos todo a la mesita de la sala y ahí todos tirados en el.piso nos dispusimos a comer.
-Annie esto te quedó riquísimo. -dijo Seob.
-¿Crees que supere a la abuela?
-Definitivo...
-¡Así? Pues cuando me pidas no te haré dumpling.
-¡Abuelita~!
Todos reímos, se veían tan tiernos peleando.
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"¿Viviendo con, Idols?" [Pausada]
FanfictionAnnie una chica que vivía plácidamente con una mujer ya mayor de edad, tuvo que salir de su pequeño cuarto que le rentaba para irse a su nuevo vecindario donde nunca pensó en encontrarse con personas que ni imaginaba ver en su ocupada vida como dise...