Llamé a Chloe.
Un pitido, dos... Tres...
—Si? —dijo a la otra linea.
—Chloe, hola —dije.
—Mía —dice —Lo siento.
—No, lo siento yo. No os hago caso siempre estoy perdida —
—Te quiero pero si, estás jodidamente perdida compañera.
Río.
—Te quiero —digo.
•••
Volví a repasar otra vez el problema de matemáticas el cual me iba mal. No encuentro la puta constante.
—Hola Mí —escuché su voz.
Le miré.
—Hola.
Chloe vino.
Miró a Dani y luego me miró a mi.
—Vaya, esto es incómodo. —dijo. —volveré luego. —me echa una mirada rápida y se va.
—Te invito a un café —dice.
•••
—Bueno que solo quería decirte que olvidaras lo de ayer... No se que me pasó la verdad.
Sus palabras eran como apuñaladas.
—No tienes porque darme explicaciones, no soy nadie en tu vida como para que me las des —digo —solo soy tu compañera de Física.
Veo como bajó la cabeza.
—En cuanto a eso, Mi-
—Vaya, porque no me sorprende que esteais aquí los dos juntos. —interrumpió Sam —Dime Daniel, con que necesitas ahora ayuda? Matemáticas? Lengua? —preguntó sarcástico y me miró —Cuando te darás cuenta de que solo te utilizan Mía? Cuándo?
—Sam, basta —dije.
—Qué creías? Que el día del trabajo solo se acercó a ti porque le gustabas? Estos chicos te llevan utilizando desde que les llegó la oportunidad. —miré Dani —Solo eres un juego de niños ricos.
—Oye ya está bien! —Exclamó Dani —Estaba a punto de decirle que lo sentía por utilizarla!
—Entonces es verdad? —dije —Solo me querías para aprobar?
—Mía...
—Ni se te ocurra volver a dirigirme la palabra. Para mí estás muerto y enterrado.
Me alejé.
—Mía! Por Favor espera!