Me habían tapado los ojos y esta vez si que no veía nada de nada.
Estaba acostada en el suelo, eso si que lo notaba.
La puerta del sótano se abrió.
—Hola? —dije asustada.
Noté como me levantaban.
—Quien eres? Que me vas a hacer? —no me respondía.
Comenzó a andar y yo con él, subimos las escaleras y abrió la puerta. Sentí como los rayos de sol me hacían frente.
—Lista? —me susurró, sabía que era la voz de aquel hombre que había matado a Luke y a Dani.
Intenté soltarme pero me cogieron más fuerte.
Comenzaron otra vez a andar y entramos en una habitación.
Me quitaron la venda de los ojos. Estaba en el centro de aquella habitación con un montón de personas rodeándome, la mayoría eran hombres. Algunos estaban cubridos por capuchas.
—No sabes cuando lo siento en hacer esto, Mía —dijo él —No me quedaba otra opción, tenías muy confundidos a mis chicos.
Cerré los ojos al recordar a Dani.
—Será muy rápido, te lo prometo —sacó su pistola.
—Espera —dije —Yo quería a Dani... Él me gustaba desde que era un cría. Y... Joder solo quería ayudarle con un trabajo de física. Para que sacara buena nota y eso llegó a... Perder mi amistad con Sam... No hablar con Chloe... Conocer a Luke... —las lágrimas ya salían —ir a esa puta carrera. Ahí comenzó todo.
—Oh... Muy bonita historia preciosa, ahora... Puedo matarte ya? —rió.
—Yo no lo haría —dijo una voz proveniente de toda aquella gente.
El hombre se dio la vuelta.
—Quien ha dicho eso?!
La gente comenzó a abrirse paso hasta dejar ver a una persona encapuchada.
—Y tu quien eres?! —gritó enfadado.
—Porque no lo adivinas tu mismo?
Esa voz... No puede ser.
Se quitó la capucha y caí de rodillas.
—Dani... —balbuceé.
—Pero tu... Tu estabas muerto! —gritó el hombre.
—Las apariencias engañan, verdad, tío? —dijo Dani e hizo un movimiento en el que le pegó y le quitó la pistola. Me miró.
Y sin pensarlo corrí hacia él y le abracé.
—Y Luke? —me susurró.
—Lo ha matado.
Me puso la pistola en la mano. —Necesitas una bebé.
Sonreí y vi como apuntaban a Dani. —Dani cuidado! —grité y este cogió mi pistola para dispararle a aquel hombre.
Aquí comienza la guerra.
—Sabes disparar? —preguntó.
—Por supuesto que no.
—Pues no hay tiempo para enseñarte. Tu apunta y aprieta el gatillo.
—Que? Dani —dije.
—Mía, ahora llegará la policía pero si nos quedamos quietos nos matarán —dijo y empezaron a rodearnos. —confías en mi?
—Qué pasó la última vez que confié en ti Daniel? Cuál fue la ul-
Me besó antes de que pudiera decir nada más. —Confía en mí.
—Vamos Dani, deja de mentirle a la pobre chica —el hombre se levantó —Vais a morir juntos, que bonito.
Uno de sus hombres le dio una pistola.
Nos apuntó —Unas últimas palabras sobrino?
—Caer —dijo Dani.
—Qué?
—Caer, Fall, un placer haberte conocido, tío. —dijo Dani y me miró.
—Fall? —dije.
—Al suelo —rió.
—Qué?
—Al suelo! —gritó y nos agachamos debajo de una mesa que había allí.
El sonido de los helicópteros comenzaron a sonar.
Los policías empezaron a entrar a la sala y a detenerlos a todos.
—Ya podemos salir —dijo Dani.
Yo estaba cubriéndome las orejas.
—Eh... Mía... —me cogió la cara —Cielo... Ya ha pasado, ya está, somos libres.
Me quité las manos de las orejas. —Como sobreviviste?
—Te lo contaré ahora, pero tenemos que salir.
Salimos de debajo de aquella mesa y un policía se acercó a nosotros.
—Dani? —preguntó y Dani afirmó —Parece ser que no os volverán a molestar. Pero tendréis que acompañarnos a comisaría.
Los dos afirmamos.
—Luke —dije —está en el sótano.
El policía dio una orden y otros dos policías lo acompañaron al sótano.
Otro policía nos acompañó al coche patrulla en el que me quedé dormida en el hombro de Dani.
Al llegar allí nos dieron comida y bebida y nos preguntaron varias cosas a las que nosotros respondimos.
—Me lo explicas ahora? —le pregunté a Dani aferrándome a la manta.
—Tenía un chaleco, sabía que iba a pasar eso.
—Y la sangre?
—Bolsas de sangre falsa.
—Y si todo era una mentira... Porque no me salvaste cuando me cogieron?
—Porque te matarían a ti y luego a mi, de verdad digo.
—Bueno... Ya os podéis ir a casa chicos, queréis que llamemos a vuestros padres? —preguntó un policía.
—No —dijimos los dos.
—Es que... —empezó Dani —Ya saben que estamos juntos... Este iba a ser un finde romántico...
—Entiendo... Bueno, que os vaya bien.
Nos levantamos de las sillas y salimos de comisaría.
—Te acompaño a casa —dijo.
—Prefiero quedarme contigo. —le dije.
—Conmigo?
—Dani, tu me quieres?
Me miró —No, me he dado cuenta de que la verdad no te quiero...
Le miré.
—Te amo Mía —me cogió de la cintura y me besó.
Bueno... Al final la historia no ha acabado tan mal como pensaba.
Bendito trabajo de Física.