Capítulo 1 - Una chica más

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Gritó, y levantó medio cuerpo de la cama, volviendo a la realidad. Respiró lo mejor que pudo, y se puso las manos a la cabeza, asimilando lo que acababa de pasar.

No entendía nada, ¿por qué? ¿Por qué tuvo que pasarle a ella?

—¡____! —gritó alguien entrando a la habitación de un portazo—. ¿Estás bien?

Se relajó, sólo era su madre, alarmada por el grito de terror que avisó a toda la casa hace un momento. Caminó hacia su hija y se sentó en la cama con ella, la abrazó, pero la chica no le contestó, su madre puso una mano en su cabeza acariciándola el pelo.

Tenia miedo, como su marido. Su hija había cambiado, y en cualquier momento podría perder totalmente la cordura al presentarse en su habitación con un arma en la mano. Tenía miedo de perder ahora a su única hija. La quería, la amaba, por eso no le iba a decir nada sobre lo que realmente pensaba. Quería disfrutar del momento que aún tiene con ella.

—Siento despertaros —dijo ____ con lágrimas en los ojos.

—Tranquila... No pasa nada...

—¿Qué hora es?

—Las... 6:30. Aún es pronto cielo. Descansa, hoy tienes un día largo.

—¿Papá ya se fue no?

—Sí, estará bien, no te preocupes.

—De acuerdo...

—Descansa —repitió su madre antes de cerrar la puerta de su cuarto.

La pequeña encendió la luz de su mesita de noche, cerró su único ojo, el derecho, varias veces para adaptarse a la luz. Cogió los papeles que estaban al lado de la lámpara y los leyó por quinta vez en toda la madrugada.

Era raro tener que actuar, y más si el personaje no se parece mucho a ti, ¿sabéis lo que había sido deshacerse de sus discos de ____ (tu grupo fav)? Pero tenía que acostumbrarse.

Volvió a meterse en la cama y descansó durante una hora, luego su despertador la devolvió al mundo real. Se sentó en el borde de la cama y buscó el vaso de agua que contenía su máscara más importante, lo cogió con una mano y con la otra pilló con los dedos un ojo de cristal. Fue al baño y se puso frente al espejo para colocárselo, aún no estaba muy acostumbrada tras un año, se sentía tan falsa... Volvió a inspeccionarse entera, su cabello color ____ (tu color natural) cambió a un blanco grisáceo con las raíces negras, su color de ojos seguía siendo el mismo, si se fijaban bien descubrirían que uno no era de verdad. Pero lo que más sobresalía era esa cicatriz, cada vez que la miraba recordaba una garra adentrándose en su carne, poco a poco, aún recordaba ese intenso dolor, era imposible sacárselo de la cabeza. Tenía otras cicatrices más, pero estaban escondidas.

Hoy tenía que ir al colegio, gente nueva, profesores nuevos, bullies nuevos... Se sobresaltó ante el pensamiento, meneó su cabeza quitando esa idea. Abrió el grifo y metió sus manos para luego mojarlas con la cara, lo cerró y volvió a mirarse al espejo. Había alguien detrás de ella, sólo tuvo que ver los ojos negros con ese punto rojo, y la sangre cayendo por ellos, para recibir un robresalto. Se llevó las manos a su boca y se giró de manera brusca, no había nadie.

Se quitó las lágrimas de sus ojos, y se sentó en el suelo, golpeándose con la pared. Su madre no tardó en llegar, lista para irse al trabajo. Se levantó como pudo y se despidió de ella, sólo con un triste beso en la mejilla.

Asomó su cabeza por la ventana viendo cómo se iba en un coche compartido, luego cerró la cortina y se puso a ordenar su mochila y a cambiarse. Además de ponerse maquillaje para tapar esa horrible cicatriz.

Lɪɢʜᴛs 〇ԲԲDonde viven las historias. Descúbrelo ahora