Otro vecino

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Me había quedado en el columpio y me arrullé con lo poco que se movía, cuando me desperté, estaba empezando a oscurecer y mis padres no habían llegado aún, me levanté y me decidí a seguir explorando lo que restaba del condominio, al pasar la segunda calle vi una casa algo misteriosa, parecía ser oscura a pesar de tener los mismos colores que las demás tenía un tono tétrico,  me acerqué lentamente pero no pude seguir viéndola, un carro se acercaba a mí, eran mis padres.

-¿Sigues explorando?-. Dijo mi padre bajando el vidrio de la puerta.

-¡Si! Estaba viendo ésta casa parece ser distinta-. Apunté la casa.

-Nuestra vecina, la señora Kiara dijo que ahí no hay nadie, o al menos, que no se escuchan ruidos de que alguien viva, pero vamos a la casa a comer, trajimos pasta de la que te gusta, pero a penas la vamos a preparar ¿Quieres salir un rato más?

-¡Gracias, papá!-. Me alejé feliz a hacer una exploración más profunda.

Seguí explorando ignorando aquella casa mientras veía como ellos estacionaban el carro, cuando volteé la mirada de nuevo a la puerta principal noté que estaba entreabierta, me sorprendió, toqué y la puerta se abrió <<¡Ja! Como si fuera una película>> Pensé para mis adentros..

-Entra...

Una voz de hombre joven se escuchó de adentro de la casa, un joven con piel pálida, ojeras, ropa negra y cabello que parecía ser tan negro como la noche, abrió la puerta sin dejar que la luz del día lo tocara. M equedé viendo su cabello y sus ojos carentes de emociones.

-¿No entrarás? -. Dijo a punto de cerrar la puerta de nuevo-

-¿Ah? Sí, lo siento-. Entré a la casa, sabía que no era bueno eso de entrar a la casa de un desconocido pero parecía de unos diecinueve años y era demasiado gentil, dudaba de que pudiese hacerme algo, sobretodo en un lugar donde hay tantas personas.

-¿Cómo te llamas niña?-. Dijo él mientras me observaba de arriba a abajo.

-Eh.. Soy Jane, soy nueva aquí-. Mi voz se escuchaba nerviosa y estoy segura de que mi cara lo reflejaba.

-Lo sé, te vi cuando conociste a Jack y su hermana, estaba en el techo cuando hablaron en los juegos, vi todo-. Lo dijo tan normal, que parecía que espiar era lo que mejor hacía

-No me esperaba eso de que estuvieras en el techo espiando, ¿Quién eres?

-Yo no los estaba espiando, hago eso muy de vez en cuando.

Mi teléfono sonó interrumpiendo la plática

-Si mamá, estoy en...- Alexander me miró tratando de decir con señas que no le dijera donde estaba -...En la última calle, ¿Ya está la cena? Vale, ya voy...

Colgué la llamada y volteé a verlo

-Te tienes que ir, ¿cierto?-. Volteó a verme y después a la puerta.

-Sí, lo lamento-. Me volteé hacia la puerta.

-No importa, vamos, te acompaño a la puerta-. Se dirigió a la entrada y abrió sin salir.

-Mañana nos vemos, Alexander, vendré a buscarte-. Dije saliendo

-Te estaré esperando entonces, niña...

Mi psicólogo es un psicópataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora