Capítulo 12

14 3 0
                                    

El día de la fiesta ya ha llegado. Esta semana ha sido muy rara. Kat no me quería contar qué fue lo que pasó con Steven, a pesar de que yo le insistía. Estaba como en otro mundo, no era la misma dicharachera Kat de siempre. A Eliot lo encuentro extraño, demasiado pendiente de mí, aunque eso en cierto modo me reconforta. Por otra parte, el trabajo en la cafetería ha sido igual que siempre, pero esta semana he vuelto a ver al chico del violín tocando frente a la cafetería, al que no veía desde el día que fui por primera vez. Sigo dándole vueltas a la cabeza pensando de qué me suena, pero por más que lo pienso no logro caer en la cuenta.

Esta mañana fui a comprarme algo de maquillaje y un conjunto para la fiesta de esta noche. Quiero deslumbrar. El pasado sábado me sentí realmente bien, pude notar cómo llamaba la atención de algunas miradas y, aunque siempre he pensado que no me gusta llamar la atención, aquello me gustó. Esta noche quiero que sea igual. Sobre todo, quiero deslumbrar a Eliot. De nuevo.

Como ya es costumbre, tras ducharme me aliso el pelo, algo que ya me sale casi perfecto. Me pongo un vestido corto, algo ceñido, en color rojo, con manga al codo y media espalda al aire, pero sin escote, ya que éste no es mi punto fuerte. Después me maquillo, echándome por primera vez sombra de ojos negra. Eso sí, después de mirar un par de tutoriales en internet mostrando cómo se hace. Por último, me pongo de nuevo los zapatos negros de tacón de mi madre y me pongo el abrigo.

En cuanto estoy lista, Eliot llega con su coche para recogerme.

—Estoy algo nerviosa —le confieso.

—Qué boba eres.

—En serio. Nunca he estado rodeada de gente desmadrada y borracha.

—No te preocupes, no dejaré que te vomiten encima.

—¿Tú beberás?

—Supongo que alguna que otra cerveza, como siempre.

—Odio la cerveza.

—A mí me gusta —me reprocha.

—Sólo el olor... —hago un gesto de asco con mi cara.

—Está bien, está bien. Tomo nota —dice mientras suelta una risotada.

—¡No, no! Tú bebe si te gusta. No hay problema.

—Yo no sólo miro por mí. También miro por los demás.

—Pero no tiene nada que ver el que a mí me repugne la cerveza con que a ti te guste beber de vez en cuando alguna.

—Algún día no muy lejano sí tendrá que ver —me insinúa.

—¿Cómo va a...? —entonces caigo en la cuenta de a lo que se refiere. Cuando nos besemos... si ha bebido recientemente, le notaré el olor, incluso el sabor. Agacho la cabeza tímidamente y me río —Ya. Ahora entiendo.

Entonces él se ríe y quita la mano derecha del volante y la pone sobre mi pierna izquierda para dar un pequeño apretón.

En poco tiempo llegamos a la fiesta. Cuando llegamos, aquello ya está lleno de gente. La casa aún está decente y la gente, tranquila. Yo andurreo detrás de Eliot sonriendo a todo el que él saluda.

A lo lejos diviso a la anfitriona de la fiesta, Jenny. Cuando ella nos ve, o, más bien, ve a Eliot, deja inmediatamente lo que estaba haciendo y se acerca a él.

—¡Eliot! Pensaba que no vendrías —exclama entre el sonido de la música mientras le planta dos sonoros besos. Yo me quedo al lado, sin decir nada.

—Bueno, pensamos que estaría bien pasarnos un rato.

Entonces ella se da cuenta de que Eliot viene acompañado por mí.

Acordes de amor y despedidasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora