DE INICIO A FIN; SEMPITERNO. ┋08┋

299K 14.3K 4.6K
                                    

┋08┋

Aiden no esperaba volver a festejar su cumpleaños, pero tampoco esperaba conocer a alguien como Astrid, y ella parecía muy determinada a celebrar su existencia.

De cualquier manera, él no tardó mucho en acceder en cuanto ella lo volteó a ver, y una sonrisa tiñó sus labios con dulzura, lo cual lo hizo darse cuenta que necesitaba con urgencia algo que pudiera vencer el efecto de aquel sencillo gesto que poseía la capacidad de desarmarlo en menos de un segundo.

Pero eso lo determinaría otro día, mientras se dejaría llevar, y no sólo porque ella así lo quisiera, sino porque también existía una parte dentro de él, más delicada y soñadora, que deseaba volver a los buenos momentos, a recuperar el ritmo de su vida y disfrutarla como debía. Los últimos cumpleaños que había tenido no sabía como llamarlos o describirlos, pero sin duda alguna no eran de la clase de recuerdos que hacían que tu corazón se sintiera menos pesado, al contrario, fueron una pesadilla de principio a fin que terminaron por hundirlo en la soledad.

Él en verdad no intentaba ser amable cuando le dijo que no tenía ninguna expectativa. Cualquier cosa que lo alejara de su tormentoso pasado y en la que ella formara parte, lo haría feliz, aunque por supuesto que esa respuesta no le bastó a Astrid, quien en menos de lo que pudo contar elaboró un plan.

Había que darle crédito a su terquedad. Al final del día, era una de las cosas que más le parecía adorable de su personalidad. 

—¡Tu regalo! —Astrid anunció con un tono de voz que irradiaba alegría; sin embargo, el temblor en su expresión contradecía la suavidad de sus palabras, lo cual atrajo su atención, así como ese inesperado obsequio que sostenía.

¿Cómo era posible que ella tuviera un regalo para él, cuando hasta hace unas horas descubrió su fecha de nacimiento? No tenía sentido, no parecía el tipo de compra casual. Estaba muy bien pensando y él no podría creer que algo así fuese encontrado tan fácil como ella proclamaba.

Sin duda, era un gran detalle, y Aiden no podía estar más que feliz, pero las dudas comenzaban a rellenar los huecos de sus pensamientos, y fue difícil para él ignorar el titubeante semblante que estropeaba el brillo de su sonrisa. Aun así, cuando las respuestas llegaron, él deseó haber retrasado esa información porque lo único en lo que podía pensar era en lo mucho que detestaba a cualquier persona que le hizo daño en el pasado, y la sumergió en un océano de inseguridades y temores.

Hacer que una persona tuviera miedo de mostrar sus sentimientos era lo más bajo y cruel que alguien podía hacerle a otro.

—Está bien. No pasa nada —insistió Astrid, como si no tuviera importancia, pero para Aiden si la tenía. 

¿Acaso ella no se daba cuenta que se merecía el maldito universo, y no lo que ese chico le había ofrecido?

—Deja de preocuparte por eso, Rumsfeld.  —Ella sacudió su cabeza, riendo, y le dio un beso en su mejilla para hacerlo sonreír—. Tienes que soplar la vela de tu pastel, ¡y no te olvides de tu deseo!

Él suspiró.

¿Qué deseo podía pedir cuando lo que más quería estaba frente a sus ojos? El pensarlo sonaba absurdo y nada parecía suficiente, así que no lo hizo. En lugar de pedir un deseo para él, se lo cedió a ella. Aide pidió que Astrid jamás volviera a sentirse insuficiente, ni para él, ni para nadie más.

Ese era su único deseo, que ella se diera cuenta de lo mucho que valía y que merecía ser amada de la manera correcta. 


════════ ●●● ════════


creo que este capítulo me hizo amar más a Rumsfeld; por favor, nunca olviden que se merecen a alguien que lxs trate con ternura, respeto y amor, siempre y sin importar las situaciones. ♡

twitter/instagram: @elaineluart.

Prometo Destruirte. [Nueva versión]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora