Capítulo XII

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Mientras Samuel iba en el taxi, empezó a llover. El clásico toque que uno necesita cuando está triste.
Así que decidió no pensar en ellos. Pero parecía que cada vez lo recordaba con más frecuencia.
—Por aquí está bien —dijo Samuel.
No se había dado cuenta que ya había llegado al departamento de Frank.
En cierto modo llegó empapado cuando entró en el departamento. La pequeña brisa se había convertido en tormenta.
Al abrir la puerta Frank estaba esperándolo sentado en el sillón con la luz de la lámpara encendida. Lo vio entrar mojado, sin ganas y con una cara que no se la había visto tan triste desde hace mucho tiempo.
Se levantó y fue corriendo a abrazarlo. Samuel no tardó en comenzar a llorar.
—¿Por qué no me lo dijiste? —dijo Samuel entre sollozos—. ¿Por qué no me dijiste que él ya estaba casado con otro?
—Ay, mi Samuel. No lo hice porque no me ibas a creer. Y si yo hubiera podido evitar que fueras lo habría hecho.
Lloraron. Abrazados bajo la tenue luz de la lámpara y las gotas de lluvia afuera.
Cuando los dos hubieron dejado de llorar, Frank habló.
—Nunca supe del todo como fue que llegó —dijo Frank.
—¿El qué?
—Daniel Flagg. No se exactamente como fue que llegó a Castle Rock.
—Pues Guillermo no lo conocía, no que yo supiera antes de mi accidente. Conocía a todos los amigos de Guillermo, y ese tal Flagg nunca estuvo en sus contactos.
—Oh, no —dijo Frank—. Claro que no lo conocías antes de tu accidente. Porque Flagg ni siquiera estaba aquí antes de tu accidente.
—¿Qué quieres decir? —dijo Samuel.
—Daniel Flagg llegó a Castle Rock la misma noche en que tú te caíste del departamento de Alex. No sé, fue como...
—Como si él lo hubiese sabido —lo a completó Samuel.
Los dos se miraron mutuamente. ¿Quién es Daniel Flagg, realmente? Samuel estaba a punto de descubrirlo.
—Hoy mientras estaba con Guillermo, saludé a Flagg con la mano.
—¿Y viste algo?
—No. Eso fue lo extraño. Porque al bajarme del taxi y al darle el dinero al taxista y tocar suavemente su mano, tuve una visión de él.
—¿Y a Guillermo? ¿A él lo tocaste? ¿Viste algo? —preguntó Frank.
—No. No quise tocarlo por lo mismo.
Frank miró atónito a Samuel. Era obvio que esto no se trataba de un simple humano y ya. Quizás sí.
Quizás.
—Fue muy extraño como Guillermo conoció a Daniel.
—¿Qué dices? —dijo Samuel.
—La noche que te accidentaste fue la noche en que Flagg apareció en la vida se Guillermo.
»Guillermo estaba en la sala de espera. Quería recibir noticias tuyas, porque ninguno de nosotros había recibido un diagnóstico de como estabas.
Guillermo estaba llorando, lloraba porque cuando caíste, la pequeña cajita donde iba el anillo de matrimonio cayó contigo. Guillermo lo recogió, y supo que era eso por lo que estabas tan al pendiente de él. Le ibas a pedir matrimonio y el solo había estado hablando con sus amigos.
Nosotros intentamos consolarlo. Ya sabes, decir que él no tenía la culpa, aunque en parte la tenía. Para entonces habían pasado quizás dos horas desde que entraste por la sala de urgencias. Daniel entró por esa puerta dos horas después que tú. Había llegado ahí, pero no por una urgencia, y hasta el día de hoy jamás supe por qué estaba ahí. Luego, lo comprendí: estaba ahí por Guillermo. No porque lo conociera, sino porque Dios, el destino o lo que sea, quería que ellos se encontraran.
Empezaron a hablar, entablaron conversación muy rápido y se hicieron buenos amigos, o eso parecía al principio. No me sorprende que se enamoran, el tío es muy guapo.
Al poco tiempo, el doctor nos dijo que habías caído en coma. Todos lloramos, en especial Guillermo... Pero aquí viene lo curioso: a Guillermo nunca le gustaron los abrazos, pero no mostró incomodidad alguna en que Flagg lo abrazara.
Tiempo después, empezaron a salir.
Tu seguías en coma.
Al año de conocerse, empezaron a andar.
Tu seguías en coma, parecía que cada día se olvidaba más de ti.
Dos años y ellos seguían de novios.
Tú seguías en coma.
Tres años y empezaron a planear su boda.
Tu seguías en coma, para esto, Guillermo creía que ya no despertarías. Aunque Guillermo siempre me confesaba que si tú despertabas y él aún no se hubiera casado con Flagg, dejaría a Flagg por ti. Pero no despertarste hasta cinco años después... Un año después que Guillermo se casara con Flagg.
—Así que parece que todo estuvo fríamente calculado —dijo Samuel, después de escuchar la larga historia.
—Supongo. Es mucha casualidad que tú despertaras un año después de su boda.
Ninguno de los dos lo sospechaba aún, pero estaban a punto de descubrirlo. Estaban a punto de descubrir quien era Daniel Flagg, y las cosas que podía hacer.

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Hola mis lectores, les dejo otro cap...
¿Quién o qué será Daniel Flagg? :o ;)

La zona muerta  «Wigetta»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora