Capítulo XVII

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Eran las tres de la tarde cuando Samuel entró precipitado al despacho de Frank en la comisaría.
—Mangel ha llegado —dijo Samuel.
—¿Y qué quieres que haga? —le dijo Frank—. No podemos alterar lo que está predestinado a ser.
—Pero Guille...
—¡Basta, Samuel! —lo interrumpió Frank—. No quiero escucharte decir una palabra más. Y por favor, no vayas a hacer alguna locura.
Aunque las locuras aún no se le habían ocurrido a Samuel, sin duda Frank le dio una idea con ese comentario.
Quizás si lo que hubiera pasado un noche antes no hubiera sucedido, quizás a Samuel ya no le hubiera importado. Pero le importa, le importaba más que nunca porque sabía que Guillermo aún le amaba. E iba a hacer todo lo posible por tenerlo de vuelta.
Todo.
Ya estaba de vuelta en la casa de Frank. Y ahora la idea que tenía planeada daba más vueltas en su cabeza que antes. Era una locura, lo sabía, pero también sabía que si no hacía esa locura, quizás y ya nunca volvería a ver a Guillermo.
Rubén había hablado a todos sus amigos de que Mangel ha vuelto y quieren festejarlo. Entonces Samuel supo que ése iba a ser el lugar adecuado para ejecutar su plan. Nada mejor que un asesinato rodeado de gente. Imposible que supieran quién fue el asesino.
Esa misma noche todos se habían puesto de acuerdo para ir. Todos iban a asistir, incluso Frank había cancelado sus planes para hoy.
Al llegar a la fiesta todos estaban ahí, Frank, Mangel, Rubén, Guillermo, y Daniel... por supuesto.
—Bienvenidos, chicos —dijo Rubén.
—Tus siempre tan amable —le dijo Mangel, luego le dió un beso.
—Es un gusto al fin conocerte —dijo Daniel, luego le esbozó una sonrisa coqueta. Mangel se la devolvió.
Samuel quien había observado atentamente supo que el plan de Daniel estaba en marcha, pero Samuel también tenía su plan. Un plan que iba a acabar con el de Daniel para siempre.
Si quieres que la muerte se lleve a otro en tu lugar, debes darle otra alma a cambio. Y eso era lo que Samuel iba a hacer.
La fiesta iba tan normal como siempre, los chicos abortados y la música sonaba en alto. Samuel estaba sentado al lado de Guillermo y Daniel.
—Vamos a bailar —le dijo Guillermo a Daniel.
Quizás a mí me hubieras sacado a bailar, Guille. Soy mejor bailarín y lo sabes.
—Lo que sea por mi niño guapo —le dijo Daniel.
Qué mentira. Si supiera Guillermo que realmente no lo amas. Que vas a asesinarlo de alguna forma u otra.
—Entonces pon tus manos en mi cadera, cariño.
Samuel observaba atentamente como bailaban. La piel blanca de Guillermo, su cuerpo frágil meneándose al ritmo de la música. Fue entonces cuando se dió cuenta que todos estaban distraídos. Que era su oportunidad.
Mangel estaba afuera en el pequeño balcón que tenía la casa de Rubén. Un balcón parecido por el cual había caído cinco pisos hace cinco años en la casa de Alex.
—Hola, Samuel —le dijo Mangel.
—Hola.
Samuel lo miraba atento. Tenía el arma detrás de él. No había sido difícil conseguirla, pues trabajaba en una estación de policía.
—Lamento lo de Guillermo.
—Hablas como si se hubiera muerto. Y en cierta forma está a punto de morir.
—Sé que debió ser una muy mala noticia —le dijo Mangel—. Despertar después de cinco años y ver que la única persona que amaste te abandonó debería ser terrible.
—Te acostumbras a la decepción.
—Si, pero, si Rubén algún día me engaña, no sé, no lo soportaría.
—¿Y si tú lo engañaras a él? —preguntó Samuel.
—No creo que sería capaz.
Mangel se puso de espalda a Samuel. Era el momento.
—Quizás no seas capaz —le dijo Samuel—. Pero me aseguraré que así sea.
Sacó la pistola de atrás y cuando estaba a punto de apuntarle a Mangel Frank lo interrumpió.
—No lo hagas Samuel —le susurró Frank al oído—. No quiero encerrarte en la comisaría.
Samuel cedió. Soltó la pistola y se la dió a Frank quien la guardó en su pantalón.
—Eres muchas cosas, Samuel, pero no un asesino.
Finalmente, Samuel entró con Frank de nuevo. Pudo ver desde adentro que Rubén llegó a donde estaba Mangel. Vio como lo besó y vio todo el amor que le tenía. Arrebatarle la vida a Mangel no era justo. Por mucho que siquiera a Guillermo no era justo.

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Hola mis lectores. Estoy feliz de anunciarles que después de tanto tiempo estoy de vuelta con estas historias y para proseguir con las que me quedé. :)

La zona muerta  «Wigetta»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora