1. Un gatito lastimado.

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KyungSoo llevaba horas metido en la computadora de su secretaria llenando los registros de las mascotas humanas que pasarían la noche allí. Dejó a un lado el folder con la lista de los que eran animales por completo y se restregó los ojos. No era su trabajo, pero lo estaba haciendo, le había dado vacaciones a la mujer debido a que se acercaba navidad. Como él carecía de familia, decidió tomar las horas extras y encargarse de los pacientes que atendió ese día.

Hizo un movimiento brusco de cabeza y de su cuello salió un crack que no pasó desapercibido para uno de los enfermeros del lugar. Sólo estaban ellos dos en el centro de ayuda por esa vez, ya que al ser buenos amigos, el chico había decidido quedarse a ayudarle un poco y hacerle compañía.

- Kyung, ¿Por qué no vas a casa a descansar? Yo me encargo del resto, ya terminé de asegurarme de que las mascotas estuvieran en sus respectivas habitaciones, puedo tomar tu lugar- Se ofreció el chico acercándose a él y poniendo una mano sobre su cuello. El pelinegro lo miró por unos segundos antes de volver a centrar su vista en la pantalla del ordenador, ignorándolo por completo.

Escuchó el sonoro suspiro que dio ChanYeol, pero le restó importancia hasta que sintió como los dedos de este presionaban con fuerza en la parte tensa entre su cuello y hombro. Chilló del dolor mientras apartaba las manos del más alto con brusquedad, propinandole un golpe.

- ¡ChanYeol!- Lo regañó y este rió descaradamente. El menor rodó los ojos moviendo el hombro en círculos aún adolorido.

- Te lo dije, estás tan estresado que ya tienes nudos en el cuello- Se burló- Vamos, hermano. Ve a casa y descansa, yo me encargo del resto aquí.

- ¿En serio? ¿No te molesta?- Preguntó luego de un momento con remordimiento. El castaño negó y KyungSoo se levantó de su lugar agradecido, palmeando la espalda del enfermero en señal de agradecimiento.

Fue a la sección de casilleros de veterinarios y se quitó su bata, metiéndola dentro y sacando su maletín de cuero, en el cual sólo tenía papeles, celular y billetera.

Como veterinario, no necesitaba cargar muchas cosas. Le gustaba mucho su trabajo por esa razón, eso y que amaba a los animales con la vida, mucho más que a los humanos.

Los animales no traicionaban, las personas sí. Ellos eran mejores compañeros que una pareja sentimental.

.

KyungSoo ya se encontraba conduciendo hacia su departamento, tratando de que sus grandes ojos no se cerraran debido al cansancio y no terminara en un accidente automovilístico, sin embargo, algo lo detuvo; a mitad de la calle se encontraba parado un chico gato. Frunció el ceño y se detuvo unos metros antes, las luces de su auto le iluminaron la espalda y parte de la cola al minino, pero este ni se inmutó. Optó por oprimir el claxon, provocando que el chico saltara en su lugar y se volteara a verlo.

El pelinegro se asombró al ver el rostro de la mascota. Botaba sangre por una de sus sienes y su pómulo estaba de un color morado, sus labios estaban hinchados al igual que sus ojos. No tardó en reaccionar y se bajó de su carro al ser consciente del deplorable estado del animal a mitad de la nada, la calle estaba desolada, no había nadie allí mas que ellos dos.

- ¡Oye!

El gato-chico esponjó su cola y echó sus orejas hacia atrás a la defensiva, luego se lanzó a correr en dirección contraria al Renault. KyungSoo notó que no llegaría tan lejos debido a que cojeaba, sin embargo, el muchacho se transformó en un gato corriente para aumentar su agilidad.

-¡Hey, espera!- Kyungsoo corrió todo lo que su pequeño cuerpo le permitió, siguiendo a la criatura felina hasta un callejón, en donde observó su vano intento por escalar hacia el tejado de una casa. El chico se acercó pausadamente, tratando, sin éxito, que el gato gris perdiera su miedo.

Kitten (KaiSoo) ||Editando||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora