(He aquí la parte dos)
No debió salir de la casa de Junmyeon, lo sabía, pero quería ver a su amo una última vez. Estuvo preocupado desde que lo encontró en el centro comercial, estaba pálido, ojeroso y muy delgado, no le gustaba verlo tan deprimido.
Que Junmyeon junto a Yifan lo alejaran de él, provocó que los odiara. Odiaba a Junmyeon por dejarse manipular por el gigante rubio y tratar de encontrar la forma de acercarse a él inocentemente, como si no lo hubiese lastimado lo suficiente.
Una vez rompes el lazo con tu dueño, no lo puedes reparar. Y el hilo delgado y frágil que llegaron a crear antes de que todo comenzara y que se perdiera en el bosque, se había roto para siempre.
Caminó hasta llegar a un árbol frondoso en el parque. Acomodó la capucha de su suéter y lanzó la mochila que tomó prestada de la habitación de Junmyeon hasta que esta se atoró en la punta, luego escaló hasta la rama más gruesa y se sentó allí.
Esta vez había sido precavido y llenó el bolso con un montón de comida que duraría todo su viaje. Sacó una lata de sardinas y con sus filosas uñas la abrió.
Notó que estaba anocheciendo y se recostó contra el tronco a ver el atardecer entre las hojas. Se estaba quedando dormido hasta que escuchó un extraño siseo.
- Hey, gato- Habló alguien a su lado, se giró y notó a un gato bonito. JongIn Frunció el entrecejo- ¿Me darías algo de comer? Estoy huyendo.
- ¿Qué? ¿Quién eres?- Preguntó. El gato sonrió de manera tierna, señalando otra lata en su bolso.
- Soy Key, y tengo mucha hambre- Se presentó- Vivo justo en frente.
- ¿Y por qué no le pides comida a tu dueño?- Cuestionó. El gato pareció irritarse.
- Ya lo dije, estoy huyendo. Me quiere llevar al veterinario, pero yo no quiero.
El moreno asintió y aún con algo de recelo, extendió otra lata. El gato maulló contento y se recostó a comer a un lado.
- Los veterinarios son buenos- Opinó JongIn recordando a su D.O. Escuchó el grito espantado del chico junto a él y rió.
- ¡¿Qué, gato negro?! ¡Los veterinarios son terribles!
- No, conozco a uno que es especial- Sonrió- Y no soy un gato negro, soy gris.
- Gris, negro, blanco...- Hizo un ademán con la mano- Es lo mismo, yo no veo los colores.
Eso sorprendió a JongIn. Él veía cualquier color, no entendía que sucedía.
- ¿En serio?
- Sí, y tú eres oscurito, por lo que debes ser negro.
- Oh...
Media hora después, el gato "negro" se quedó dormido. Soñó con su amo y el reencuentro que pronto tendrían, hasta que escuchó algo lejano, algo que molestaba su sueño.
Abrió los ojos y se espantó al notar a Key tosiendo como desgraciado. Se asustó tanto que casi se cae del árbol, Pero alcanzó a sostenerse. El rostro pálido del felino fino, se tornó rojo en cuestión de segundos, y JongIn trató de recordar dónde dijo que vivía.
Bajó del tronco con rapidez y cruzó la calle hacia la primera casa que vio. Tocó la puerta como un loco y un hombre abrió con los ojos entrecerrados por el sueño.
- ¿Ya volviste, bebé? Sabía que esa pataleta no te duraría mucho...-
- ¡Señor! ¡Su gato se está pasando algo en el árbol, parque allá!
- Espera, tú no eres Kibum...
- ¿Kibum? ¡Señor! ¡Un gato llamado Key está teniendo problemas! ¡Ayudelo, por favor!
- Key... ¡Key!
El hombre en pantuflas corrió junto a JongIn hacia donde le indicaba. Ambos llegando hasta el cuerpo inerte del minino en el suelo, al parecer se había caído del árbol en pleno apogeo.
- Chico gato, abre mi auto, lo llevaremos al veterinario Do.
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Hiii~ no quise dejarlos a medias, por lo que escribí esto. Ya han pasado varios días desde la desaparición de Nini .
Espero les guste. Bye
Ya decidí que historia publicaré.
Ahora si, bye
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Kitten (KaiSoo) ||Editando||
FanfictionCuando KyungSoo, un veterinario de alto rango con serios problemas para socializar, se encuentra con un chico gato desprotegido y maltratado en medio de la nada, no duda en acogerlo como si fuera suyo, sin tener idea de que este minino se metería en...