Kitten (KaiSoo) ||Editando||

8. Sehun y Luhan

Hola. Como se puede apreciar en el título, quise poner una intervención HunHan. Hoy subiré dos capítulos, este y otro que tengo por allí. Este será algo corto porque luego no puedo extender el noveno que es Kaisoo B) bye.

Sehun no era exactamente un amante de los animales, mucho menos de los híbridos. No era que los odiara, pero se comportaba indiferente respecto al tema.

Una mañana, de camino a su buffet de abogados, tuvo que detenerse para comer su desayuno con tranquilidad, así no lo terminaría vomitando como había sucedido millones de veces por correr mientras comía. Frente a la banca en la que se sentó, estaba una de esas tiendas para mascotas donde exhibían a los animales por medio de una ventana de vidrio, al no gustarle los animales, ignoró el local e ingirió su bebida con tranquilidad, revisando la hora en su celular constantemente. Y hubiese seguido comiendo de no ser porque notó a un pequeño conejo-humano mirándolo fijamente con enormes ojos cafés.

Trató de seguir tomando su bubble tea, pero que el chico estuviese pegado a la pared de vidrio que los separaba, con la nariz pegada hasta deformarse y con la boca abierta, no le ayudaba en absoluto.

Movió la bebida en su mano de un lado a otro, intentando descifrar que atraía la atención del orejón, sin embargo, este sólo sonrió divertido, contagiándolo un poco porque seguro se veía ridículo. Chequeando su reloj, vio que se estaba retrasando, por lo que ignorando al extraño híbrido, se levantó del banco y siguió su camino.

Sehun siguió pasando todas las mañanas antes de trabajar por ese centro de adopciones. Siempre veía al pequeño conejito en la ventana, buscándolo con la mirada y sonriendo al notarlo en la banca, de vez en cuando sacándole la lengua juguetón. Ya acostumbrado a los extraños momentos, terminaba su desayuno y luego se largaba, dejando atrás al rubio chico.

Sin embargo, un Lunes por la mañana, un suceso alteró su rutina.

Se había levantado normalmente, compró su desayuno y fue a devorarlo a la banca. El híbrido lo esperaba detrás del vidrial, pero esta vez tenía los ojos verdes por el llanto y sus labios formaban un dulce puchero. Asombrado, por no ver al pequeño sonriendo, se levantó luego de tirar los restos de comida y se acercó al vidrio notablemente preocupado.

Las orejas largas y blancas se levantaron muy rápido, mirando a los ojos a Sehun. El castaño sonrió como casi nunca hacía, odiando admitir que le había cogido cariño al conejito y no le gustaba verlo de esa manera. Pero en vez de que su gesto fuese correspondido, nuevas lágrimas saladas se deslizaron por las rosadas mejillas, los ojos tornándose mas verdes y puchereando con fiereza.

Uno de los trabajadores se acercó por detrás del híbrido y lo tomó con rudeza por el cuello, provocando un chillido en el conejo por la fuerza empleada.

- ¡Hey! ¡¿Qué mierda estás haciendo?!- Gritó golpeando la pared transparente con el puño- ¡Lo estás lastimando, idiota!

Corrió hacia la entrada del lugar, importándole poco que se encontrara cerrado. Caminó rápido hasta el mostrador y le gruñó a la chica detrás.

- Señor, ahora el local está cerrado, vuelva más tar...-

- ¡El conejo! ¡El híbrido conejo! ¡¿Dónde está?!- Exigió tratando de colarse, pero se detuvo cuando el maltratador apareció desde una puerta trasera.

- No nos sirve, nadie lo quiere comprar y será sacrificado mañana temprano.
- ¡¿Sacrificarlo?!- Preguntó con sorpresa y antes de que pudiese si quiera pensar en algo más, dejó que su boca se abriera- ¡Lo compro! ¡Yo compraré al conejo!- Exclamó golpeando con fuerza la madera frente a él.

- Le aconsejo que mire a otros híbridos o animales, Lu Han es demasiado hiperactivo y travieso...-

- ¡Dije que lo compro! ¡¿Que acaso está sordo?!- Habló apretando los dientes. La mujer, sintiéndose intimidada, se dio la vuelta para ir por el conejo, pero el hombre la detuvo apretando su hombro y negando con la cabeza.