15. Besos peligrosos.

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JongIn despertó esa mañana abrazado a la espalda de KyungSoo. La respiración del susodicho era calmada y le provocaba tener ganas de volver a cerrar los ojos, sin embargo, se separó de su no-dueño y caminó hacia la ducha, negándose a sumergirse en sus sueños de nuevo.

Al ser un gato, no le encantaba precisamente el agua, pero habían cosas que debía cumplir como humano y lamentablemente, bañarse era una de ellas.

Cuando estuvo listo de pies a cabeza, bajó las escaleras en busca de algo que hacer o comer. Drago estaba acostado en el sillón, durmiendo tranquilamente, como el can mimado y perezoso que era. Al ver que su compañero de juegos estaba rendido, decidió salir de casa en forma gatuna, y fue a visitar a su amigo conejo, algo que solía hacer cuando se aburría, o KyungSoo trabajaba.

Escaló con sus garras la enredadera junto a la ventana y trató de abrirla, fallando en entrar a la casa de al lado. Con sus orejas desarrolladas, escuchó un leve gemido en la sala del hogar ajeno, así que descendió desde la planta hasta el patio de la casa, donde notó que la puerta trasera estaba entre abierta.

Corrió con sus cortas patitas hacia donde su amigo se encontraba y lo vio sentado sobre las piernas de su dueño, soltando leves suspiros mientras el menor le acariciaba las orejas largas y claras.

— JongIn está aquí— Avisó el híbrido en forma humana, evitando el beso que su pareja estaba a punto de darle— ¿Puedo jugar con él, Hunnie?

— Pero ¿No querías jugar conmigo? — Puchereó el hombre. El gato gris frunció la nariz mientras maullaba. Era muy extraña esa faceta de parte del dueño de su amigo, por no decir que le resultaba totalmente asquerosa.

— ¡Jugaremos más tarde, lo prometo, ahora Nini está aquí y dbeo contarle algo!— Habló sonriente el híbrido, bajándose del regazo ajeno y tomando al gato gris en brazos— Estaremos en el patio trasero, Hunnie.

Ambos salieron hacia el lugar indicado y se lanzaron sobre el pasto verde, el chico en su forma peluda volvió a ser hombre y suspiró posando una mano en su estómago. Luhan notó la sonrisa que tiraba de sus labios.

— Estás feliz— Afirmó, poniéndose de lado junto a él para analizar su rostro. El minino lo imitó y engrandeció su mueca.

— KyungSoo lo dijo.

— ¿Dijo el qué?— El conejo movió sus orejas impaciente. Notó que su compañero de juegos entrecerraba los ojos y bufó.

— La palabra con A— El rostro inmutable del chino hizo que bufara.

— Te dijo Avena, avión, azúcar...

— No, no, no— Se apresuró en negar sacudiendo las manos, se mordió el labio con nerviosismo— Amor, él dijo que me amaba.

— Bien, ya era hora— Esa era la voz de Sehun. Los híbridos se giraron hacia el rubio recargado en el marco de la puerta y fruncieron el ceño— Se estaba wuejando mucho conmigo.

— Yo le hubiese dado todo el tiempo del mundo de ser necesario— Contradijo el híbrido en cuestión.

— Eso dices ahora, pero si no hubiese dicho nada, ahora sólo tendrían una relación amo-mascota— Cruzó sus brazos sobre su pecho— O tal vez, ni siquiera eso, ya que él no es tu dueño oficial.

Luhan se levantó y empujó a su dueño dentro de la casa y sacando su lengua infantilmente, cerrando la puerta para tener una conversación más privada.

— Ignóralo— Hizo un ademán con sus finas manos— ¿Cómo te dijo eso?— Habló emocionado, corrió a su lado de nuevo y se arrodilló junto a él.

Kitten (KaiSoo) ||Editando||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora