Heartbreaker (RUBIUS)

Capítulo 13 - Le gusto...

Siento como mi mundo se paraliza. Cómo cada pared que me constituye se derrumba, y en pocas palabras...me derrito ante él.

Escucho como él cierra rápidamente la puerta, y luego, tomándome de la cintura, me aferra a él.

Me dejo llevar sin más. Resistirme sería algo complicado y...mierda, besa tan bien.

Sube su otra mano para rozar sus dedos en mi cuello. Mi piel se eriza bajo su tacto y no opto por más que juntar mis manos por atrás de su cuello, siguiendo aquel beso.

Es suave, es dulce...y ahora puedo entender bien lo que a él tanto le costó decirme por tantos días.

Le gusto.

Pero, mi lado realista me hace un llamado de atención. Tengo qué saber cuáles son sus intenciones. Un beso como éste puede significar varias cosas que perfectamente puedo malinterpretar.

Luego de casi un minuto de delicia, pongo mi mano derecha en su torso y le separo.

Él me mira a los ojos, se ve tan...sincero.

Tan suave y tan...pacífico.

Nuestro cruce de gritos hace un momento se hacen mil pedazos. Ya no significan nada. Solo me concentro en explorar más allá de la iris verdosa de sus ojos e intentar ver qué es lo que siente.

—Solo necesito saber que no estás jugando conmigo...—le susurro muy en lo bajo, casi con un hilo de voz. Él se muerde el labio y...oh my lord.

—No contigo...—me otorga una dulce sonrisa que de alguna manera me da tranquilidad.

—¿Qué significó esto? —intento oprimir una risa, y él baja la mirada, al parecer avergonzado.

—Si no lo captas aún...es esto lo que evité que pasara pero...terminó pasando igual. Sí, que me gustas, o es más...me gustas demasiado. —me dice tal franqueza que puedo quedar aliviada.

—¿No te gustaba la Miku? —y me arrepiento. Es que eres tonta.

Él frunce el ceño, con sus manos me apega aún más a él y veo como intenta entender a lo que voy. Luego, suelta una carcajada y niega con su cabeza.

—Camila es solo una amiga que conocí gracias al fest.

Y puedo volver a respirar. ¿Qué pasará ahora? Poco me importa.

Luego de esa pequeña trazada de palabras tímidas, me apega más aún a su cuerpo y me abraza. Un abrazo tan franco que me da tranquilidad. Todo lo que pensé, todo lo que sufrí en estos días ya ha sido resuelto. Él hunde su rostro en mi cuello y siento como inhala y luego, deposita un tierno beso ahí.

—Pillo...—murmuro en su oído, y él me mira.

—Es que hueles muy bien, i like it. —sonríe y me da un corto pero, significante besito.

Me toma de la mano y me guía hasta el sofá. Ahora creo entender un poco más las cosas, pero...¿y ahora?

Nos sentamos uno al lado del otro, cruzo mis tobillos uno atrás del otro y deposito elegantemente mis manos sobre mi regazo. Pues sí, que ya he dicho que provengo de abuelos elegantes y británicos.

Él alza su ceja y se ríe de mi pose pero...qué va, son mis raras costumbres.

—No sé si te gustaría...pues...intentar algo...yo, ya sabes...—pasa su mano por su cuello, acto que me da a saber que está nervioso.

Sonrío levemente. Claro que me gustaría intentarlo. No por algo me confesé. Pero la gran pregunta...¿no será difícil para él?

—Ya sabes mi respuesta, sería bonito. ¿Qué piensas tu?.