Adriana y Noah © (J #1.5)

04 | Investigar

Noah

No puedo creer que vaya a hacer esto.

Te veo a las dos de la tarde

Envío el mensaje a Adriana.

Voy a verla el día de hoy.

¿Por qué?

Bueno pues, mi Patito ha estado triste desde que él vino a verla y siendo honesto, creo que ella está considerando perdonarle.

Eso me hace sentir inseguro, ya que no sé quién es él o la forma en la que hace que ella se enamore de él, así que decidí reunirme con Adriana para saber más de él.

Conocer mi competencia.

Veo mi reloj, son las diez de la mañana, todavía me falta ver a un par de pacientes antes de ir a mi descanso y así poder hablar con Adriana.

Se llega la hora del encuentro, ni siquiera me molesto en arreglarme, después de todo sólo son negocios.

Todavía en mi mente están las palabras que Odette me dijo ayer por la mañana cuando le pregunté acerca de lo que haría.

"Es que yo lo amo"

Eso quebró mi corazón por completo.

Sólo quiero ser algo más que sólo su mejor amigo, pero creo que va a ser más complicado de lo que creí.

Veo mi cabello que este bien, sólo tomo mi mochila junto con mi sudadera y me dirijo hacia el café en el cual nos encontraremos.

Pido una mesa para dos, una con buena vista y sobre todo alejada de la gente, algo privado. Por fortuna hay una que es perfecta.

—Gracias —digo a la señorita que me ha atendido.

Dejo mi mochila en el suelo y empiezo a ver el menú para pasar el tiempo. Aún faltan diez minutos para las dos de la tarde.

Entonces justo cuando son las dos en punto, la campana que anuncia que alguien ha entrado suena, así que volteo a ver.

Me quedo realmente asombrado, ella se ve realmente muy linda, solamente viste unos shorts de mezclilla, con una blusa de tela color blanco, utilizando sólo unas sandalias. Debo admitirlo, se ve linda.

En cuanto me ve, esboza una enorme sonrisa y se dirige hacia mí. Sus ojos azules, realmente lindos están también sonrientes.

Me pregunto porque estará tan feliz.

—Hola —dice dejando su bolso sobre la mesa—. Lamento la tardanza, no podía encontrar el lugar.

—No te preocupes —digo con una sonrisa.

—Sabes ahora que lo pienso —dice mientras enrolla su dedo índice alrededor de un mechón de cabello—. Pase este lugar dos veces.

Se queda viendo un momento al vacío.

Creo que es un poco rara.

—Bueno, no importa —dice tomando un menú.

Cuando nos sirven el pedido realmente me sorprendo de lo que pidió, yo opte por un té helado de durazno y una pequeña porción de pastel de crema. En cambio ella pidió un capuchino frío y dos porciones de pastel, uno de chocolate y otro de vainilla.

—Bueno, así que... —dice tomando una cucharada de su pastel—, pregunta todo lo que quieras.

—No creas que soy un tipo de acosador —advierto tomando un sorbo de mi té—. Sólo quiero saber de quién mi Patito se ha enamorado.